Nadie me explicó nunca

[Manuel Sánchez]

Curtida en las esquinas de los mansos
la paciencia es de mármol,
tiene un final en forma de fusil,
como el grito que dejan en las sienes
la sombra de las canas,
y se deshace, a menos de un incendio,
lo mismo que los humos en los pechos de un árbol

Hoy se arrodilla el tiempo
a los pies de una amante,
y aprovecho que el día se me ha ido
para morir de calma,
de veneno longevo y persistente,
y me quedo callado
porque vivir es sólo un juego de palabras,
el aliento que aprende otro lenguaje
y se salva

No quedan ya lugares en mis ojos
donde no haya viajado,
ni azules marineros que haya que defender,
por eso sé de otoños,
por eso se me aclaran los silencios
cuando duermen las cosas que no digo

Nadie me explicó nunca
por qué llegué hasta aquí,
bebiéndome los zumos de algunos sentimientos,
y aprendiendo en secreto
que el alma es un abrazo
con el que tiembla el mundo,
y la noche es el cielo por donde van los sueños

[Hallie Hernández Alfaro]

La paciencia, el tiempo, el espacio, los motivos. Vas enhebrando hilos de plata en este gran acontecer poético, Manuel.

Un placer de lectura; salud y un abrazo.

[Pilar Morte]

Nadie me explicó nunca
por qué llegué hasta aquí.

No sabemos qué paso lleva al que se hace luz o sombra. Me gustó leerte.
Abrazos

[enrique sanmol]

Alto lirismo y exacta la forma en un poema de reflexión frente a la vida vista desde una perspectiva otoñal.

Gran poema. Gracias por publicarlo.

Un cordial saludo.

[Carmen López]

Curtida en las esquinas de los mansos
la paciencia es de mármol,
tiene un final en forma de fusil,
como el grito que dejan en las sienes
la sombra de las canas,
y se deshace, a menos de un incendio,
lo mismo que los humos en los pechos de un árbol

Hoy se arrodilla el tiempo
a los pies de una amante,
y aprovecho que el día se me ha ido
para morir de calma,
de veneno longevo y persistente,
y me quedo callado
porque vivir es sólo un juego de palabras,
el aliento que aprende otro lenguaje
y se salva

No quedan ya lugares en mis ojos
donde no haya viajado,
ni azules marineros que haya que defender,
por eso sé de otoños,
por eso se me aclaran los silencios
cuando duermen las cosas que no digo

Nadie me explicó nunca
por qué llegué hasta aquí,
bebiéndome los zumos de algunos sentimientos,
y aprendiendo en secreto
que el alma es un abrazo
con el que tiembla el mundo,
y la noche es el cielo por donde van los sueños

Bellísmo, como siempre Manuel, destaco la primera y la última estrofa, impecable las formas de abrir y cerrar el poema, sin desmerecer el resto del poema. Bello, lírico, hermoso...

que el alma es un abrazo
con el que tiembla el mundo,

Muy grande este poema, Manuel.

Un abrazo muy grande y mis mejores deseos de salud.

Carmen

[Manuel Sánchez]

La paciencia, el tiempo, el espacio, los motivos. Vas enhebrando hilos de plata en este gran acontecer poético, Manuel.

Un placer de lectura; salud y un abrazo.

Te agradezco mucho tus palabras, Hallie.
Un abrazo muy fuerte.

[Manuel Sánchez]

Nadie me explicó nunca
por qué llegué hasta aquí.

No sabemos qué paso lleva al que se hace luz o sombra. Me gustó leerte.
Abrazos

Pilar,, muchas gracias, amiga.
Un fuerte abrazo.

[Manuel Sánchez]

Alto lirismo y exacta la forma en un poema de reflexión frente a la vida vista desde una perspectiva otoñal.

Gran poema. Gracias por publicarlo.

Un cordial saludo.

Muy agradecido, Enrique.
Un fuerte abrazo.

[E. R. Aristy]

Curtida en las esquinas de los mansos
la paciencia es de mármol,
tiene un final en forma de fusil,
como el grito que dejan en las sienes
la sombra de las canas,
y se deshace, a menos de un incendio,
lo mismo que los humos en los pechos de un árbol

Hoy se arrodilla el tiempo
a los pies de una amante,
y aprovecho que el día se me ha ido
para morir de calma,
de veneno longevo y persistente,
y me quedo callado
porque vivir es sólo un juego de palabras,
el aliento que aprende otro lenguaje
y se salva

No quedan ya lugares en mis ojos
donde no haya viajado,
ni azules marineros que haya que defender,
por eso sé de otoños,
por eso se me aclaran los silencios
cuando duermen las cosas que no digo

Nadie me explicó nunca
por qué llegué hasta aquí,
bebiéndome los zumos de algunos sentimientos,
y aprendiendo en secreto
que el alma es un abrazo
con el que tiembla el mundo,
y la noche es el cielo por donde van los sueños

Desde ese título acertadísimo tu poema se mueve en líricos ritmos de emociones todas nuevas, todas encontradas, todas envueltas en poesía. Me gusto mucho este otoño sin igual, Manuel. Salud y Poesía siempre, ERA.

[Ramón Castro Méndez]

Un muy hermoso y emotivo poema cuando vamos camino del otoño.
Mi admiración y aprecio.

Un abrazo.

[Manuel Sánchez]

Curtida en las esquinas de los mansos
la paciencia es de mármol,
tiene un final en forma de fusil,
como el grito que dejan en las sienes
la sombra de las canas,
y se deshace, a menos de un incendio,
lo mismo que los humos en los pechos de un árbol

Hoy se arrodilla el tiempo
a los pies de una amante,
y aprovecho que el día se me ha ido
para morir de calma,
de veneno longevo y persistente,
y me quedo callado
porque vivir es sólo un juego de palabras,
el aliento que aprende otro lenguaje
y se salva

No quedan ya lugares en mis ojos
donde no haya viajado,
ni azules marineros que haya que defender,
por eso sé de otoños,
por eso se me aclaran los silencios
cuando duermen las cosas que no digo

Nadie me explicó nunca
por qué llegué hasta aquí,
bebiéndome los zumos de algunos sentimientos,
y aprendiendo en secreto
que el alma es un abrazo
con el que tiembla el mundo,
y la noche es el cielo por donde van los sueños

Bellísmo, como siempre Manuel, destaco la primera y la última estrofa, impecable las formas de abrir y cerrar el poema, sin desmerecer el resto del poema. Bello, lírico, hermoso...

que el alma es un abrazo
con el que tiembla el mundo,

Muy grande este poema, Manuel.

Un abrazo muy grande y mis mejores deseos de salud.

Carmen

Muchas gracias, Carmen, eres muy amable con mi torpe poesía, amiga.
Te agradezco mucho tu cariñoso comentario y tus buenos deseos.
Un abrazo mu fuerte.