Tempus fugit.

[Vicente Fernández-Cortés]

Excelente homenaje a la docencia donde se pone de maniesto de manera irrefutable tu talla de poeta.


Mi abrazo

[Julio Gonzalez Alonso]

Julio González Alonso: No dejo de declamar estos versos y acompañarlos con el estremecimiento que en mi ser producen. Trastornan y transforman la torpe materia y liberan la sutil esencia del espíritu, que, suelto ya de las ataduras de la carne, puede volar hacia las luminosas cumbres donde habitan las águilas de la sabiduría.

Si mi eufemístico discurso no es claro, de otro modo lo digo: SIMPLE Y SENCILLAMENTE SUBLIME.

Gracias por lo claro, amigo Antonio; tal vez resulte un poco excesiva la valoración del trabajo, pero te confieso que has hecho sentirme gratamente feliz, lo que resulta impagable. Con un abrazo.
Salud.

[Nésthor Olalla]

JULIO...

Sin duda, estas espléndidas letras que nos regalas, manifiestan todo un compromiso humano, quiza con la mayor de las causas que un hombre puede desempeñar, y no es otra que la trasmisión de conocimiento y hacerlo de manera vocacional, más aún en los tiempos que corren. No todo está perdido.


Enhorabuena, querido "maestro".

Un abrazo

[Julio Gonzalez Alonso]

No recuerdo haberte leído un poema que me haya gustado más que el que ahora nos ocupa, querido amigo Julio.
Estás subiendo el nivel de tu poesía de una manera alucinante. En la presente obra hallo reminiscencias de la poesía de los grandes clásicos españoles. Agudeza que gira la combinación semántica hacia la universalidad, al más puro ritmo quevedesco, gongorinas alquimias idiomáticas, el aire cervantino en esa mezcla de ensoñación vocacional y pragmatismo gregario, en fin, el poema tiene la gran hermosura de las obras que dejan poso.
Ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema; ciertamente me parece un buen poema.
Un fuerte abrazo.

Gracias, Rafael; siempre resulta estimulante recibir un comentario de este talante, pero cuando viene, además, de un esforzado poeta, un buscador incansable, un lector atento y preocupado, la alegría es mayor. Digamos que, en este caso, podemos suponer que han pesado mucho los largos años de experiencia y trato con los niños y jóvenes, que cuando uno va acercándose a esa frontera de la jubilación empieza a ver las cosas que antes fueron trabajo -por lo remunerado- desde otra perspectiva, y que es entonces cuando afloran los sentimientos y los sueños que fueron... y no volverán a ser. Con un abrazo.
Salud.

[Julio Gonzalez Alonso]

Siempre un recuerdo para los maestros (aquellos que nos regalaron sus palabras para organizar nuestra razón).
Aquí me vienen muy a propósito unos versos recantados (esta vez los canto con la fuerza de Paco Ibáñez):
"Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar...".
SIEMPRE HAY QUE COSECHAR EL DÍA.
saludos.
Amparo

Gracias, Amparo; comparto tu visión del carpe diem como actitud ante la vida y agradezco -por la parte que me toca- ese reconocimiento de los maestros, sintiéndome feliz de haber contribuido al regalo de las palabras para organizar la razón... y alimentar el sentimiento. Con un abrazo.
Salud.

[Julio Gonzalez Alonso]

Un poema hermosísimo para una profesión encantadora. Enhorabuena.

Celebro tus palabras, amigo Juan, por partida doble, aunque creo que la profesión es más importante que cualquier pretendido buen poema. Gracias, muchas. Con un abrazo.
Salud.

[Julio Gonzalez Alonso]

Excelente poema Julio. me ha encantado, em ha conmovido y me ha sobrecogido. Avanza moderadamente pero intirncándose en los esquemas sentimentales de uno ( sea yo) y al final la emoción estalla con los últimos versos. Versos maravillosos.

Mis felicitaciones y un fuerte abrazo

Joan

Agradezco sinceramente la lectura tan minuciosa que has hecho de este poema, Joan, y me siento feliz de haber merecido tu atención. Con un abrazo.
Salud.

[Julio Gonzalez Alonso]

Excelente trabajo, merecida la estrella roja,
te espero en mis letras
javier

Muchas gracias, Javier, por tu felicitación. La estrella roja tengo que agradecérsela a la benevolencia de mis compañeros evaluadores.
Salud.

[Armilo Brotón]

Dn Julio,
qué bien ha reflejado los recuerdos de aquellos maestros que impartían educación, no sólo trasmitíán información. Quizás yo tuve mucha suerte de encontrarme a verdaderos sabios.

san armilo b.

[carmen iglesia]

Un poema precioso, Julio, y también necesario... A mí me recordó muchísimas cosas. Guardo una enorme gratitud por aquellos que me enseñaron a amar, entre otras muchas cosas, la palabra.

Un placer,

Carmen

[Marcos de la Mancebía]

Tengo absolutamente claro que el ejercicio de la docencia es un acto de entrega, que sólo se puede llevar a efecto con vocación. El tiempo no vence al verdadero maestro, acrecienta su saber.

Un abrazo.

