Editorial Alaire

*No hace mucho, Pilar nos dejó un estupendo poema sobre el despertar de las conciencias. Creo que siguen despertando y poco a poco llenando las calles. Hay esperanza.



No son algas, son cabellos, primicias de los peces.

Contad nuestras cabezas,

somos bosques a punto de nacer, cientos de bosques

cuyos caminos, seguro, se entrecruzan;

troncos recientes creciendo y retorciéndose,

distanciándose deprisa del letargo.

Contad nuestras cabezas, son millones

de copas desde el aire, contadlas, no creáis

que entre todas poseen un solo cuello

y callad,

oíd ese tambor de levaduras.

A vuestros truenos opongo mi sordera,

a vuestros golpes el cuarzo

que espontáneo le ha brotado a mis arterias.

Resistimos, en raudal os resistimos,

porque el viento es nuestro, es nuestro el licor de los sarmientos,

nuestro el olor, es nuestro el trigo.


Ya no os escucho.

Quizá os descompongáis como las rocas

cubiertas por el mar, quizá la grava

filtrada a mi sandalia os pertenezca.

Ya no os recuerdo,

porque hay guitarras cantando nuestra vida.


Oh, memoria, apártate de mí, no vuelvas nunca

a distraernos del vino y derramarlo,

yace, reposa.

Que sean los muchachos los que luego,

al terminar la fiesta, te despierten.

Con qué admirable lirismo nos empujan a la acción poemas tan bien escritos como el que nos dejas, Ramón. Tras años de esperanza en los que depositamos votos y confianza en los políticos de turno, parecen haberse hechos dueños de nuestro destino, lo manejan y manipulan arteramente y, endiosados, vociferan demagogia y extienden el sentimiento de culpa a los ciudadanos, obviando su responsabilidad y la ambición desmesurada de quienes poseen el poder económico. Lo he comentado en alguna ocasión, el desmantelamiento de la Unión Soviética acabó con la mesura y precaución del capitalismo occidental. Sin alternativa social y política organizada, se han entregado al todo vale de manera descarada e impúdica. Pero me temo que los problemas del capitalismo no se solucionarán con más capitalismo, del mismo modo que el problema del comunismo no encontró salida en más comunismo. ¿Qué hacer? Pues, de momento, leer poemas como el tuyo, ganar en conciencia de clase, elaborar alternativas, recrear la utopía y... salir a la calle.
Salud.

Nadie nos dijo que esto de vivir iba a ser fácil. Las incertidumbres, eso que también llaman crisis, no son malas "per se", regeneran el músculo maltrecho por la atonía del "bienestar" que se harán imprescindibles para gestionar adversidades.


Me plugo pasar por tus letras, compañero.

Sí amigo, despiertan las conciencias para decir
que hay arreglar los caminos, pero nadie puede
ni sabe escribir derecho. Es una pena que tan sigilosa
crítica no llegue a las conciencias de quien debiera poner la solución

Estupendo poma, Juan, poeta

Un abrazo

guillermo

Qué alegría y qué agradecimiento tan grande que te acerques a mis orillas para recordarme, más con este estupendo poema con la calidad que has conseguido en tus obras.
Describes perfectamente ese despertar y engrandecerse el bosque que va surgiendo por todas las esquinas
Abrazos
Pilar

Julio González Alonso escribió:Con qué admirable lirismo nos empujan a la acción poemas tan bien escritos como el que nos dejas, Ramón. Tras años de esperanza en los que depositamos votos y confianza en los políticos de turno, parecen haberse hechos dueños de nuestro destino, lo manejan y manipulan arteramente y, endiosados, vociferan demagogia y extienden el sentimiento de culpa a los ciudadanos, obviando su responsabilidad y la ambición desmesurada de quienes poseen el poder económico. Lo he comentado en alguna ocasión, el desmantelamiento de la Unión Soviética acabó con la mesura y precaución del capitalismo occidental. Sin alternativa social y política organizada, se han entregado al todo vale de manera descarada e impúdica. Pero me temo que los problemas del capitalismo no se solucionarán con más capitalismo, del mismo modo que el problema del comunismo no encontró salida en más comunismo. ¿Qué hacer? Pues, de momento, leer poemas como el tuyo, ganar en conciencia de clase, elaborar alternativas, recrear la utopía y... salir a la calle.
Salud.

Ante todo muchas gracias por lo que dices del poema, Julio. No sabes cómo comparto el análisis que haces acerca del momento histórico en el que nos encontramos.
La poesía, como el resto de las obras humanas, pueden ayudar a esta movilización a la que nos empuja una codicia sin medida y miserablemente destructiva.
Las clases medias, esas clases medias que el sistema permitió ensanchar para conjurar el peligro del comunismo y sobrevivir, y que llevaron el capitalismo a un largo periodo de prosperidad y estabilidad (en el primer mundo, claro, y en gran parte a costa de la mayoría de la humanidad, que se pudría en la mayor parte del Planeta) esas clases medias, son las que ahora se ven (nos vemos) día a día camino de una proletarización que además se encargan de hacernos creer que es inevitable, porque lo que habíamos vivido era una fiesta que no nos podíamos permitir. Y nos lo dicen los que viven envueltos en el lujo y en la fiesta permanente. Pero creo que las clases medias no se van a dejar, o por lo menos lo van a poner difícil. Al menos eso espero, porque si no la lucha les tocará a nuestros hijos o nietos, y cuanto más retrocedamos más sufrimiento les costará recuperar lo que estamos perdiendo.

