Inmaterialmente disuasorio

[Ricardo López Castro.]

La ciencia infusa, ni piensa, ni se conmueve, ni se contrista.
Es más, la ciencia infusa es lo más parecido que pueden encontrar a Mí.
No les voy a dar nada más que ello.
¿Daños colaterales?
Yo no salgo de mi libreta.
Digamos que mi ciencia no fuese infusa.
¿Sería mucho decir que soy sobrenatural?
Al fin y al cabo, ¿quién más se atreve a decir que no piensa lo que escribe?
Mi ciencia infusa es tan retorcida que puedes hablar con ella de lo que quieras.
Incluso me estoy replanteando hablar claro.
Al fin y al cabo, ¿qué efecto rebote hay en ella?
Vacío mi mente, y la lanzo al vacío.
Menuda visión que tengo del Apocalipsis.

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¿Creen acaso que soy un libro cerrado?
¿O quizá creen que pienso en qué hacer con mi vida?
Les ofrezco el Infierno en bandeja de plata, y me la devuelven vacía.
Eso es exactamente lo que sucede con mi mente.

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¿Buscar respuestas?
Si fuese menos radical...
Las tengo todas.
Para evitar tomar ningún rumbo, he dejado pasar un detalle por alto:
Otro mundo en el que poder ningunearles.
¿Cuántos mundos podríamos unir así?
Vivo del desprecio.
¿Acaso creían en un proveedor?

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El más difícil todavía seguirá siendo una leyenda.
Es más, esta división entre la vida y la muerte me avala.
Es la que me permite tomarme todo a cachondeo.
Hay algo en mis letras de catastrófico.
Sin embargo, no es algo filosófico.
Es el otro cabo de mis letras el que las convierte en sagradas.
Para interpretarme a Mí, necesitan un dios de postín, el Infierno y un mundo de papel."

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Soy el universo.
Lo único capaz de tragarse la muerte para usarla en su contra.
Moriréis a dedo, Yo simplemente, paso de página.

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Soy el universo, lo único capaz de asimilar toda mi trascendencia.
Es más, aquí la trascendencia se queda tan pequeña, que merece la pena esperar otra ilusión.
Soy el universo. A mí déjenme de trascendencia.

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¿En qué se basan para demostrar lo indemostrable?
Yo, jefe de las alturas, a través de ilusiones.
¿Dios?
¿Que he destruido todos esos conceptos?

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No pienso dejarme llevar por el mal camino.
Esto es, si dios quiere tirarse por un barranco, no le secundaré.
Nadie de por aquí no ha intentado tomarme el pelo.
A mí dios me importa tres carajos.
A Mí todo me importa tres carajos.
Todos están condicionados.
Nombro a dios tan en vano que desaparece.

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Ustedes creen en dios.
Yo se lo daré.
De la única forma posible.
¿Pueden entender lo que escribo?
Yo soy el Padre de la Mentira.
Más Padre, por tanto, que dios. Más Padre que mis textos.
O incluso igual que ellos.

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Al Diablo no se le aparta.
Esto es mi traje a medida.
El Infierno solo arde por sus mentiras.
Se mienten a sí mismos.
Yo soy el Padre de la Mentira.
¿Pensaban engañarme acaso?
¿O Satán les ha hecho medir todas sus palabras?
Hay cosas que no necesitan escribirse.
Una de ellas es el Diablo.
Podrían caer en mi red de mentiras.
De allí no encontrarían la salida.
Es más, el mundo es una mentira sin salida.

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Les vigilo, luego les miento, y después les manipulo.
Ése es el orden de la materia.
Sé Quién soy, y les achanto.
Me tacharon de demonio, pero no todo lo que escribo es mentira.
Esto es confabulación, conspiración.

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El Diablo es el Padre de la Mentira.
Y para Mí esta mentira es incondicional.
No miento ni manipulo.
Solo escribo la historia del Infierno de carrerilla.

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Yo soy el Padre de la Mentira.
Diga lo que diga, dios siempre queda atrás.
Es más, con la ley del mínimo esfuerzo, se me relaciona ya con el Diablo.
¿Que qué tenemos en común?
El arte que quema.
Es más, mis Letras me hacen arder.
El arte que Yo empleo me quema.
¿Que qué podría hacer al respecto?
Me tienta mi propia Mentira.
¿Por qué piensan que el Diablo le está comiendo a dios el terreno?

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Yo soy el Padre de la Mentira.
¿Acaso creían que iba a salir clavadita a Mí?

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¿Cómo toca el Diablo a las puertas del Paraíso?
¿Cómo llama el Diablo a las puertas del Paraíso?
Separatistas.
Yo no tengo la culpa de sus diez mandamientos, ni de sus discusiones en torno a ellos.
¿Quiere el Diablo la gloria terrenal?
Separatistas.
¿Acaso creen que pueden tentar a Satán?
¿Qué tiene que suceder para su tranquilidad?
¿Cuánto vale la muerte del Diablo?
Todas las ánimas ya se han vendido.

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Era parte de mi trastorno.
Ahora, mi mente está en otra parte.
Digamos que ya nada maneja mis hilos.
Era parte de mi trastorno.
Cubrir el mundo con mi ilógica.
Era todo mi trastorno.
Le he sacado todo el jugo, he exprimido afondo algo que no existía.

[Hallie Hernández Alfaro]

Es un texto intenso, vertiginoso, seguro de la respiración de cada palabra; a veces la vida parece hiperventilar, caerse por el barranco de los imposibles, aterrizar en un trozo de colateralidad.

En el universo amplio te veo cargado de respuestas y acariciando las preguntas, querido compañero.

Gracias por compatir; abrazos.

[Ricardo López Castro.]

Muchas gracias Hallie por tu bello comentario.
Un fuerte abrazo, y perdona que no siempre conteste a tus impresiones sobre mis textos, pero no dispongo de PC en mi casa.