Marcos

[Julio Gonzalez Alonso]

Cuando inicié mi carrera docente no era lo que hubiese elegido. No obstante, todo pareció conspirar para acabar allí, así que me dije: "si debes hacer lgo, hazlo lo mejor que puedas" y me reigné a dedicarme a algo que odiaría, pero con altruísmo darí lo mejor de mí.
De a poco me sedujo la idea de poder ser quien moldee el futuro de un modo pequeñito, es decir, contribuir con eso y, el comenzar a estar rodeada de esos bajito hizo toda la diferencia...
Entonces sí quise hacer lo mejor porque quería que ellos fueran mejor, porque quería que crecieran con una mentalidad difrente a la que había observado en nuestras generaciones y me creí todo, todas ls burdas teorías que hoy veo que son solo letras en papel y nada de aplicación práctica. Pero más allá de eso, fue la burocracia de un sistema que dice querer darles libertad a los seres humanos, quie quiere darles oportunidades, quie quieres hacerlos seres reflexivos, seres críticos, que sepan que no están determinados de antemano lo que hoy me hace odiar al sistema al que pertenezco y querer derrumbarlo por completo, y a la vez -extrañamente- aún tengo esperanzas en los niños.
Alguna que otra vez me he sentido realmente vencida...prometí dejar de ir contra la corriente, dejar de luchar. Pero creo quesi lo hiviera, no podría formar parte de la educación, no si no creo que puedo hacer algo por ellos.
Vivimos en un mundo horrible, es fácil ver las repercusiones de casi todas las tragedias que los hombres hemos creado en una simple aula pero, necesito creer que aún puedo resisitirme.
Claro que eso me ha valido muchas discusiones con persopnas a quienes no debí contradecir, me he puesto más de una piedra en el camino cuando saco a relucir lo contradictorio de esos discursos que escucho y lo que realmente hacen Y el problema, creo yo, es que vamos dejando que el sistema nos absorba y acabamos olvidandonos de lo importante, es decir, los niños...
Es una relación antagónica pero, cuando los miro y logro sentirme feliz de formar parte de ese mundo del que yo ya salí hace tiempo pero que aún recuerdo vívidamente...de esos sueños, de esas aspiraciones, de esa honestidad o la cpacidad de creer en cosas imposibles, doy un respiro nuevo y vuelvo a intentarlo.

No puedo decir que ame la profesión, pero amo a los bajitos...por ahora me quedo con eso, aún cuando signifiquen tantos dolores de cabeza.
Bello poema.
Saludo, caballero.

Compañera Maika, muchas gracias por tus hermosas y francas palabras sobre el poema y lo que significa nuestra profesión. Con un abrazo.
Salud.

[Julio Gonzalez Alonso]

Tempus fugit.

(A quienes dedicaron su vida y su trabajo
a la Enseñanza.)

El tiempo trae; también nos quita y lleva;
suma y resta,
y de la cuenta que hacemos
es más hoy lo ganado que perdido,
que aunque el olvido
ponga su mano gris a algunas fechas
siempre serán más los días felices de recuerdos
y más el número de los sueños compartidos
que tristezas.

¡Cuántos años de niños te acompañan,
de escritura en renglones bien derechos,
de preguntas y respuestas y palabras
volando por sus ojos! Y hoy los cuentos
volviendo están alegres a los libros
y harán nido esperando que otras voces
para otros niños los nombren a la vida,
ese mar que trae olas
y barcos
y peces y gaviotas
y nos descubre siempre un horizonte nuevo.

Hoy sobre los pupitres se alzan puentes
de sonrisas al futuro; quedando en silencio están
las voces de los días
como rumor de limpias aguas manaderas,
el murmullo de los años
transitados,
las olvidadas penas.

Nos quita, sí, y nos lleva el tiempo; pero también es cierto
que nos trae
y nos acerca
su júbilo al pairo de las velas tendidas
de los sueños. ¿Tempus, ubi est victoria tua?
¿Dónde sacias tu sed de primaveras,
tiempo?

Una canción infantil traigo en los labios,
hoy aire, luz, ira, memoria,
lo que fuimos una vez, y una sonrisa alegre
anuncio de esta hora, carpe diem
del pulso
del infinito resto de las horas.

Julio, me emociona este poema, me emociona mucho.
No le dediqué mi vida pero sí años a la Enseñanza, y es un tema que me sigue preocupando y ocupando. Al leerte vinieron tantos recuerdos, tantas sensaciones, tantos sueños a hacerme compañía...
Bello, bellísimo!!!

Besos, salud y carpe diem.

Amiga Aubriel, es una ventura contar con alguien a quien le preocupa y ocupa el tema de la Enseñanza, y me ha hecho feliz haber sido con estos versos causa de la evocación de tantos bellos recuerdos. Con un abrazo y carpe diem.
Salud.

[Ana Clavero]

Hace apenas un rato hablaba con mi hermana, profesional de la enseñanza o maestra, como a mi me gusta llamarla, de un alumno suyo de apenas siete años que le da, o mejor dicho les da a todos los enseñantes, unos quebraderos de cabeza tremendos -incluso los agrede fisicamente- y resulta que el niño no tiene más deficienca que la de tener unos padres que no saben educarlo.

En fin, que toda esta historia viene a agradecer y mucho el homenaje que con estos hermosos versos le haces a los encargados de la docencia. Vaya mi admiración para todos ellos.

Un abrazo

[Eduardo Díaz]

Apreciado Julio, un poema que trae un cumulo de sentimientos encontrados. Una poesía que parte de la experiencia y la sabiduría de los años. También como Pilar, tomo la parte que me toca en la dedicatoria y se agradece. Un abrazo y mil felicitaciones. Eduardo