Un eco que nada era...
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- Iben Xavier Lorenzana
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re: UN ECO QUE NADA ERA...
De lo mejor que te he leido, amigo Nesthor. El poema crece en cada verso sobre un tema demoledor, cuyos ecos yo prefiero no escuchar, pues me toma todo el tiempo ese ejercicio de vivir. *sonrisas* Enhorabuena, poeta!
Abrazos - Iben
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Re: UN ECO QUE NADA ERA...
Nésthor Olalla escribió:UN ECO QUE NADA ERA
Un llanto flébil de mi carne fluye aún caliente,
sin cayado ni albedrío,
cosiéndose al espinazo de este silbido otoñal.
Un índice admonitorio que apunta a una muchedumbre,
me recuerda que lo muerto es el ínsito quebranto,
cianóticamente asmático,
de las funciones supremas horadadas por el miedo.
Es un velo transparente de lo vivo detenido por el frío
por los ásperos senderos de mi exangüe geografía.
Es un gozo fructuario que purga sus temblores en la nieve,
lanzado violentamente a lo negro riguroso del invierno,
ese lugar ya extinguido donde no llegan alburas.
Una totalidad malograda que sueña mares y azules,
ya sin sustento del aire,
donde viajan al poniente mis latidos claudicantes,
en un tren de cercanías,
sin billete ni equipaje.
La dicha fue una fanfarria de estridentes juramentos;
una secuencia de cielos
un instante de agua fresca en mi lengua polvorienta;
un palmo de eternidad que pudo ser engendrada
en la matriz de una estrella;
un ligero resplandor que nació para extinguirse
sin dejar rescoldo alguno.
Ahora, los hielos hambrientos se me clavan como espuelas;
son el pérfido alimento de este invierno pertinaz;
acaso serán caimanes acechándome entre el lodo
escarbando sin fatiga hasta llegar a mi huesos.
Ya se va entornando el cielo,
agitando su pañuelo tras los muros del ocaso,
y una sombra amenazante ya va surcando el abismo,
acaparando su usura
para hospedarse en mi noche de inveterado silencio,
Si, como veis, aquí estoy,
estrepitosos danzantes,
animalillos de arena que el viento tornará olvido,
pulcramente lubricados para iniciar la partida,
que fermentáis madrugadas y compiláis peripecias
en un barco de papel,
inseminando esperanzas copulando con muñecas
de una verdad ignorada.
Haré recuento de salmos que cantaré por vosotros,
orillándome al andén de un vidrioso amanecer,
por cerciorarme que soy
un recorrido a la inversa que se le borró el paisaje,
con mis versos incompletos en la suela de un zapato;
una afásica entelequia que se alimenta de sobras
de una aurora desvelada;
una mentira que fui con atisbo de verdad
de un eco que nada era.
Nésthor Olalla
Magnífico poema con un maravilloso final. Mis respetos y aplausos Poeta. Un afectuoso abrazo Nésthor.
javi
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HALLIE...
Hallie Hernández Alfaro escribió:Subo este poema para deleite de todos.
Felicidades.
Hallie
Gracias por volver por aquí, compañera.
Un abrazo
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Re: UN ECO QUE NADA ERA...
