Siempre los deja al punto y coma.
Suelo escribir prosa poética los jueves y emborracharme los domingos con un pulque infame que me manda el poeta Villa desde Jalisco. Escribo estas letras porque deseo dejar constancia de un suceso extraordinario del que fui protagonista ayer.
Salí temprano a buscar setas por el Monte Carmelo. Quería preparar para los amigos un plato especial: “Setas silocibe con un toque de gengibre al fluido de pecho bravo”; esta noche haría que sus almas revolotearan como las golondrinas sobre los versos de Bécquer.
Recolecté un gran cesto de esas criaturas que crecen sobre el putrefacto de mis manos y me puse a almorzar bajo un ciprés de Silos. Mientras caía la tarde, la lluvia dejaba en la marea un leve dolor a espina y torbellino, la hierbabuena me aspiraba en hermosas volutas de humo. Un mirlo blanco se me apareció entonces:
-Luis, tonto, existen otros mundos, no te conformes con lo que ves.
-Buenas tardes leporino volador. Parece interesante tu propuesta. Pero ¿y si cierro los ojos? Si ya no veo, pero sigo viendo: ¿cuál es la diferencia?
El pájarraco paró en seco su huida y parpadeó.
-No creo que estés en disposición de filosofar, sígueme.
-Creo que me voy a quedar en los brazos de Alicia, le dije, uno de los espacios más dulces que conozco.
-Acabo de comprarlo, dijo, lo tengo en mi mundo y bajo mis leyes.
No tuve otro remedio. Tuve que irme tras él y caí por la cueva.
Las paredes eran tan cálidas, que resbalar por sus pliegues suponía un placer comparable a manejar mi viejo Rodeo; atiborrándome de cervezas mientras escucho el Trabuco de Verdi.
Cuando caí al suelo le susurré:
-Por favor Alicia, pásame otra vez el puro de Mariquita; por favor, no te vayas a hacer grande en este momento. Sigue siendo esa niña que me cuenta historias en mis noches de frío.
Hoy nos comimos, las setas también. Mañana ya veremos. Y fuimos felices.
Dejo la receta por si acaso alguien la necesitara en noches de desaliento y fervor.
Ingredientes:
Para la mamada trufada:
*1 huevo
*Aceite de gengibreguacamol a la noix
*Aceite aromatizado con trufa o funghi porcini
*Sal al gusto
*Orejas top model a la Vernuilli
*Chapiñon ligue
*Shirtaki
*Una ramita de romero del Mar Muerto
*Unos brotes sicóticos
*Aceite aromatizado de oliva
*Aceto balsámico de la bel-la italia
Esta salsa acompaña a las tetas levemente pasadas por la brasa.
Recordad poner la parte cóncava hacia la convexa para que no se quemen.
Como vino consorte puedo recomendar el mallorquín Veritas Blanc del cual el Sr Calle puede hacer una breve reseña.
Salud