Editorial Alaire

Si te aproximas a mi nombre
y lo alzas
hasta que alcance el ritmo de la luz,
seré velocidad y cine a oscuras,
maremoto o mechero,
a ratos paz y a ratos lengua.

Seré, si quieres, cántaro
o mortaja que arrope los suicidios,
siempre herida y metal,
nunca consuelo, pieza, sorbo,
nunca de plástico o de nube.
Si me alzas, no te engañes,
porque soy crimen, no cintura.

La princesa se ha muerto entre la nieve
y ahora lleva un cordón de sangre en la cabeza.

Hola Carmen
Estremece esa princesa muerta entre la nieve
Un acierto.
un abrazo
Pepa

Joder, Carmen, ésto es magistraaaaalllllll....!!!!!!!!!

Reverencias, max

La princesa se ha muerto entre la nieve
y ahora lleva un cordón de sangre en la cabeza

Bueno, Carmen, MAximiliano lo ha dicho de un modo totalmente adecuado. Es quizá, de lo que te he leído, el poema que más impacto me ha producido. Lo he leído varias veces, y el impacto iba a más. No sé qué decirte, me encanta tu estilo y estás logrando perfeccionarlo cada vez más.


En espera de tu próximo poema, un abrazo.

CARMEN...

Coincido en la sensación de ese crecimiento poético en tus letras.

siempre trasladan una sutil sobriedad, creíble, huída de todo artificio.

Un placer, hermana

Carmen!!!!!! Estoy de acuerdo con max y con todos, es un poema magistral. Las primeras dos estrofas llevan un ritmo tremendo, una fuerza arrolladora y belleza en todos los costados. Los versos finales son monumentales!!!

Ovación cerrada y sostenida!

Un beso enorme,

Hallie

.



Estás que te sales, mujer!! Salve poeta!

Besos - Iben



.

Otro poema intensísimo con muchos matices y muchas interpretaciones abiertas. Desde luego, siempre carne viva, siempre mortal, nunca juguete ni entretenimiento banal. Así tus versos.

Un beso con cariño.

Creo que ya te lo han dicho todo, Carmen. Los últimos poemas que publicaste ya me gustaban mucho, pero éste los supera. Besos.

Excelente poema, , de acuerdo con todos. Versos que hablan de mucha decisión tomada



Aplausos, muchos



AlondraS

Josefa A. Sánchez escribió:Hola Carmen
Estremece esa princesa muerta entre la nieve
Un acierto.
un abrazo
Pepa

Me alegra que te haya hecho sentir algo, Pepa. Muchas gracias por contármelo.

Abrazo grande,

Carmen

Maximiliano Rodriguez escribió:Joder, Carmen, ésto es magistraaaaalllllll....!!!!!!!!!

Reverencias, max

Pero, Max, no has leído que ya no hay princesas? Nada de reverencias, por favor, je...

En serio, gracias por leer.

Y abrazo grande,

Carmen

carmen iglesia escribió:Si te aproximas a mi nombre
y lo alzas
hasta que alcance el ritmo de la luz,
seré velocidad y cine a oscuras,
maremoto o mechero,
a ratos paz y a ratos lengua.

Seré, si quieres, cántaro
o mortaja que arrope los suicidios,
siempre herida y metal,
nunca consuelo, pieza, sorbo,
nunca de plástico o de nube.
Si me alzas, no te engañes,
porque soy crimen, no cintura.

La princesa se ha muerto entre la nieve
y ahora lleva un cordón de sangre en la cabeza.

Me gusta, me gusta.

Siento esas venas por sombrero. Pasajeras involuntarias de un cuerpo destinado a la herida como tus manos atan la memoria de los pájaros.

san armilo b.

Juan Fionello escribió:La princesa se ha muerto entre la nieve
y ahora lleva un cordón de sangre en la cabeza

Bueno, Carmen, MAximiliano lo ha dicho de un modo totalmente adecuado. Es quizá, de lo que te he leído, el poema que más impacto me ha producido. Lo he leído varias veces, y el impacto iba a más. No sé qué decirte, me encanta tu estilo y estás logrando perfeccionarlo cada vez más.


En espera de tu próximo poema, un abrazo.

Me alegra que te guste Juan, yo no sé si mejoro o empeoro, mis ojos en poesia sois vosotros, así que muchas gracias por dejarme esa opinión que da muchos ánimos...

Un abrazo grande,

Carmen

Nésthor Olalla escribió:CARMEN...

Coincido en la sensación de ese crecimiento poético en tus letras.

siempre trasladan una sutil sobriedad, creíble, huída de todo artificio.

Un placer, hermana

El placer es mío, Nésthor. Y te digo lo mismo que a Juan, muchas gracias por esas palabras que animan mucho a seguir con ésto...

Abrazo grande,

Carmen