Control remoto

[Ricardo López Castro]

Cualquier tipo podría hacer lo que yo hago,
de veras se lo digo,
intelecto a través no es el camino,
con la sinceridad en entredicho,
se pueden adquirir nociones tan recónditas
como para aprender a valorar,
cercanías.

La palabra es a veces un error.
Si la poesía tiene este sabor amargo
no es por profundizar,
más bien es por la duda que nos une.

Porque escribir implica la intemperie,
ese conflicto interno,
pidiendo a gritos una exposición,
detallada,
que nos haga amainar el monstruo existencial.

El cerebro no ha sido nunca lo culpable.
Tampoco la ignorancia.
Se cotejan estilos hasta alcanzar la propia voz poética.
Y me pregunto:
¿De dónde habrán sacado semejante chorrada?

El poeta jamás encontrará lo que busca en sí mismo.
Lo de fuera siempre escapa a su control.

Todo este despropósito se conoce de sobra.
Todos saben que el arte del verso es un viaje sin final.

Aún así se repite siempre la misma historia.
No hay amor, no hay pasión, ni nostalgia ni miedo,
capaz de revertir este proceso.

Ahora bien, la belleza puede venir de múltiples maneras.
Una de ellas, sin ir más lejos,
son las ilusiones.

Yo soy ese poeta que analiza emociones,
hasta desmenuzarlas.
No quiero adulterantes en mis textos.

Podría destruir la visión objetiva.

Allí donde la mente me la juega, no hay poema.
Donde se han destruido las bases de este mundo,
es el mismo lugar desde el que les contemplo.

Para mí no hay color:
"Bravo por la poesía que traspasa los límites,
por el verso que deja de saciar,
por el hombre que sale de su vida para pragmatizar lo que allí pasa."

[Arturo Rodríguez Milliet]

Interesantes reflexiones, Ricardo, sobre lo que es la poesía,
el proceso al escribirla, la construcción y destrucción de los
mundos reales para concluir que los escombros son solo
piezas de cualquier esencia. Un fuerte abrazo.