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Re: Texto colectivo

Publicado: Dom, 17 Jun 2018 20:08
por Hallie Hernández Alfaro
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Solitario y espartano, inflinge su peso en la moción de los genes. Avaro colisionador del hambre, erige su llanto en la primera sonrisa.
Ni el peso de los genes predispone un óbice con instinto de hambre ni un ramo de flores quiere colisionar contigo, pues te teme desde los inicios si te ve retro.
Llegas ignorándolo todo, desvalido, diminuto y valiente. Y sobrevives a pesar de todo, aferrándote al aroma y al roce de una piel desconocida e imprescindible.
¿Hay algo mas inconstante que tu sombra? Al impregnar de perfumes cálidos el corazón unísono un solo labio recorre la humedad sensitiva. Queda así el recuerdo en el sabor, en la caricia y en la huella de lo que fue canto febril de la noche eterna.
Estás ahí, cuando la oscuridad del arconte dispara los miedos bajo el pulgar de la mentira y derribamos su malsana venia.
Estás en el sudor de una noche herida y en la humedad de una tibia madrugada, calvarios si cerrábamos las ventanas, penitencia con luz recién nacida. Estás en la memoria desprendida de aquello que estremece y desordena los puentes, los árboles y las sábanas.
Amanece con arrugas la sonrisa del alba. Se nos rompió la noche y perdimos el hilo, el duende de las pequeñas cosas y así es imposible hilvanar un sueño.
Háblame con tu voz de poema. Poema, rumor de nubes ágiles, el eco de un torrente azul. Vierte en mí el cántico de tus pupilas. El cántico, la pluma leve, el cielo, los pájaros de luz ensortijada. Rózame con tu mano añil de viento. Viento, suspiro madurado, el mar, frescura de palmeras agrupadas.
Qué lejos quedas en este mapa mudo de nuestro desamparo. Y delante de ti los dones. Una inmensa estepa que abrazas torpe porque empieza todo. Contra la duda alzas tus raíces, contra el tedio lunar de la cicatriz por el dolor asimilado. Y nosotros aquí, en el páramo gris de la rutina. Una y otra vez, y otra vez de nuevo, supimos para qué servías..

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Hallie
Guillermo
Marisa
Ramón Carballal
Hallie
Rafel
Rosario
Jerónimo
Alfonso

Re: Texto colectivo

Publicado: Lun, 18 Jun 2018 12:36
por Marisa Peral
[quote="Hallie Hernández Alfaro"]

Está quedando precioso, Hallie, otro granito de arena... humildemente entre tanto poeta grande.

Espero inquieta y desgasto el empedrado del patio un día y otro; me empino por la noche sobre el brocal del pozo para ver a la luna mientras duerme en el fondo y te busco a su lado; a veces, me acurruco tras el magnolio chico, reposo pensativa mirando las gardenias y dejo que los ángeles me besen en la sien.
Como en un sueño vienes atravesando estaciones con diluvios de inocencia, vadeando las orillas de las islas de Calamianes.
Llegas al fin, y son tus manos ánforas que colman la sed y hacen que las noches tibias tengan el brillo de las estrellas fugaces.

Re: Texto colectivo

Publicado: Lun, 18 Jun 2018 15:44
por Hallie Hernández Alfaro
Marisa Peral escribió:
Hallie Hernández Alfaro escribió:
Está quedando precioso, Hallie, otro granito de arena... humildemente entre tanto poeta grande.

Espero inquieta y desgasto el empedrado del patio un día y otro; me empino por la noche sobre el brocal del pozo para ver a la luna mientras duerme en el fondo y te busco a su lado; a veces, me acurruco tras el magnolio chico, reposo pensativa mirando las gardenias y dejo que los ángeles me besen en la sien.
Como en un sueño vienes atravesando estaciones con diluvios de inocencia, vadeando las orillas de las islas de Calamianes.
Llegas al fin, y son tus manos ánforas que colman la sed y hacen que las noches tibias tengan el brillo de las estrellas fugaces.

