De camino al colegio
Publicado: Dom, 09 Jun 2019 22:45
DE CAMINO AL COLEGIO
¡Vaya día radiante!, pienso al salir del portal y recibir el claror fresco del cielo que conquista ya la calle entera. Los niños se pelean frente a mí por ver quién es el agraciado en cabalgar sobre mis hombros hasta el colegio. Se lo juegan al cara o cruz y Mateo gana el puesto. Les empiezo a contar las aventuras del faraón Ramsés, cuando Mateo me interrumpe posando sus dedos sobre mis labios y me dice con tono inquieto:
—Papá, qué triste es que cuando tú y yo seamos viejos nos convirtamos en momias.
—Eso no ocurrirá nunca, hijo— le contesto.
De pronto, el cielo brillante se esfuma y ya no camino feliz junto a mis hijos sino que me encuentro en el interior de un coche. Entonces, abren la puerta y un hombre —que ciertamente me suena— me comenta sonriente:
—Ves, papá, ¿a que es bonita la residencia?
Kalkbadan
Madrid, 10 de julio de 2014
¡Vaya día radiante!, pienso al salir del portal y recibir el claror fresco del cielo que conquista ya la calle entera. Los niños se pelean frente a mí por ver quién es el agraciado en cabalgar sobre mis hombros hasta el colegio. Se lo juegan al cara o cruz y Mateo gana el puesto. Les empiezo a contar las aventuras del faraón Ramsés, cuando Mateo me interrumpe posando sus dedos sobre mis labios y me dice con tono inquieto:
—Papá, qué triste es que cuando tú y yo seamos viejos nos convirtamos en momias.
—Eso no ocurrirá nunca, hijo— le contesto.
De pronto, el cielo brillante se esfuma y ya no camino feliz junto a mis hijos sino que me encuentro en el interior de un coche. Entonces, abren la puerta y un hombre —que ciertamente me suena— me comenta sonriente:
—Ves, papá, ¿a que es bonita la residencia?
Kalkbadan
Madrid, 10 de julio de 2014