Traición imprescriptible
Publicado: Mar, 31 Mar 2020 2:31
Traición imprescriptible
Vivían solos desde añares, desde que el último hijo también se marchó.
No festejaban ya sus cumpleaños (sería como aplaudir cada día un escalón más a la fosa).
Rutinariamente, se trataban con cierta educación y prudente distancia. Se volvieron sensibles a la opinión del otro: le daban importancia. Ambos reaccionaban con cierta histeria ante el menor recuerdo incómodo exhumado.
Una noche, acercándose con ilusión a ella, él le dijo:
—¿Me amas todavía?
—Por supuesto que te amo. No viviría contigo si no.
—Déjame darte un beso, entonces.
—¿Por qué no se la ofreces a tu amante?
—¿Qué amante? ¡Yo no tengo amante! Ni siquiera salgo de casa.
—La que vive en mi mente desde hace treinta años.
Vivían solos desde añares, desde que el último hijo también se marchó.
No festejaban ya sus cumpleaños (sería como aplaudir cada día un escalón más a la fosa).
Rutinariamente, se trataban con cierta educación y prudente distancia. Se volvieron sensibles a la opinión del otro: le daban importancia. Ambos reaccionaban con cierta histeria ante el menor recuerdo incómodo exhumado.
Una noche, acercándose con ilusión a ella, él le dijo:
—¿Me amas todavía?
—Por supuesto que te amo. No viviría contigo si no.
—Déjame darte un beso, entonces.
—¿Por qué no se la ofreces a tu amante?
—¿Qué amante? ¡Yo no tengo amante! Ni siquiera salgo de casa.
—La que vive en mi mente desde hace treinta años.