Un abrazo, Julio.
Salud.

Gran poema, escrito con tu impecable estilo, y gritando verdades que deben ser dichas, gritadas para que muchos despierten. La voz y la letra, poeta, son armas muy poderosas y las tuyas están muy bien afiladas. Siempre un gusto. Mis abrazos de amigo.

Juan Fionello escribió: *No hace mucho, Pilar nos dejó un estupendo poema sobre el despertar de las conciencias. Creo que siguen despertando y poco a poco llenando las calles. Hay esperanza.



No son algas, son cabellos, primicias de los peces.

Contad nuestras cabezas,

somos bosques a punto de nacer, cientos de bosques

cuyos caminos, seguro, se entrecruzan;

troncos recientes creciendo y retorciéndose,

distanciándose deprisa del letargo.

Contad nuestras cabezas, son millones

de copas desde el aire, contadlas, no creáis

que entre todas poseen un solo cuello

y callad,

oíd ese tambor de levaduras.

A vuestros truenos opongo mi sordera,

a vuestros golpes el cuarzo

que espontáneo le ha brotado a mis arterias.

Resistimos, en raudal os resistimos,

porque el viento es nuestro, es nuestro el licor de los sarmientos,

nuestro el olor, es nuestro el trigo.


Ya no os escucho.

Quizá os descompongáis como las rocas

cubiertas por el mar, quizá la grava

filtrada a mi sandalia os pertenezca.

Ya no os recuerdo,

porque hay guitarras cantando nuestra vida.


Oh, memoria, apártate de mí, no vuelvas nunca

a distraernos del vino y derramarlo,

yace, reposa.

Que sean los muchachos los que luego,

al terminar la fiesta, te despierten.

Sigo de cerca la problemática de España,
un mal inferido a una nación , es preocupación de todos.
Hoy la consciencia del poeta se expresa y vuela mi apoyo
a tanto decoro.
Ejemplar Juan !

Abrazos


lázaro.

Después del magnifico comentario de Julio, poco puedo añadir. Un excelente poema en el que expresas una verdad y un compromiso que debería ser el de todos. Un placer venir.
Un abrazo.
Pepa

Maestría, fuerza, pulcritud y honda belleza.

De pie para aplaudirte!

Un abrazo fuerte, hermano poeta.

Hallie

Nésthor Olalla escribió:Nadie nos dijo que esto de vivir iba a ser fácil. Las incertidumbres, eso que también llaman crisis, no son malas "per se", regeneran el músculo maltrecho por la atonía del "bienestar" que se harán imprescindibles para gestionar adversidades.


Me plugo pasar por tus letras, compañero.

Totalmente de acuerdo, Nestor. Las crisis, además de inevitables, pueden ser una oportunidad, como tú dices, para hacer una sociedad menos átona y más tónica. El problema es que por ahora los que están aprovechando sus oportunidades impecablemente son los causantes de la crisis para fortalecer su posición. Espero que la sociedad, poco a poco, se vaya dando cuenta y actúe. Esa esperanza es la que preside este poema.

Un abrazo y muchas gracias por tu amable comentario.

Guillermo Cuesta escribió:Sí amigo, despiertan las conciencias para decir
que hay arreglar los caminos, pero nadie puede
ni sabe escribir derecho. Es una pena que tan sigilosa
crítica no llegue a las conciencias de quien debiera poner la solución

Estupendo poma, Juan, poeta

Un abrazo

guillermo

Muchas gracias, Guillermo. Generoso como siempre y profundo en tu lectura y comentario. Bueno, aunque esta crítica en particular no llegue, espero que se una a ese rumor que se va volviendo estruendo y que por narices tendrán que escuchar.

Un abrazo, amigo.

Pilar Morte escribió:Qué alegría y qué agradecimiento tan grande que te acerques a mis orillas para recordarme, más con este estupendo poema con la calidad que has conseguido en tus obras.
Describes perfectamente ese despertar y engrandecerse el bosque que va surgiendo por todas las esquinas
Abrazos
Pilar

Muchas gracias, Pilar. Lo cierto es que te mereces, no una, sino muchas dedicatorias, porque realmente eres el alma de este foro, con tu presencia, tu compañerismo y constante aliento a todos nosotros, además del estímulo que leerte supone para cualquiera al que le guste la poesía.

Un abrazo fuerte.

[quote="Juan Fionello"]Este poema tan hermoso es un canto de esperanza, un vino fresco que alivia nuestras gargantas secas por tantas mentiras. Da gusto encontrarse este manantial en medio del desierto. Gracias, Juan, por dejarnos algo tan bello.

Hermoso poema, amigo Juan, de esperanzas que piden soluciones justas ante los tristes sucesos que nos acontecen.
Me temo que esto no ha hecho más que empezar, vendrán muchos recortes, desgraciadamente vendrán muchos más y todo ellos irán en la misma dirección: desmantelar el estado del bienestar. Quieren desmantelarlo y no pararán hasta conseguirlo.
Ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema, como el de Pilar, muy necesario para concienciar a la gente.
Un cordial abrazo.