Este día es igual a otro (Alfonso y Hallie)

[Hallie Hernández Alfaro]

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Dos segundos, tan solo dos segundos hilvanados alrededor de un origen, escuchando el
adagio tremante de Barber, para sentir tus golpes en la pared. Me encojo como la teoría
para cuerdas, y tú, desde el otro lado, en el infinito rasgo de un día cualquiera, le has dado
un sueño a mi despertar. Uno se siente como si el centro fuese un lado, tiene cierto encanto
la desolación de esta imagen. Entre la nebulosa y el anhelo de dos universos paralelos donde
el dorso de un dibujo de tu rostro triza el espacio, recordar hacia atrás un sueño, calculado en
segundos, tiene que ser un instante de otra vida. Otra medida del cuerpo, otro asfalto que
domará mis pasos. Los dioses perdieron dos trozos de otra vida, en un sitio en que da la
vuelta el aire. Parece ser que se origina lo perdurable en ese instante. Yo, para ti, tú, para mí,
No es posible no ser, tiene que existir un error. Algo funciona sin mí lo mismo que
contigo.Tras hacerle un ojo de color agujero a la ventana escucho una voz solemne
taladrando las paredes, resquebrajando el paisaje. Es una mujer breve con cuello de
almohada, su voz sumergida no es suya sino de la mujer que cruza en sentido contrario. No
es necesario que tenga todo el tiempo en cuenta que se trata de otra versión de ti, ni su
edad, ni la tuya. Solo sortear el sepia aparcado junto al camino para llegar a la bola de lana
de otra vida. Vigilar junto a ella y esperar el momento oportuno. No sospecha que el tiempo
no existe, desconoce cuál es el impulso que la guía. Dónde está escrito, en qué gen, en que
porción infinitesimal de su universo, que sólo es verdad la luz. No puede ser que su realidad
sea engaño del insomnio y los sentidos, pues los dioses no pueden persistir en error ya tantos
milenios.
Dos segundos, tan solo dos segundos, custodiados por la voluntad del infinito.
En la duermevela del martes, quise calentar tu figura, tiznada de carbón adolescente,
renacida del frío, exhausta por los besos de otra vida.
Ha sido una fuga de lados, un hueco en la artillería de los relojes, un sesgo en la
temporalidad de las manos unidas. No me fío del error, no puedo morir en sus brazos.
Es un hombre breve que salpica la intuición de mis pies, es un alveolo sideral que respira
amor en las trincheras y abrasa la corona de los siglos.
Parece que se origina lo perdurable en ese instante. Yo, para ti, tú, para mí.


Nota: Trabajo conjunto de Alfonso Alfaro y Hallie Hernández.
Gracias de nuevo, por tu valiosísima aportación y todos los esfuerzos volcados en esta idea, querido amigo.

[Ana García]

Es una gozada todoo: música, imagen, prosa poética, voces de calado hondo.
Pura magia en un universo de cuerdas. Serenidad en cada pausa.
Os felicito. Lo habéis bordado, compañeros.
Un abrazo a ambos.

[Alfonso Alfaro]

Es una gozada todoo: música, imagen, prosa poética, voces de calado hondo.
Pura magia en un universo de cuerdas. Serenidad en cada pausa.
Os felicito. Lo habéis bordado, compañeros.
Un abrazo a ambos.

Infinitas gracias, Ana. Una gozada tu comentario.
Fuerte abrazo.