Editorial Alaire

He deshojado mis puertas,
he descerrajado el huerto,
he desandado mi huída,

la casa me rodea nuevamente.
Encontrarás el portón de mi celda entornado,
invitándote a ti y al inmenso dolor del que te sirves.

Cuando me haya ataviado con mis ropas de agua
solo hallarás fragilidad
y un cabello agostado por la ausencia.

Mi rostro ha vuelto de un largo viaje
en busca de alimento.
No te incumbe lo que encontré
ni como burlé tu asedio.
¿No lo ves? mis brazos están rotos,
mis pies no estarán más quietos si los sepulto
porque he vuelto de un largo viaje,
de un lugar donde también sentí tu aliento.

[quote="Juan Fionello"]

Es inútil la huida, amigo Juan. Al final, encuentras el aliento y la sombra de aquello de lo que huyes. Estamos condenados a encontrarnos siempre con los recuerdos y la nostalgia es como un chicle reblandecido que se adhiere a nuestros zapatos. Saludos.

Me gusta adentrarme en tus poemas, y este regreso tiene versos de gran autenticidad que he disfrutado mucho.
Abrazos
Pilar

ROBERTO LÓPEZ escribió:

Juan Fionello escribió:
Es inútil la huida, amigo Juan. Al final, encuentras el aliento y la sombra de aquello de lo que huyes. Estamos condenados a encontrarnos siempre con los recuerdos y la nostalgia es como un chicle reblandecido que se adhiere a nuestros zapatos. Saludos.

Muchas gracias por tu paso, Roberto, y por profundizar en estos versos con un comentario que comparto plenamente.

Un abrazo.

Juan te aprecio mucho como a varios de este sitio excelente poema me deja un aire melancolico, hermosos versos me ha gustado mucho ese retorno


¿No lo ves? mis brazos están rotos,
mis pies no estarán más quietos si los sepulto
porque he vuelto de un largo viaje,
de un lugar donde también sentí tu aliento.

Muy muy bonito Juan.

Tengo que tomar un poquito de aire porque tus versos me dejan siempre el corazón en un ovillo...

Un abrazo grande.

Juan Fionello escribió:
He deshojado mis puertas,
he descerrajado el huerto,
he desandado mi huída,

la casa me rodea nuevamente.
Encontrarás el portón de mi celda entornado,
invitándote a ti y al inmenso dolor del que te sirves.

Cuando me haya ataviado con mis ropas de agua
solo hallarás fragilidad
y un cabello agostado por la ausencia.

Mi rostro ha vuelto de un largo viaje
en busca de alimento.
No te incumbe lo que encontré
ni como burlé tu asedio.
¿No lo ves? mis brazos están rotos,
mis pies no estarán más quietos si los sepulto
porque he vuelto de un largo viaje,
de un lugar donde también sentí tu aliento.

Me ha sorprendido ese final ! De alto vuelo. Nunca la distancia existirá
cuando se ama a alguien con diafanidad.
Hay un tono de fina melancolía que atrapa , también el dolor se palpa !
Muy bueno Juan

abrazos

lázaro.

Dura es la soledad que se alimenta de ausencias
pero siempre vivirá entre las dos fuerzas la que va
y la que vuelve.

Un magnífico poema lleno de esa nostalgia que quiere dejar de serlo.

Como siempre, tus poemas desprenden dolor de vida, el dolor que da esa irremediable experiencia en el desengaño.

Un abrazo, amigo Juan.

Pilar Morte escribió:Me gusta adentrarme en tus poemas, y este regreso tiene versos de gran autenticidad que he disfrutado mucho.
Abrazos
Pilar

Muchas gracias, Pilar. A mí me gusta verte en ellos y te lo agradezco.

Un abrazo.

Un retorno de alto vuelo y a tu estilo sugerente, sentido, lleno de experiencia y abarcado por la magnífica visión del poeta, que transmuta los paisajes en tinta. Siempre un gran gusto, leerte, poeta. Mis abrazos de amigo.

Juan Fionello escribió:
He deshojado mis puertas,
he descerrajado el huerto,
he desandado mi huída,

la casa me rodea nuevamente.
Encontrarás el portón de mi celda entornado,
invitándote a ti y al inmenso dolor del que te sirves.

Cuando me haya ataviado con mis ropas de agua
solo hallarás fragilidad
y un cabello agostado por la ausencia.

Mi rostro ha vuelto de un largo viaje
en busca de alimento.
No te incumbe lo que encontré
ni como burlé tu asedio.
¿No lo ves? mis brazos están rotos,
mis pies no estarán más quietos si los sepulto
porque he vuelto de un largo viaje,
de un lugar donde también sentí tu aliento.

Hermosísimos versos Juan, de una tristeza que duele. Pero también veo resignación, rendición ante una lucha desigual e inutil y el deseo de poder olvidar.
Un gusto leerte, como siempre.
Abrazos.

javierdicenzo80 escribió:Juan te aprecio mucho como a varios de este sitio excelente poema me deja un aire melancolico, hermosos versos me ha gustado mucho ese retorno


¿No lo ves? mis brazos están rotos,
mis pies no estarán más quietos si los sepulto
porque he vuelto de un largo viaje,
de un lugar donde también sentí tu aliento.

Muchas gracias, Javier, por tu afectuoso comentario. Te aseguro que el aprecio es mutuo y me alegra y enorgullece que el poema te haya gustado.

Un abrazo.

Maria Pilar Gonzalo escribió:Muy muy bonito Juan.

Tengo que tomar un poquito de aire porque tus versos me dejan siempre el corazón en un ovillo...

Un abrazo grande.

Muchas gracias, Maria Pilar, por tu generoso y entrañable comentario. Te agradezco mucho lo que me dices con tanta generosidad.

Un gran abrazo también para tí.

lazaro Habana escribió:

Juan Fionello escribió:
He deshojado mis puertas,
he descerrajado el huerto,
he desandado mi huída,

la casa me rodea nuevamente.
Encontrarás el portón de mi celda entornado,
invitándote a ti y al inmenso dolor del que te sirves.

Cuando me haya ataviado con mis ropas de agua
solo hallarás fragilidad
y un cabello agostado por la ausencia.

Mi rostro ha vuelto de un largo viaje
en busca de alimento.
No te incumbe lo que encontré
ni como burlé tu asedio.
¿No lo ves? mis brazos están rotos,
mis pies no estarán más quietos si los sepulto
porque he vuelto de un largo viaje,
de un lugar donde también sentí tu aliento.

Me ha sorprendido ese final ! De alto vuelo. Nunca la distancia existirá
cuando se ama a alguien con diafanidad.
Hay un tono de fina melancolía que atrapa , también el dolor se palpa !
Muy bueno Juan

abrazos

lázaro.

Muchas gracias, Lázaro. En efecto, no es fácil crear esa distancia, aunque a veces se intente.

Un afectuoso abrazo.