Gracias por tu felicitación, José Manuel. Te mando un fuerte abrazo.José Manuel Sáiz escribió:Mi enhorabuena Ramón por este reconocimiento. No podían faltar tus versos entre los mejores; si no hubieran sido éstos habrían sido otros. Tus letras siempre brillan a gran altura.
Mi felicitación y admiración al mismo tiempo.
Abrazos, amigo
J. Manuel
Ya suponía que volver a la gran ciudad...(para el libro)
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Re: re: Ya suponía que volver a la gran ciudad...
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Re: re: Ya suponía que volver a la gran ciudad...
Gracias, Concha, por tu generosidad. Un beso.Concha Verónica Vidal escribió:¿Sabes que te digo Ramón?
Que merecidísisisisismo este poema, ser el que enuncie el foro durante, al menos, una semana.
Mis saludos mediterráneos.
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Re: re: Ya suponía que volver a la gran ciudad...
Gracias, J.J., por la felicitación. Unha forte aperta.J. J. M. Ferreiro escribió:ENHORABUENA, querido amigo, por este merecido galardón.
Unha aperta
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Re: re: Ya suponía que volver a la gran ciudad...
Muchas gracias por tu felicitación, José Manuel. Te mando un fuerte abrazo.José Manuel F. Febles escribió:Por motivos laborales hacía algún tiempo que no entraba en el Foro. Visto el merecido premio que te otorgan, paso a felicitarte de todo corazón enviándote un fuerte abrazo.
José Manuel F. Febles
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"El poema eres tú recomponiendo el espejo que cada día rompes".
"Comprender es unificar lo invisible".
"Elijo la lluvia, porque al derramarse, muere".
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Re: Ya suponía que volver a la gran ciudad...(para el libro)
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Re: Ya suponía que volver a la gran ciudad...(para el libro)
Muy generoso en sí.
Un placer, Ramón Carballal
Abrazo
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Re: Ya suponía que volver a la gran ciudad...(para el libro)
Gracias, Rafel. Un abrazo.Rafel Calle escribió:Grandes obras de Ramón Carballal, en Alaire.
"El poema eres tú recomponiendo el espejo que cada día rompes".
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Re: Ya suponía que volver a la gran ciudad...(para el libro)
Gracias, Rosa. Un abrazo.R. M. Alemán escribió:Emboba... según va dando de sí, más ganas de oler... Disfrutado.
Muy generoso en sí.
Un placer, Ramón Carballal
Abrazo
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"Comprender es unificar lo invisible".
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Re: Ya suponía que volver a la gran ciudad...(para el libro)
Ramón Carballal escribió:Este poema lo escribí hace tiempo pero a la hora de publicarlo siempre me echó hacia atrás lo largo que es. Pido disculpas por ello y agradezco, ya de entrada, la paciencia de quien se anime a leerlo.
YA SUPONÍA QUE VOLVER A LA GRAN CIUDAD SERÍA COMO REGRESAR DEL OLVIDO
I
Nadie nos puede parar, ni el niño que busca la tómbola,
ni las ubres cuyo color en el exilio
fue naranja.
Yo miro el espacio cuadrangular y un auto
se esconde en mi memoria.
Tú me enseñas la piel satinada de un extraño idioma
como si las olas interpretaran el verbo en mi pupila.
Es una tarde sin golondrinas, un espacio muerto de árboles,
pero la vida da su fruto en nuestras venas y nos impulsa
hacia el agua.
La fuente ha caído del cielo y aún lleva
estrellas de cinco puntas en el humo de los satélites.
Retorna mi sombra a poblar los cajeros,
continúa el olfato gris en el hemisferio de los neones.
Pongo un papel en los bolsillos de la noche,
caminamos sobre alambres que golpean planetas de música
y hay tiendas que se cambian los vestidos
y son disfraces o sueños de un imposible rojo sus bocas.
Descansamos como si fuéramos viento que se inclina al estío.
Llegan los magos nocturnos a tapar los imanes oscuros.
No es nuestro lugar este huir del sollozo,
bajan los autobuses con acero en los dientes
y un eco de oficinas sella los pulgares de la última estatua.
Ya no busco más que la sombra del ayer
en los latidos de un corazón negro
-después llegarán los pájaros, un segundo antes de partir-.
II
Ahora pienso que me gustaría ver
hombres que tocan pianos escarlatas,
mujeres de huesos cálidos en las cenizas de septiembre.
El jardín ha encogido y el teatro ya no sobrevive
en el circulo de los gorriones.
La ciudad es un mundo poblado de estrellas,
hombres maquillados, mujeres de un solo ojo
que venden saris estampados, incienso dulce,
ídolos de múltiples brazos, tapices que se ajustan
a los cuellos para desplegar las alas del dromedario.