Gracias mil, gracias de nuevo, querida Marisa.
Muy bella esta otra aportación tuya; avanzamos con emoción en nuestro texto colectivo.

Re: Texto colectivo

Publicado: Lun, 18 Jun 2018 15:50
por Hallie Hernández Alfaro
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Solitario y espartano, inflinge su peso en la moción de los genes. Avaro colisionador del hambre, erige su llanto en la primera sonrisa.
Ni el peso de los genes predispone un óbice con instinto de hambre ni un ramo de flores quiere colisionar contigo, pues te teme desde los inicios si te ve retro.
Llegas ignorándolo todo, desvalido, diminuto y valiente. Y sobrevives a pesar de todo, aferrándote al aroma y al roce de una piel desconocida e imprescindible.
¿Hay algo mas inconstante que tu sombra? Al impregnar de perfumes cálidos el corazón unísono un solo labio recorre la humedad sensitiva. Queda así el recuerdo en el sabor, en la caricia y en la huella de lo que fue canto febril de la noche eterna.
Estás ahí, cuando la oscuridad del arconte dispara los miedos bajo el pulgar de la mentira y derribamos su malsana venia.
Estás en el sudor de una noche herida y en la humedad de una tibia madrugada, calvarios si cerrábamos las ventanas, penitencia con luz recién nacida. Estás en la memoria desprendida de aquello que estremece y desordena los puentes, los árboles y las sábanas.
Amanece con arrugas la sonrisa del alba. Se nos rompió la noche y perdimos el hilo, el duende de las pequeñas cosas y así es imposible hilvanar un sueño.
Háblame con tu voz de poema. Poema, rumor de nubes ágiles, el eco de un torrente azul. Vierte en mí el cántico de tus pupilas. El cántico, la pluma leve, el cielo, los pájaros de luz ensortijada. Rózame con tu mano añil de viento. Viento, suspiro madurado, el mar, frescura de palmeras agrupadas.
Qué lejos quedas en este mapa mudo de nuestro desamparo. Y delante de ti los dones. Una inmensa estepa que abrazas torpe porque empieza todo. Contra la duda alzas tus raíces, contra el tedio lunar de la cicatriz por el dolor asimilado. Y nosotros aquí, en el páramo gris de la rutina. Una y otra vez, y otra vez de nuevo, supimos para qué servías..
Espero inquieta y desgasto el empedrado del patio un día y otro; me empino por la noche sobre el brocal del pozo para ver a la luna mientras duerme en el fondo y te busco a su lado; a veces, me acurruco tras el magnolio chico, reposo pensativa mirando las gardenias y dejo que los ángeles me besen en la sien.
Como en un sueño vienes atravesando estaciones con diluvios de inocencia, vadeando las orillas de las islas de Calamianes.
Llegas al fin, y son tus manos ánforas que colman la sed y hacen que las noches tibias tengan el brillo de las estrellas fugaces.

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Re: Texto colectivo

Publicado: Lun, 18 Jun 2018 17:16
por Ventura Morón
Estrellas que son un sin fin de vértices malditos de imágenes congeladas... Y mismo así, llegas, y ¿a que negarte? Si echas raíces en el páramo, te enredas con tu fina seda de hiedra en los ojos que se sacuden el olvido, te balanceas en las cuerdas de la duda llamando al avispero de los sueños hasta que se anega en un inacabable suspiro.

