que me llama desde dentro.
Esa voz que martillea
en mi alma y en mi cerebro
y esos días tan sin nada
que me oprimen hasta el pecho,
son el eco de tu voz
que me llama desde lejos.
Es la negra pesadilla
si a mi lado no te tengo.
Y me asomo a mi ventana
expectante y en silencio
con la mirada perdida
y la esperanza en el tiempo,
pero el tiempo es desleal,
no entiende de sentimientos
ni sabe de mis razones
ni el por qué me estoy muriendo
esperando tras cristales
noticias que traiga el viento,
versos de los ruiseñores,
nunca graznidos de cuervos.
Pero despierta la lluvia
que va borrando recuerdos
y dejando en mis cristales
huellas del luto más negro;
nunca volverá tu voz
ni estarás bajo mi techo,
la enamoraron estrellas,
el brillo de los luceros
y arrullo de un dios celoso,
don juanes del mismo cielo.