Editorial Alaire

Pretender que esta tarde vuelva el rostro y te contemple

o que escuche en este instante,

entre ese mestizaje de sonidos,

-marchándose o llegando

hasta o desde mí, o a mi través, como si fuera

para los vientos este lugar la encrucijada-

el que produce el contorno de tus dientes

al penetrar en la zanja de tus labios,

quizá que piense en ti,

es una ofensa.

No a mí, que mis palabras

apenas sí conmueven al silencio,

sino a aquellos que reciben cada día,

sobre sus párpados calmos,

la luz recién duchada, laboriosa,

y esperan cada noche que las sombras

allanen, al abatirse, el camino

al satélite tenaz que te relata.

Ellos son a los que obligas a observarte,

los que aceptan sin remedio tu murmullo

y por ello no se escapan de inferirte.

A ellos témelos, no los provoques,

porque sin duda vengarán tu impertinencia.

Le dejo mi presencia en su poema regio.
Ha sido un placer leerle.

"No a mí, que mis palabras

apenas sí conmueven al silencio,

sino a aquellos que reciben cada día,

sobre sus párpados calmos,

la luz recién duchada, laboriosa,

y esperan cada noche que las sombras

allanen, al abatirse, el camino

al satélite tenaz que te relata.

Ellos son a los que obligas a observarte,

los que aceptan sin remedio tu murmullo

y por ello no se escapan de inferirte.

A ellos témelos, no los provoques,

porque sin duda vengarán tu impertinencia. "


Si la contundencia poética pudiese medirse, su mercurio abrasaría todas las escalas!

Aplausos, Ramón, muchos.

Un abrazo,

Hallie

Precioso, Juan, con la gran calidad y clase a la que nos tienes acostumbrados. Me gusta muchísimo tu poesía, siempre lo digo.
Me gusta ese estilo de poema de dos o tres oraciones compuestas, largas, acumulativas, donde se suceden las aposicones entre comas o guiones -recurso este muy de prosa moderna, que yo también intento practicar, si bien con menos éxito. Hacen de la lectura un ejercicio continuo, que requiere de gran concentración y que traduce la complejidad del fondo. El mundo es complejo, su trasmisión también debe serlo.
Me gusta el misterio que recorre los versos, como amagando explicaciones sin darlas del todo. Me gusta muchísimo como acaricias los detalles, "los divinos detalles", como decía Nabokob.

Un abrazo, Juan.

Tu poesía siempre me atrapa aunque alguna me cueste comprenderla. Escribes bien y me gusta leerte
Abrazos
Pilar

Palabras perfectamente hiladas que confieren al poema profundidad y belleza. Poesía de alto nivel, sin duda. Un abrazo.

Juan Fionello escribió:Pretender que esta tarde vuelva el rostro y te contemple

o que escuche en este instante,

entre ese mestizaje de sonidos,

-marchándose o llegando

hasta o desde mí, o a mi través, como si fuera

para los vientos este lugar la encrucijada-

el que produce el contorno de tus dientes

al penetrar en la zanja de tus labios,

quizá que piense en ti,

es una ofensa.

No a mí, que mis palabras

apenas sí conmueven al silencio,

sino a aquellos que reciben cada día,

sobre sus párpados calmos,

la luz recién duchada, laboriosa,

y esperan cada noche que las sombras

allanen, al abatirse, el camino

al satélite tenaz que te relata.

Ellos son a los que obligas a observarte,

los que aceptan sin remedio tu murmullo

y por ello no se escapan de inferirte.

A ellos témelos, no los provoques,

porque sin duda vengarán tu impertinencia.

Me es obligatorio leerte Juan. Eres de los poetas que estimulan
porque trasmites un sentir muy acabado y eso se agradece.

Abrazos siempre.

lázaro.

Blanca N. García González escribió:Le dejo mi presencia en su poema regio.
Ha sido un placer leerle.

Muchas gracias, Blanca, es mucha tu generosidad.

Un abrazo.

Tomo nota de tu advertencia y te aplaudo calurosamente.

un abrazo

Guillermo

Hallie Hernández Alfaro escribió:"No a mí, que mis palabras

apenas sí conmueven al silencio,

sino a aquellos que reciben cada día,

sobre sus párpados calmos,

la luz recién duchada, laboriosa,

y esperan cada noche que las sombras

allanen, al abatirse, el camino

al satélite tenaz que te relata.

Ellos son a los que obligas a observarte,

los que aceptan sin remedio tu murmullo

y por ello no se escapan de inferirte.

A ellos témelos, no los provoques,

porque sin duda vengarán tu impertinencia. "


Si la contundencia poética pudiese medirse su mercurio abrasaría todas las escalas!

Aplausos, Ramón, muchos.

Un abrazo,

Hallie

Siempre consigues dejar comentarios originales y elogiosos, de los que dejan a quien los lee con una sonrisa agradecida en el rostro.

Muchas gracias, Hallie y un abrazo.

Juan Fionello escribió:Pretender que esta tarde vuelva el rostro y te contemple

o que escuche en este instante,

entre ese mestizaje de sonidos,

-marchándose o llegando

hasta o desde mí, o a mi través, como si fuera

para los vientos este lugar la encrucijada-

el que produce el contorno de tus dientes

al penetrar en la zanja de tus labios,

quizá que piense en ti,

es una ofensa.

No a mí, que mis palabras

apenas sí conmueven al silencio,

sino a aquellos que reciben cada día,

sobre sus párpados calmos,

la luz recién duchada, laboriosa,

y esperan cada noche que las sombras

allanen, al abatirse, el camino

al satélite tenaz que te relata.

Ellos son a los que obligas a observarte,

los que aceptan sin remedio tu murmullo

y por ello no se escapan de inferirte.

A ellos témelos, no los provoques,

porque sin duda vengarán tu impertinencia.

Sólo por ese hallazgo, este poema ya merece figurar en las antologías. Y de propina va el resto de este impresionante poema.
Luego me dices a mi. Esto sí que es alcanzar la estratosfera poética. Un privilegio venir a tus letras, paisano.
Un abrazo.
Pepa

Pablo Ibáñez escribió:Precioso, Juan, con la gran calidad y clase a la que nos tienes acostumbrados. Me gusta muchísimo tu poesía, siempre lo digo.
Me gusta ese estilo de poema de dos o tres oraciones compuestas, largas, acumulativas, donde se suceden las aposicones entre comas o guiones -recurso este muy de prosa moderna, que yo también intento practicar, si bien con menos éxito. Hacen de la lectura un ejercicio continuo, que requiere de gran concentración y que traduce la complejidad del fondo. El mundo es complejo, su trasmisión también debe serlo.
Me gusta el misterio que recorre los versos, como amagando explicaciones sin darlas del todo. Me gusta muchísimo como acaricias los detalles, "los divinos detalles", como decía Nabokob.

Un abrazo, Juan.

Muchísimas gracias, amigo Pablo, por este elogioso comentario hacia el poema, me alegra que te guste. También me alegra que te guste el estilo que he empleado y en el que intento últimamente profundizar, aunque me temo que el resultado resulte algo enmarañado.

Muchas gracias de nuevo y un abrazo.

Juan, te aplaudo, encantada de pasar por tus preciosos versos.

Ellos son a los que obligas a observarte,
los que aceptan sin remedio tu murmullo
y por ello no se escapan de inferirte.

A ellos témelos, no los provoques,
porque sin duda vengarán tu impertinencia."

Juan Fionello

* * *

Juan, buenos y prudentes consejos
en este excelente poema.

Un abrazo.

Paso por aquí, por este devenir de silencio...
Saludos y enhorabuena.
angel