Las Manos al Viento

[Rafael Teicher]

Las Manos al Viento

A Alejandra Pizarnik porque tiene mil manos



Tomo tu manos en mis manos como cogiendo una cesta que colma el azar, o la devoción, que son lo mismo

Tus dedos me pesan como manzanas o plomadas de pesca entre los labios

Todo tu peso, ciertamente, está acumulado en el contento campanario de las manos

No sabes sacar el corazón por los ojos como un diablo, pero se te viene absolutamente pelado como un orgasmo, al borde de tu tacto

Tus manos son un rostro chino que no hace sombra, son el aroma del durazno que se convirtió en cualquier cosa para esconderse, pero no son eólicas sino densas como cadáveres, o como serpientes

¿De dónde habrá surgido la estúpida comparación de las manos con el viento o con los pájaros?

Si las manos son alondras yo soy un rayo que parte el templo. No. Las manos son tractores, qué embromar, las manos son grandes capitales al servicio de los intereses de cuerpos extranjeros, las manos son bombas o remolques

Las manos son paranoicas siempre, son globos que suben hasta los faros y les hacen burlas como pavos

Son conejos que huyen de la zanahoria porque se han puesto malos del hígado, son compulsivas como los ascensores, son martillazos en al aire, dibujados

Y también se puede decir que la manos son moldes de manos hechos de arcilla, son remembranza de la manera de unión, son la vigilancia que ocurre en el contacto

Son perimetrales las manos, como círculos que miran hacia el lado del cielo, como el resultado del toque de los picos de los pájaros

En la punta del hueso de la muñeca no hay nada cierto, sólo estadística o perfume, sólo la escritura que gira a la velocidad del rayo

Yo no puedo tomarte de las manos, he dicho mal, ni tus manos saben buscarme como radares submarinos, nada de eso sucede en el estuario de las manos

Si sucede algo en el tiempo de las manos cogidas, es la convergencia por antojo, la conciliación colateral, la popularidad de su pequeño abrazo

De tal suerte que somos el nudo del que brota justificado un dúo de cuerpos, de tal suerte que volamos

De niño jugaba a mezclarme las manos detrás de la cintura, jugaba a sentir que el duende de los deseos cumplidos me las cortaba y las arrojaba al paraíso como dardos

Las manos inventan el grito como medio de transporte, luego inventan los aviones y la civilización que fabrica teléfonos más pequeños que las flores

Las manos no pueden ahorcar manos, son invencibles

Si ahorcan, ahorcan jazmines o sueños de abeja, incluso ahorcan verdades que andan con falda corta, pero nunca osan quitarle la respiración a otras manos, nunca se suicidan

Estoy seguro que cuando me muera me agolparé en la punta de mis manos todo junto durante un breve instante, y desde el trampolín de mis uñas moribundas saltaré muy alto en el regazo de una puerta giratoria llena de grafismos mágicos

Las estrellas no tienen manos por eso brillan tan angustiosamente, y los gladiolos generan aromas cada vez más sutiles para ganarse un par de manos en la gran jornada de la distribución de los dones

En verdad no quiero escribir nada de lo dicho, lo que quiero fervorosamente es que una geisha me enseñe a hacer de este barullo de la hoja un par de manos y echarlas a volar como un canto remoto entre los árboles


Rafael Teicher

[Luna de Nos]

Las Manos al Viento

A Alejandra Pizarnik porque tiene mil manos



Tomo tu manos en mis manos como cogiendo una cesta que colma el azar, o la devoción, que son lo mismo

Tus dedos me pesan como manzanas o plomadas de pesca entre los labios

Todo tu peso, ciertamente, está acumulado en el contento campanario de las manos

No sabes sacar el corazón por los ojos como un diablo, pero se te viene absolutamente pelado como un orgasmo, al borde de tu tacto

Tus manos son un rostro chino que no hace sombra, son el aroma del durazno que se convirtió en cualquier cosa para esconderse, pero no son eólicas sino densas como cadáveres, o como serpientes

¿De dónde habrá surgido la estúpida comparación de las manos con el viento o con los pájaros?

