Editorial Alaire

I. ¡Dime, palabra!

Felipe Fuentes García

Abre el canto un enigma y en su seno
la abadía del alma se hace río
para anegarse en todo erial baldío
como un incendio de fulgor sin freno.

Sobre su desnudez, azul sereno,
llueve el verbo un zigzag de escalofrío:
asumir hasta el fondo el desafío
de un hallarse real, de un verse pleno.

¿Qué dios ha de venir en ti, palabra
escrita a fuego, a desvelarme a oscuras
lo que soy y no soy, que están en liza?

Si es que tu voz en el arder se labra,
¡ven, sonora de luz, mientras apuras
hoy el latir que absuelve la ceniza!




II. Canto como luz

Pablo Ibáñez

¿Qué voz puedes manar, fecundo seno?
¿Qué canto como luz, rumor de río,
que sosiegue un bogar duro y baldío,
que transmute zozobra en cauce y freno?

¿Qué arde en tu raíz, fuego sereno,
que derrite en calor escalofrío?
¿Qué alumbra el nombre exacto, desafío
que reta al mismo ser a verse pleno?

Es la yesca de amor en la palabra,
son las llamas del verbo en las oscuras
cavernas del espíritu, la liza

del genio y la razón, ardor que labra
tu breve devenir, mientras apuras
los días que prescriben en ceniza.

Una obra plena en el soneto. Lo digo en singular, porque los dos sonetos hacen uno porque beben juntos de la misma agua, y hasta de las rimas en las mismas palabras. Todo un logro en técnica y desafío.

Un verdadero placer de lectura, queridos amigos.

Abrazos y salud.

Qué bien se fusionan el maestro y el alumno, no sería capaz de saber qué versos son de cada cual.
Felicidades por este hermoso trabajo, amigos Felipe y Pablo.
Abrazos.

De orfebrería este hacer poesía con semejanza en palabras y rima por ambas partes. Felicidades.
Abrazos
Pilar

Gracias Ferreiro,

sí, esto marcha. Hemos encontrado Felipe y yo una forma de colaboración que genera ideas, intercambios, muy motivadora. Naturalmente, Felipe es el mayor artífice siempre, por su calidad lírica y humana. Yo estoy encantado de lo que estoy aprendiendo y de los resultados que está dando la colaboración.

Un abrazo.

Gracias Rafel,

en este caso hemos dejado claras las autorías, pero es cierto. La intención poética se intenta coincidente, la reproducción de las rimas implica un reflejo evidente. Ello desemboca en que mis versos se parezcan, siquiera un poco, a los de Felipe. O sea, salgo ganando siempre. Es un chollo.

Un abrazo, me alegro que te guste.

Gracias Pilar,

siempre vienes a visitarnos, eso es un placer y un honor.

Me alegro que guste, amiga.
Abrazos.

Pablo Ibáñez escribió:

Cima del canto
el ruiseñor y tú
ya sois lo mismo.

José A. Valente

I. ¡Dime, palabra!

Felipe Fuentes García

Abre el canto un enigma y en su seno
la abadía del alma se hace río
para anegarse en todo erial baldío
como un incendio de fulgor sin freno.

Sobre su desnudez, azul sereno,
llueve el verbo un zigzag de escalofrío:
asumir hasta el fondo el desafío
de un hallarse real, de un verse pleno.

¿Qué dios ha de venir en ti, palabra
escrita a fuego, a desvelarme a oscuras
lo que soy y no soy, que están en liza?

Si es que tu voz en el arder se labra,
¡ven, sonora de luz, mientras apuras
hoy el latir que absuelve la ceniza!




II. Canto como luz

Pablo Ibáñez

¿Qué voz puedes manar, fecundo seno?
¿Qué canto como luz, rumor de río,
que sosiegue un bogar duro y baldío,
que transmute zozobra en cauce y freno?

¿Qué arde en tu raíz, fuego sereno,
que derrite en calor escalofrío?
¿Qué alumbra el nombre exacto, desafío
que reta al mismo ser a verse pleno?

Es la yesca de amor en la palabra,
son las llamas del verbo en las oscuras
cavernas del espíritu, la liza

del genio y la razón, ardor que labra
tu breve devenir, mientras apuras
los días que prescriben en ceniza.

Belleza diciente, igneous versos. Ambos soneto logran la chispa que enciende la flama eterna. Ustedes, Pablo, Felipe son, para mi percepción, el poeta completo. Pensamiento, sensibilidad, propiedad propia. Y encima de eso, maestria clasica. Estas cualidades son evidentes y una lámpara es para estar en alto, para iluminar en la oscurdad. Un abrazo grande, ERA

Siempre un placer regodearse en vuestras creaciones conjuntas.
Que vengan muchas más.

Un abrazo y salud amigos.

Que bueno amigos... Es muy hermoso encontrar sonoridades gemelas en ese construir alrededor, con sensibilidades tan elevadas y lenguajes tan bien articulados que deslizan la palabra.
Me ha encantado leeros. Un fuerte abrazo

Lleváis la colaboración a un límite extremo con unos resultados espectaculares y vais camino de darle forma a un libro de indudable interés. Adelante y muchas felicitaciones.
Salud.

Pablo Ibáñez escribió:

Cima del canto
el ruiseñor y tú
ya sois lo mismo.

José A. Valente

I. ¡Dime, palabra!

Felipe Fuentes García

Abre el canto un enigma y en su seno
la abadía del alma se hace río
para anegarse en todo erial baldío
como un incendio de fulgor sin freno.

Sobre su desnudez, azul sereno,
llueve el verbo un zigzag de escalofrío:
asumir hasta el fondo el desafío
de un hallarse real, de un verse pleno.

¿Qué dios ha de venir en ti, palabra
escrita a fuego, a desvelarme a oscuras
lo que soy y no soy, que están en liza?

Si es que tu voz en el arder se labra,
¡ven, sonora de luz, mientras apuras
hoy el latir que absuelve la ceniza!




II. Canto como luz

Pablo Ibáñez

¿Qué voz puedes manar, fecundo seno?
¿Qué canto como luz, rumor de río,
que sosiegue un bogar duro y baldío,
que transmute zozobra en cauce y freno?

¿Qué arde en tu raíz, fuego sereno,
que derrite en calor escalofrío?
¿Qué alumbra el nombre exacto, desafío
que reta al mismo ser a verse pleno?

Es la yesca de amor en la palabra,
son las llamas del verbo en las oscuras
cavernas del espíritu, la liza

del genio y la razón, ardor que labra
tu breve devenir, mientras apuras
los días que prescriben en ceniza.

Excelsos los dos sonetos que he disfrutado.
Abrazos