Re: Texto colectivo

Publicado: Lun, 18 Jun 2018 17:33
por Hallie Hernández Alfaro
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Solitario y espartano, inflinge su peso en la moción de los genes. Avaro colisionador del hambre, erige su llanto en la primera sonrisa.
Ni el peso de los genes predispone un óbice con instinto de hambre ni un ramo de flores quiere colisionar contigo, pues te teme desde los inicios si te ve retro.
Llegas ignorándolo todo, desvalido, diminuto y valiente. Y sobrevives a pesar de todo, aferrándote al aroma y al roce de una piel desconocida e imprescindible.
¿Hay algo mas inconstante que tu sombra? Al impregnar de perfumes cálidos el corazón unísono un solo labio recorre la humedad sensitiva. Queda así el recuerdo en el sabor, en la caricia y en la huella de lo que fue canto febril de la noche eterna.
Estás ahí, cuando la oscuridad del arconte dispara los miedos bajo el pulgar de la mentira y derribamos su malsana venia.
Estás en el sudor de una noche herida y en la humedad de una tibia madrugada, calvarios si cerrábamos las ventanas, penitencia con luz recién nacida. Estás en la memoria desprendida de aquello que estremece y desordena los puentes, los árboles y las sábanas.
Amanece con arrugas la sonrisa del alba. Se nos rompió la noche y perdimos el hilo, el duende de las pequeñas cosas y así es imposible hilvanar un sueño.
Háblame con tu voz de poema. Poema, rumor de nubes ágiles, el eco de un torrente azul. Vierte en mí el cántico de tus pupilas. El cántico, la pluma leve, el cielo, los pájaros de luz ensortijada. Rózame con tu mano añil de viento. Viento, suspiro madurado, el mar, frescura de palmeras agrupadas.
Qué lejos quedas en este mapa mudo de nuestro desamparo. Y delante de ti los dones. Una inmensa estepa que abrazas torpe porque empieza todo. Contra la duda alzas tus raíces, contra el tedio lunar de la cicatriz por el dolor asimilado. Y nosotros aquí, en el páramo gris de la rutina. Una y otra vez, y otra vez de nuevo, supimos para qué servías..
Espero inquieta y desgasto el empedrado del patio un día y otro; me empino por la noche sobre el brocal del pozo para ver a la luna mientras duerme en el fondo y te busco a su lado; a veces, me acurruco tras el magnolio chico, reposo pensativa mirando las gardenias y dejo que los ángeles me besen en la sien.
Como en un sueño vienes atravesando estaciones con diluvios de inocencia, vadeando las orillas de las islas de Calamianes.
Llegas al fin, y son tus manos ánforas que colman la sed y hacen que las noches tibias tengan el brillo de las estrellas fugaces.
Estrellas que son un sin fin de vértices malditos de imágenes congeladas... Y mismo así, llegas, y ¿a que negarte? Si echas raíces en el páramo, te enredas con tu fina seda de hiedra en los ojos que se sacuden el olvido, te balanceas en las cuerdas de la duda llamando al avispero de los sueños hasta que se anega en un inacabable suspiro.

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Re: Texto colectivo

Publicado: Lun, 18 Jun 2018 18:49
por Jerónimo Muñoz
No sabes nada de mercurios falsos ni de alas de madera ni de torres de viento ni de la eternidad de los crepúsculos. No sabes casi nada de poesía. Fijaste tu morada entre sábanas cálidas y te da miedo el juego de la mentira insólita. Ven y conviértete en golondrina diosa y surca junto a mí los cielos de pureza.