Otros son los nidos que juegan aquí con el cristal,
en los escaparates se amontonan demonios pálidos
junto a letras góticas, monigotes, almanaques…
La luz decae como una ilusión de infancia,
coches negros, largos como barras de chocolate
se paran ante guardias civiles de etiqueta,
-nosotros abrimos los paraguas del tiempo-,
cerca ya de la plaza, siento el perfume de la cáscara
y los grifos que depositan su alba en mi recuerdo azul.
Tres días bastan para concebir un abrazo antiguo,
para absorber la química del refugio,
la canción que llueve sobre el cenit de un vaso.
Y bien, he vuelto.
Ahora sin cargas,
con las mallas insomnes de la edad
y recupero
la magnitud del escenario,
la gran ciudad y su calor anónimo,
la seda que se revuelve bajo el surco de un Metro averiado.
Me alegra encontrar hoy esta torre de versos que erigen a la belleza en máxima expresión. Un abrazo grande, querido y admirado Ramon Carballal. ERA
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Re: Ya suponía que volver a la gran ciudad...(para el libro)
Gracias, ERA, por tus palabras. Un abrazo.E. R. Aristy escribió:Ramón Carballal escribió:Este poema lo escribí hace tiempo pero a la hora de publicarlo siempre me echó hacia atrás lo largo que es. Pido disculpas por ello y agradezco, ya de entrada, la paciencia de quien se anime a leerlo.
YA SUPONÍA QUE VOLVER A LA GRAN CIUDAD SERÍA COMO REGRESAR DEL OLVIDO
I
Nadie nos puede parar, ni el niño que busca la tómbola,
ni las ubres cuyo color en el exilio
fue naranja.
Yo miro el espacio cuadrangular y un auto
se esconde en mi memoria.
Tú me enseñas la piel satinada de un extraño idioma
como si las olas interpretaran el verbo en mi pupila.
Es una tarde sin golondrinas, un espacio muerto de árboles,
pero la vida da su fruto en nuestras venas y nos impulsa
hacia el agua.
La fuente ha caído del cielo y aún lleva
estrellas de cinco puntas en el humo de los satélites.
Retorna mi sombra a poblar los cajeros,
continúa el olfato gris en el hemisferio de los neones.
Pongo un papel en los bolsillos de la noche,
caminamos sobre alambres que golpean planetas de música
y hay tiendas que se cambian los vestidos
y son disfraces o sueños de un imposible rojo sus bocas.
Descansamos como si fuéramos viento que se inclina al estío.
Llegan los magos nocturnos a tapar los imanes oscuros.
No es nuestro lugar este huir del sollozo,
bajan los autobuses con acero en los dientes
y un eco de oficinas sella los pulgares de la última estatua.
Ya no busco más que la sombra del ayer
en los latidos de un corazón negro
-después llegarán los pájaros, un segundo antes de partir-.
II
Ahora pienso que me gustaría ver
hombres que tocan pianos escarlatas,
mujeres de huesos cálidos en las cenizas de septiembre.
El jardín ha encogido y el teatro ya no sobrevive
en el circulo de los gorriones.
La ciudad es un mundo poblado de estrellas,
hombres maquillados, mujeres de un solo ojo
que venden saris estampados, incienso dulce,
ídolos de múltiples brazos, tapices que se ajustan
a los cuellos para desplegar las alas del dromedario.
Otros son los nidos que juegan aquí con el cristal,
en los escaparates se amontonan demonios pálidos
junto a letras góticas, monigotes, almanaques…
La luz decae como una ilusión de infancia,
coches negros, largos como barras de chocolate
se paran ante guardias civiles de etiqueta,
-nosotros abrimos los paraguas del tiempo-,
cerca ya de la plaza, siento el perfume de la cáscara
y los grifos que depositan su alba en mi recuerdo azul.
Tres días bastan para concebir un abrazo antiguo,
para absorber la química del refugio,
la canción que llueve sobre el cenit de un vaso.
Y bien, he vuelto.
Ahora sin cargas,
con las mallas insomnes de la edad
y recupero
la magnitud del escenario,
la gran ciudad y su calor anónimo,
la seda que se revuelve bajo el surco de un Metro averiado.
Me alegra encontrar hoy esta torre de versos que erigen a la belleza en máxima expresión. Un abrazo grande, querido y admirado Ramon Carballal. ERA
"El poema eres tú recomponiendo el espejo que cada día rompes".
"Comprender es unificar lo invisible".
"Elijo la lluvia, porque al derramarse, muere".