Si las manos son alondras yo soy un rayo que parte el templo. No. Las manos son tractores, qué embromar, las manos son grandes capitales al servicio de los intereses de cuerpos extranjeros, las manos son bombas o remolques

Las manos son paranoicas siempre, son globos que suben hasta los faros y les hacen burlas como pavos

Son conejos que huyen de la zanahoria porque se han puesto malos del hígado, son compulsivas como los ascensores, son martillazos en al aire, dibujados

Y también se puede decir que la manos son moldes de manos hechos de arcilla, son remembranza de la manera de unión, son la vigilancia que ocurre en el contacto

Son perimetrales las manos, como círculos que miran hacia el lado del cielo, como el resultado del toque de los picos de los pájaros

En la punta del hueso de la muñeca no hay nada cierto, sólo estadística o perfume, sólo la escritura que gira a la velocidad del rayo

Yo no puedo tomarte de las manos, he dicho mal, ni tus manos saben buscarme como radares submarinos, nada de eso sucede en el estuario de las manos

Si sucede algo en el tiempo de las manos cogidas, es la convergencia por antojo, la conciliación colateral, la popularidad de su pequeño abrazo

De tal suerte que somos el nudo del que brota justificado un dúo de cuerpos, de tal suerte que volamos

De niño jugaba a mezclarme las manos detrás de la cintura, jugaba a sentir que el duende de los deseos cumplidos me las cortaba y las arrojaba al paraíso como dardos

Las manos inventan el grito como medio de transporte, luego inventan los aviones y la civilización que fabrica teléfonos más pequeños que las flores

Las manos no pueden ahorcar manos, son invencibles

Si ahorcan, ahorcan jazmines o sueños de abeja, incluso ahorcan verdades que andan con falda corta, pero nunca osan quitarle la respiración a otras manos, nunca se suicidan

Estoy seguro que cuando me muera me agolparé en la punta de mis manos todo junto durante un breve instante, y desde el trampolín de mis uñas moribundas saltaré muy alto en el regazo de una puerta giratoria llena de grafismos mágicos

Las estrellas no tienen manos por eso brillan tan angustiosamente, y los gladiolos generan aromas cada vez más sutiles para ganarse un par de manos en la gran jornada de la distribución de los dones

En verdad no quiero escribir nada de lo dicho, lo que quiero fervorosamente es que una geisha me enseñe a hacer de este barullo de la hoja un par de manos y echarlas a volar como un canto remoto entre los árboles


Rafael Teicher

El texto todo, pero los tres ùltimos pàrrafos y tal vez por los previos, me han llegado particularmente. Me pregunto por què esta dinàmica que deja para atràs textos sòlo por no tener comentarios, pero asì es... afortunadamente a veces uno tiene un tiempito para investigar y disfrutar como en este caso, saludos Rafael, Luna.-

[Maria Pilar Gonzalo]

Las manos son la belleza donde todo se guarda.
Preciosas letras, todas y cada una de ellas.

Un placer leerte compañero.

Abrazo sentido.

[Marisa Peral]

Las Manos al Viento

A Alejandra Pizarnik porque tiene mil manos


Tomo tu manos en mis manos como cogiendo una cesta que colma el azar, o la devoción, que son lo mismo

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En verdad no quiero escribir nada de lo dicho, lo que quiero fervorosamente es que una geisha me enseñe a hacer de este barullo de la hoja un par de manos y echarlas a volar como un canto remoto entre los árboles


Rafael Teicher

Coincido con Luna en que no entiendo el motivo de que este poema haya quedado abandonado, desde el 1 de Abril. Gracias Luna por subirlo a la superficie y gracias, Rafael, por esta belleza.
Todo el poema es una joya, una certera apología de "Las Manos" porque ¿qué haríamos sin ellas?
Un placer de lectura.
Abrazos.

[Arancha Garci]

Estupenda prosa poética, un gusto leerte Rafael. Mis saludos cordiales.

[Juan Arrollo]

Un texto hermoso y dicente, lo he disfrutado. Felicitaciones, Rafael.

[Israel Liñán]

Felicidades Rafael por esta maravilla que nos dejas.

Un saludo

[Administración Alaire]

Pasa al foro Pinilla de poemas en prosa.

[Nadia Conde]

Espléndido poema, lo he difrutado mucho. Mi felicitación, Rafael, con un saludo.