Re: Texto colectivo

Publicado: Lun, 18 Jun 2018 18:55
por Hallie Hernández Alfaro
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Solitario y espartano, inflinge su peso en la moción de los genes. Avaro colisionador del hambre, erige su llanto en la primera sonrisa.
Ni el peso de los genes predispone un óbice con instinto de hambre ni un ramo de flores quiere colisionar contigo, pues te teme desde los inicios si te ve retro.
Llegas ignorándolo todo, desvalido, diminuto y valiente. Y sobrevives a pesar de todo, aferrándote al aroma y al roce de una piel desconocida e imprescindible.
¿Hay algo mas inconstante que tu sombra? Al impregnar de perfumes cálidos el corazón unísono un solo labio recorre la humedad sensitiva. Queda así el recuerdo en el sabor, en la caricia y en la huella de lo que fue canto febril de la noche eterna.
Estás ahí, cuando la oscuridad del arconte dispara los miedos bajo el pulgar de la mentira y derribamos su malsana venia.
Estás en el sudor de una noche herida y en la humedad de una tibia madrugada, calvarios si cerrábamos las ventanas, penitencia con luz recién nacida. Estás en la memoria desprendida de aquello que estremece y desordena los puentes, los árboles y las sábanas.
Amanece con arrugas la sonrisa del alba. Se nos rompió la noche y perdimos el hilo, el duende de las pequeñas cosas y así es imposible hilvanar un sueño.
Háblame con tu voz de poema. Poema, rumor de nubes ágiles, el eco de un torrente azul. Vierte en mí el cántico de tus pupilas. El cántico, la pluma leve, el cielo, los pájaros de luz ensortijada. Rózame con tu mano añil de viento. Viento, suspiro madurado, el mar, frescura de palmeras agrupadas.
Qué lejos quedas en este mapa mudo de nuestro desamparo. Y delante de ti los dones. Una inmensa estepa que abrazas torpe porque empieza todo. Contra la duda alzas tus raíces, contra el tedio lunar de la cicatriz por el dolor asimilado. Y nosotros aquí, en el páramo gris de la rutina. Una y otra vez, y otra vez de nuevo, supimos para qué servías..
Espero inquieta y desgasto el empedrado del patio un día y otro; me empino por la noche sobre el brocal del pozo para ver a la luna mientras duerme en el fondo y te busco a su lado; a veces, me acurruco tras el magnolio chico, reposo pensativa mirando las gardenias y dejo que los ángeles me besen en la sien.
Como en un sueño vienes atravesando estaciones con diluvios de inocencia, vadeando las orillas de las islas de Calamianes.
Llegas al fin, y son tus manos ánforas que colman la sed y hacen que las noches tibias tengan el brillo de las estrellas fugaces.
Estrellas que son un sin fin de vértices malditos de imágenes congeladas... Y mismo así, llegas, y ¿a qué negarte? Si echas raíces en el páramo, te enredas con tu fina seda de hiedra en los ojos que se sacuden el olvido, te balanceas en las cuerdas de la duda llamando al avispero de los sueños hasta que se anega en un inacabable suspiro.
No sabes nada de mercurios falsos ni de alas de madera ni de torres de viento ni de la eternidad de los crepúsculos. No sabes casi nada de poesía. Fijaste tu morada entre sábanas cálidas y te da miedo el juego de la mentira insólita. Ven y conviértete en golondrina diosa y surca junto a mí los cielos de pureza.

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Re: Texto colectivo

Publicado: Mar, 19 Jun 2018 1:28
por Javier Dicenzo
Hablame con tu voz, con el grito de espartano, y con el gélido rumor de los días, tu eres la poesía, tu eres la prosa magica y, solitario, como hembras en el silencio, como el barco que navega en un mundo lleno de castillos, poema, espartano, ligero en la filología de la palabra, hermoso silencio del dualismo en los faunos, espartano, gélido y perfecto, con tus nereidas...

La brisa cae en el oscuro páramo de un lugar, un lugar donde las madreselvas son madreselvas, espartano, gimiente de ese sueño poeta de la noche.

Re: Texto colectivo

Publicado: Mar, 19 Jun 2018 2:03
por Marimar González
La noche revive cada circunstancia, cada palabra que quedó temblando entre las gotas de lluvia. Vuelves con el canto del viento, con el guiño de una estrella, con el perfume de las flores anónimas, con los sueños del mar que nunca duerme. Ahí estás y te llamo y me encuentras en cada letra del poema y en cada número del reloj de las horas que te acunan con el ciclo de la vida que regresa.