Nésthor Olalla escribió:UN ECO QUE NADA ERA
un llanto flébil de mi carne fluye aún caliente
sin cayado ni albedrío
cosiéndose al espinazo de este silbido otoñal
un índice admonitorio que apunta a una muchedumbre
me recuerda que lo muerto es el ínsito quebranto
cianóticamente asmático
de las funciones supremas horadadas por el miedo
es el velo transparente de lo vivo detenido por el frío
por los ásperos senderos de mi exangüe geografía
es un gozo fructuario que purga sus temblores en la nieve
lanzado violentamente a lo negro riguroso del invierno
ese final aterido donde no llegan alburas
una totalidad malograda que sueña mares y azules
una secuencia de cielos ya sin sustento del aire
donde viajan al poniente sin billete ni equipaje
en un tren de cercanías mis latidos claudicantes
la dicha fue una fanfarria de estridentes juramentos
un dispendio de futuro
un instante de agua fresca en mi lengua polvorienta
un palmo de eternidad que pudo ser engendrada
en la matriz de una estrella
un ligero resplandor que nació para extinguirse
sin dejar rescoldo alguno
ahora
estos famélicos hielos se me clavan como espuelas
son el pérfido alimento de este invierno pertinaz
acaso serán caimanes acechándome entre el lodo
escarbando sin fatiga hasta llegar a mi huesos
ya se va entornando el cielo
agitando su pañuelo tras los muros del ocaso
y una sombra amenazante ya va surcando el abismo
acaparando su usura
para hospedarse en mi noche de inveterado silencio
si
como veis
aquí estoy
estrepitosos danzantes
animalillos de arena que el viento tornará olvido
pulcramente lubricados para iniciar la partida
que fermentáis madrugadas y compiláis peripecias
en un trozo de papel
inseminando esperanzas copulando con muñecas
de una verdad ignorada
haré recuento de salmos que cantaré por vosotros,
orillándome al andén de un vidrioso amanecer
por cerciorarme que soy
un recorrido a la inversa que se le borró el paisaje
con mis versos incompletos en la suela de un zapato
una afásica entelequia que se alimenta de sobras
de una aurora desvelada
una mentira que fui con atisbo de verdad
de un eco que nada era
Nésthor Olalla
Tesoro encontrado en la biblioteca de Alaire.
porque yo que nunca pisé otro camino que el de tu luz
no tengo más sendero que el que traza tu ojo dorado
sobre el confín oscuro de este mar sin orillas."
El faro, Ramón Carballal
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Re: UN ECO QUE NADA ERA...
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Re: UN ECO QUE NADA ERA...
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Re: Un eco que nada era...
Nésthor Olalla escribió:UN ECO QUE NADA ERA
un llanto flébil de mi carne fluye aún caliente
sin cayado ni albedrío
cosiéndose al espinazo de este silbido otoñal
un índice admonitorio que apunta a una muchedumbre
me recuerda que lo muerto es el ínsito quebranto
cianóticamente asmático
de las funciones supremas horadadas por el miedo
es el velo transparente de lo vivo detenido por el frío
por los ásperos senderos de mi exangüe geografía
es un gozo fructuario que purga sus temblores en la nieve
lanzado violentamente a lo negro riguroso del invierno
ese final aterido donde no llegan alburas
una totalidad malograda que sueña mares y azules
una secuencia de cielos ya sin sustento del aire
donde viajan al poniente sin billete ni equipaje
en un tren de cercanías mis latidos claudicantes
la dicha fue una fanfarria de estridentes juramentos
un dispendio de futuro
un instante de agua fresca en mi lengua polvorienta
un palmo de eternidad que pudo ser engendrada
en la matriz de una estrella
un ligero resplandor que nació para extinguirse
sin dejar rescoldo alguno
ahora
estos famélicos hielos se me clavan como espuelas
son el pérfido alimento de este invierno pertinaz
acaso serán caimanes acechándome entre el lodo
escarbando sin fatiga hasta llegar a mi huesos
ya se va entornando el cielo
agitando su pañuelo tras los muros del ocaso
y una sombra amenazante ya va surcando el abismo
acaparando su usura
para hospedarse en mi noche de inveterado silencio
si
como veis
aquí estoy
estrepitosos danzantes
animalillos de arena que el viento tornará olvido
pulcramente lubricados para iniciar la partida
que fermentáis madrugadas y compiláis peripecias
en un trozo de papel
inseminando esperanzas copulando con muñecas
de una verdad ignorada
haré recuento de salmos que cantaré por vosotros,
orillándome al andén de un vidrioso amanecer
por cerciorarme que soy
un recorrido a la inversa que se le borró el paisaje
con mis versos incompletos en la suela de un zapato
una afásica entelequia que se alimenta de sobras
de una aurora desvelada
una mentira que fui con atisbo de verdad
de un eco que nada era
Nésthor Olalla
_________________
Sigo derogando leyes.
Una gran obra que se erige no solo desde vivencias intensas, de elocuencia, pero de profundas realizaciones espirituales que hacen de este esplendoroso poema un auténtico canto a la vida incompleta sin que sea una queja, pero siendo - intrínsecamente- un canto a la vida trascendental que nos espera. Nésthor Olalla, me alegra encontrar hoy el zumo curativo de tus pensamientos. Un abrazo grande donde quiera que estes, amigo poeta. ERA