Miro tus pupilas,
y en ellas veo,
dos cristales de esmeralda
que me ha regalado el cielo.
Y tú que ves divertida
que me apasiona mirarlos
me dices: -mis ojos quieren
que nunca dejes de amarlos.
Miro tus labios,
y al verlos siento
como el aire en mis pulmones
se convierte en fuerte viento.
Y tú me miras y ríes
al ver suspirar mi pecho
que sabes que su motivo
es querer robarte un beso
Miro tu cuello,
y al verlo veo
la fuente de los aromas
que embriagan mis recuerdos.
Y tú sonríes y dices:
-¿Por qué respiras profundo?
-¿No lo ves? Guardo el perfume
inmortal de este segundo.
Te miro a ti,
y en ti veo
la mujer que me despierta,
la dama con la que sueño.
Y entonces tú me preguntas:
-¿Adónde miras amor?
Y yo te beso y te digo:
-Te miro a ti, corazón.