Re: Texto colectivo

Publicado: Mar, 19 Jun 2018 6:51
por Hallie Hernández Alfaro
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Solitario y espartano, inflinge su peso en la moción de los genes. Avaro colisionador del hambre, erige su llanto en la primera sonrisa.
Ni el peso de los genes predispone un óbice con instinto de hambre ni un ramo de flores quiere colisionar contigo, pues te teme desde los inicios si te ve retro.
Llegas ignorándolo todo, desvalido, diminuto y valiente. Y sobrevives a pesar de todo, aferrándote al aroma y al roce de una piel desconocida e imprescindible.
¿Hay algo mas inconstante que tu sombra? Al impregnar de perfumes cálidos el corazón unísono un solo labio recorre la humedad sensitiva. Queda así el recuerdo en el sabor, en la caricia y en la huella de lo que fue canto febril de la noche eterna.
Estás ahí, cuando la oscuridad del arconte dispara los miedos bajo el pulgar de la mentira y derribamos su malsana venia.
Estás en el sudor de una noche herida y en la humedad de una tibia madrugada, calvarios si cerrábamos las ventanas, penitencia con luz recién nacida. Estás en la memoria desprendida de aquello que estremece y desordena los puentes, los árboles y las sábanas.
Amanece con arrugas la sonrisa del alba. Se nos rompió la noche y perdimos el hilo, el duende de las pequeñas cosas y así es imposible hilvanar un sueño.
Háblame con tu voz de poema. Poema, rumor de nubes ágiles, el eco de un torrente azul. Vierte en mí el cántico de tus pupilas. El cántico, la pluma leve, el cielo, los pájaros de luz ensortijada. Rózame con tu mano añil de viento. Viento, suspiro madurado, el mar, frescura de palmeras agrupadas.
Qué lejos quedas en este mapa mudo de nuestro desamparo. Y delante de ti los dones. Una inmensa estepa que abrazas torpe porque empieza todo. Contra la duda alzas tus raíces, contra el tedio lunar de la cicatriz por el dolor asimilado. Y nosotros aquí, en el páramo gris de la rutina. Una y otra vez, y otra vez de nuevo, supimos para qué servías..
Espero inquieta y desgasto el empedrado del patio un día y otro; me empino por la noche sobre el brocal del pozo para ver a la luna mientras duerme en el fondo y te busco a su lado; a veces, me acurruco tras el magnolio chico, reposo pensativa mirando las gardenias y dejo que los ángeles me besen en la sien.
Como en un sueño vienes atravesando estaciones con diluvios de inocencia, vadeando las orillas de las islas de Calamianes.
Llegas al fin, y son tus manos ánforas que colman la sed y hacen que las noches tibias tengan el brillo de las estrellas fugaces.
Estrellas que son un sin fin de vértices malditos de imágenes congeladas... Y mismo así, llegas, y ¿a qué negarte? Si echas raíces en el páramo, te enredas con tu fina seda de hiedra en los ojos que se sacuden el olvido, te balanceas en las cuerdas de la duda llamando al avispero de los sueños hasta que se anega en un inacabable suspiro.
No sabes nada de mercurios falsos ni de alas de madera ni de torres de viento ni de la eternidad de los crepúsculos. No sabes casi nada de poesía. Fijaste tu morada entre sábanas cálidas y te da miedo el juego de la mentira insólita. Ven y conviértete en golondrina diosa y surca junto a mí los cielos de pureza.
Háblame con tu voz, con el grito de espartano, y con el gélido rumor de los días, tu eres la poesía, tu eres la prosa mágica y, solitario, como hembras en el silencio, como el barco que navega en un mundo lleno de castillos, poema, espartano, ligero en la filología de la palabra, hermoso silencio del dualismo en los faunos, espartano, gélido y perfecto, con tus nereidas...
La brisa cae en el oscuro páramo de un lugar, un lugar donde las madreselvas son madreselvas; espartano, gimiente de ese sueño poeta de la noche.
La noche revive cada circunstancia, cada palabra que quedó temblando entre las gotas de lluvia. Vuelves con el canto del viento, con el guiño de una estrella, con el perfume de las flores anónimas, con los sueños del mar que nunca duerme. Ahí estás y te llamo y me encuentras en cada letra del poema y en cada número del reloj de las horas que te acunan con el ciclo de la vida que regresa.
Fuiste origen, enamoramiento, capricho de la hipófisis.
Te he sentido mayor, conquistado por las edades de mi beso.
He visto como esperas, con los dedos en guardia, a orillas del tiempo.

