Rafael, me ha gustado mucho tu poema.
Un fuerte abrazo
Las cosas por decir. (L. IV)
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
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Rafel Calle
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Rafel Calle
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Hallie Hernández Alfaro
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Re: Las cosas por decir. (L. IV)
Por el umbral del erotismo cano, donde gimen los restos de un perfil seductor,
asoma una silueta emparentada con la sigilosa magnitud de un instinto sin dueño;
algo así como una mente enamorada del peligro.
Propone conjurar el don fertilizante, del plasma que se ha vuelto perezoso,
en una evocación de anhelos fracturados; esquirlas ya del hueso y del poniente.
Si quiere restaurar la plenitud, más allá del solsticio de las pieles, durmiendo
las voraces criaturas que viven de lamer la pesadumbre, entonces,
de los presentimientos derivarán mensajes a la adusta actitud
de un dormir destapado, de un insomnio constante, de la noche que llaga.
Y de las cosas por decir que están cautivas en los viejos presidios
donde cumple condena la añoranza.
Para no recordar un imposible, ahora, si el amor es alcanzable,
tal vez sería bueno amarse sin reservas.
La vida erosiona los suelos, las mesas tristes, los rosarios de humo, las velas de un tránsito acuoso, los terrones de fracaso masticados a medias. Este poema sigue siendo un escenario valiente, torre luminosa que defiende horizontes y purifica las fuerzas del porvenir.
Aplausos y más aplausos, poeta.
Abrazo fuerte,
Hallie
asoma una silueta emparentada con la sigilosa magnitud de un instinto sin dueño;
algo así como una mente enamorada del peligro.
Propone conjurar el don fertilizante, del plasma que se ha vuelto perezoso,
en una evocación de anhelos fracturados; esquirlas ya del hueso y del poniente.
Si quiere restaurar la plenitud, más allá del solsticio de las pieles, durmiendo
las voraces criaturas que viven de lamer la pesadumbre, entonces,
de los presentimientos derivarán mensajes a la adusta actitud
de un dormir destapado, de un insomnio constante, de la noche que llaga.
Y de las cosas por decir que están cautivas en los viejos presidios
donde cumple condena la añoranza.
Para no recordar un imposible, ahora, si el amor es alcanzable,
tal vez sería bueno amarse sin reservas.
La vida erosiona los suelos, las mesas tristes, los rosarios de humo, las velas de un tránsito acuoso, los terrones de fracaso masticados a medias. Este poema sigue siendo un escenario valiente, torre luminosa que defiende horizontes y purifica las fuerzas del porvenir.
Aplausos y más aplausos, poeta.
Abrazo fuerte,
Hallie
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Rafel Calle
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Muchas gracias, amiga Hallie, te agradezco el comentario y me alegra que te haya gustado el poema.
Se trata de un soliloquio o algo así; es un poema que tenía olvidado y que ahora quizá tenga que recordar por qué lo escribí. A veces, ocurre que las cosas por decir que están cautivas, pues, se rebelan... Y qué te voy a decir a ti que no sepas de flores amordazadas.
Un fuerte abrazo.
Se trata de un soliloquio o algo así; es un poema que tenía olvidado y que ahora quizá tenga que recordar por qué lo escribí. A veces, ocurre que las cosas por decir que están cautivas, pues, se rebelan... Y qué te voy a decir a ti que no sepas de flores amordazadas.
Un fuerte abrazo.
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Alba Viñals
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Rafel Calle
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