Editorial Alaire

No existen monstruos nocturnos,
viven cuando amanece.



Despertar


Despierto...
La oscuridad golpea mis pupilas
como el martillo al yunque,
como el agua a la brasa,
como el grito al silencio.
Los sueños se dispersan,
buscan rincones nuevos
donde crear despiertos
ilusorias vivencias.
Hay un algo de espanto
semioculto en las sombras
que me tiende la mano;
resucitan neuronas
y un regusto agridulce
flota inquieto en mi mente.
Me obligo a despertar,
a cortar esos hilos
que me unían fugaces
al onírico goce,
a la cruel pesadilla,
al profundo misterio
del sueño interrumpido.
Me incorporo en el lecho
desnudando retazos
de conciencia inconsciente.
Incendio las tinieblas
y me visto en rutinas.





Mario

Me ha encantado este poema Mario; un placer cultivar el misterio personal de la noche y sus conciencias.

Enhorabuena!

Hallie

Magnífico me ha parecido el comienzo, sí, magnífico comienzo para un poema igualmente magnífico. Y te agradezco el tono y la forma.
Llego un poco, dejémoslo en agitada solamente, de un día tirando a regularcillo -sin llegar a tanto, ¿eh?-, y leerlo me ha devuelto la serenidad, bueno, la serenidad que suelo tener, sólo esa : )

Gracias, Mario.

Blanca

PD

Existen, sí que existen los monstruos nocturnos, por suerte no los conoces: son horribles. Pero los niños no deben saberlo, así que, guárdame el secreto.

Mario Martínez escribió:No existen monstruos nocturnos,
viven cuando amanece.



Despertar


Despierto...
La oscuridad golpea mis pupilas
como el martillo al yunque,
como el agua a la brasa,
como el grito al silencio.
Los sueños se dispersan,
buscan rincones nuevos
donde crear despiertos
ilusorias vivencias.
Hay un algo de espanto
semioculto en las sombras
que me tiende la mano;
resucitan neuronas
y un regusto agridulce
flota inquieto en mi mente.
Me obligo a despertar,
a cortar esos hilos
que me unían fugaces
al onírico goce,
a la cruel pesadilla,
al profundo misterio
del sueño interrumpido.
Me incorporo en el lecho
desnudando retazos
de conciencia inconsciente.
Incendio las tinieblas
y me visto en rutinas.

Mario

Amigo Mario,
coincido al 50% con Blanca,
pues a mí además de los primeros cuatro versos,
me parecen también extraordinarios
los cinco últimos;
los demás sólo me parecen EXCELENTES.

Todo él se presenta
como una pausada meditación del durmiente
en ese momento crítico del despertar.

Es una idea genial y muy bien ejecutada
con esa musicalidad de tu heptasílabo.

Un abrazo.

PD.: Ah, y también coincido con ella en la PD.

* * *

Mario Martínez,

La rutina nos invade
sólo nos queda
bricar la cuerda de la indiferencia
y descubrir mundos
que sólo la poesía
puede hacer....

Magnífico poema: ritmo y tema
que nos toma de los ojos
del alma..


Un abrazo fuerte, compañero

Gracias Hallie.
Ya sabes, una noche tonta la tiene cualquiera, jejeje.
Me alegra que te haya gustado. un abrazo.
Mario.

Me quedo, amigo Mario, dándole vueltas a la entradilla que da el tema del poema... y lo resume. Estupendo.
Salud.

Gracias Blanca por tu halagador comentario

y leerlo me ha devuelto la serenidad, bueno, la serenidad que suelo tener, sólo esa : )


tener serenidad, sólo tenerla, ya es algo grande en los tiempos que corren. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo, amiga mía.
Mario.

Me gustó tu poema. Se habita uno en él. Ha sido un placer leerte
Un abrazo
Pilar

Muy buen poema... y muy buena la cita que lo inaugura, aunque yo sí creo, igual que Blanca, que existen monstruos nocturnos... o al menos creo que la noche agranda a los monstruos que ya nos asustan de día...

Un abrazo,

Carmen

Mario Martínez escribió:No existen monstruos nocturnos,
viven cuando amanece.



Despertar


Despierto...
La oscuridad golpea mis pupilas
como el martillo al yunque,
como el agua a la brasa,
como el grito al silencio.
Los sueños se dispersan,
buscan rincones nuevos
donde crear despiertos
ilusorias vivencias.
Hay un algo de espanto
semioculto en las sombras
que me tiende la mano;
resucitan neuronas
y un regusto agridulce
flota inquieto en mi mente.
Me obligo a despertar,
a cortar esos hilos
que me unían fugaces
al onírico goce,
a la cruel pesadilla,
al profundo misterio
del sueño interrumpido.
Me incorporo en el lecho
desnudando retazos
de conciencia inconsciente.
Incendio las tinieblas
y me visto en rutinas.





Mario

Lo felicito, Mario, es un excelente poema. Saludos.



Leila Sofía


.

Magnífico poema, amigo Mario, lleno de un ritmo cuidado y de figuras nocturas y transversales. Me parece un poema notable, donde la utilización de los elementos trágicos que a veces nos rodean toman de tu mano una poesía sugerente, notable. Un gusto leerte amigo.

Un abrazo fraterno hasta tu hermosa tierra, Benjamín.

Gracias Juanpablo
PD.: Ah, y también coincido con ella en la PD.

Puede que tengáis razón y existan esos monstruos, desde luego no son los que a mi me desvelan de noche y te aseguro que duermo poco, jejeje.
Me alegra que te haya gustado. Un abrazo, amigo.
Mario.

Gracias, Ricardo, tan buen amigo como siempre, me alegra que te gustase el poema. Un abrazo.
Mario.

Gracias. Julio, amigo mío. Cuando se duermne poco se suele escribir cosas como estas.
Me alegra que te haya gustado. Un abrazo.
Mario.