Hallie
Guillermo
Marisa
Ramón Carballal
Hallie
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Jerónimo
Alfonso
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Jerónimo
Javier
Marimar
Hallie

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Re: Texto colectivo

Publicado: Mié, 20 Jun 2018 14:13
por Marisa Peral
Y adónde irás, con un borbotón de tristeza y estrellas heridas en la frente, adónde sin olas que vuelan con el rumor de las gaviotas. Qué será de ti, sin las raíces de mi corazón y sin rocíos que se multiplican como las algas en el mar, qué sin mi piel. Adónde volaras sin alas y con esta ronquera que trastorna y extermina.

Re: Texto colectivo

Publicado: Mié, 20 Jun 2018 15:49
por Hallie Hernández Alfaro
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Solitario y espartano, inflinge su peso en la moción de los genes. Avaro colisionador del hambre, erige su llanto en la primera sonrisa.
Ni el peso de los genes predispone un óbice con instinto de hambre ni un ramo de flores quiere colisionar contigo, pues te teme desde los inicios si te ve retro.
Llegas ignorándolo todo, desvalido, diminuto y valiente. Y sobrevives a pesar de todo, aferrándote al aroma y al roce de una piel desconocida e imprescindible.
¿Hay algo mas inconstante que tu sombra? Al impregnar de perfumes cálidos el corazón unísono un solo labio recorre la humedad sensitiva. Queda así el recuerdo en el sabor, en la caricia y en la huella de lo que fue canto febril de la noche eterna.
Estás ahí, cuando la oscuridad del arconte dispara los miedos bajo el pulgar de la mentira y derribamos su malsana venia.
Estás en el sudor de una noche herida y en la humedad de una tibia madrugada, calvarios si cerrábamos las ventanas, penitencia con luz recién nacida. Estás en la memoria desprendida de aquello que estremece y desordena los puentes, los árboles y las sábanas.
Amanece con arrugas la sonrisa del alba. Se nos rompió la noche y perdimos el hilo, el duende de las pequeñas cosas y así es imposible hilvanar un sueño.
Háblame con tu voz de poema. Poema, rumor de nubes ágiles, el eco de un torrente azul. Vierte en mí el cántico de tus pupilas. El cántico, la pluma leve, el cielo, los pájaros de luz ensortijada. Rózame con tu mano añil de viento. Viento, suspiro madurado, el mar, frescura de palmeras agrupadas.
Qué lejos quedas en este mapa mudo de nuestro desamparo. Y delante de ti los dones. Una inmensa estepa que abrazas torpe porque empieza todo. Contra la duda alzas tus raíces, contra el tedio lunar de la cicatriz por el dolor asimilado. Y nosotros aquí, en el páramo gris de la rutina. Una y otra vez, y otra vez de nuevo, supimos para qué servías..
Espero inquieta y desgasto el empedrado del patio un día y otro; me empino por la noche sobre el brocal del pozo para ver a la luna mientras duerme en el fondo y te busco a su lado; a veces, me acurruco tras el magnolio chico, reposo pensativa mirando las gardenias y dejo que los ángeles me besen en la sien.
Como en un sueño vienes atravesando estaciones con diluvios de inocencia, vadeando las orillas de las islas de Calamianes.
Llegas al fin, y son tus manos ánforas que colman la sed y hacen que las noches tibias tengan el brillo de las estrellas fugaces.
Estrellas que son un sin fin de vértices malditos de imágenes congeladas... Y mismo así, llegas, y ¿a qué negarte? Si echas raíces en el páramo, te enredas con tu fina seda de hiedra en los ojos que se sacuden el olvido, te balanceas en las cuerdas de la duda llamando al avispero de los sueños hasta que se anega en un inacabable suspiro.
No sabes nada de mercurios falsos ni de alas de madera ni de torres de viento ni de la eternidad de los crepúsculos. No sabes casi nada de poesía. Fijaste tu morada entre sábanas cálidas y te da miedo el juego de la mentira insólita. Ven y conviértete en golondrina diosa y surca junto a mí los cielos de pureza.
Háblame con tu voz, con el grito de espartano, y con el gélido rumor de los días, tu eres la poesía, tu eres la prosa mágica y, solitario, como hembras en el silencio, como el barco que navega en un mundo lleno de castillos, poema, espartano, ligero en la filología de la palabra, hermoso silencio del dualismo en los faunos, espartano, gélido y perfecto, con tus nereidas...
La brisa cae en el oscuro páramo de un lugar, un lugar donde las madreselvas son madreselvas; espartano, gimiente de ese sueño poeta de la noche.
La noche revive cada circunstancia, cada palabra que quedó temblando entre las gotas de lluvia. Vuelves con el canto del viento, con el guiño de una estrella, con el perfume de las flores anónimas, con los sueños del mar que nunca duerme. Ahí estás y te llamo y me encuentras en cada letra del poema y en cada número del reloj de las horas que te acunan con el ciclo de la vida que regresa.
Fuiste origen, enamoramiento, capricho de la hipófisis.
Te he sentido mayor, conquistado por las edades de mi beso.
He visto como esperas, con los dedos en guardia, a orillas del tiempo.
Y adónde irás, con un borbotón de tristeza y estrellas heridas en la frente, adónde sin olas que vuelan con el rumor de las gaviotas. Qué será de ti, sin las raíces de mi corazón y sin rocíos que se multiplican como las algas en el mar, qué sin mi piel. Adónde volaras sin alas y con esta ronquera que trastorna y extermina.

Hallie
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Re: Texto colectivo

Publicado: Jue, 21 Jun 2018 12:46
por Hallie Hernández Alfaro
Queridos amigos, me parece que hemos llegado al final de nuestro texto colectivo.
Si hubiese algún detalle para corregir o cambiar, podemos hacerlo ahora.
Me han gustado mucho todos los tesoros que hemos dejado en los muros de esta edificación.

Creo que podemos dejarlo abierto..., siempre tendremos la posibilidad de volver a su ventana y hacerlo crecer todavía más.

Pediré a la Administración su consentimiento para trasladarlo al foro de Prosa .

Mil gracias a todos; abrazos.

Re: Texto colectivo

Publicado: Vie, 22 Jun 2018 10:01
por Marisa Peral
Hallie Hernández Alfaro escribió:Queridos amigos, me parece que hemos llegado al final de nuestro texto colectivo.
Si hubiese algún detalle para corregir o cambiar, podemos hacerlo ahora.
Me han gustado mucho todos los tesoros que hemos dejado en los muros de esta edificación.

Creo que podemos dejarlo abierto..., siempre tendremos la posibilidad de volver a su ventana y hacerlo crecer todavía más.

Pediré a la Administración su consentimiento para trasladarlo al foro de Prosa .

Mil gracias a todos; abrazos.

Hola Hallie, creo que llego tarde pero quería comentarte que este texto, que ha quedado fantástico, tiene aportaciones buenísimas y me siento privilegiada por haber ppodido participar con todos y tan buenos poetas.
Pero llevo dando vueltas desde que vi tu respuesta de ayer para dar por finalizada esta actividad y es que, si se trata de un texto basado en el amor mi última aportación que cierra el texto, de momento, me parece un poco abrubta y merece otro final ¿no te parece?

Te dejo una idea por si quieres añadirla y si alguien se anima con otra mejor, sería fantástico.

"Aun así, solitario espartano,
vayamos siempre juntos y ciegos,
volemos hasta el fin del horizonte para conjugarnos .
Tú soñarás conmigo cada noche
y nacerán aromas tibios de nuestros roces.
Hablemos como niños inquietos y te tomaré con gozo.
Te habitaré de espacios y calandrias
eternales,
vivas y desnudas.


Un beso grande y gracias por todo.