Castilla es ancha...

[Jorge Salvador]

Nunca estuve a darlo todo más dispuesto
ni he catado en lo sexual mejor bocado,
pero ¿crees que mi argumento más sagrado
va y en vez de erguir sus fauces tuerce el gesto?

Yo no sé lo que pasó, pero eso estaba
cabizbajo hasta el sopor, como beodo…
lo agité, le supliqué, le hice de todo
pero nada tú, que no… que no chutaba.

Deambulé como un bombero sin manguera
sobre el cuerpo escultural de aquella tía,
e incapaz de asimilar que no podía
me empecé a desmoronar como un cualquiera.

Luego un ruido a mis espaldas, un portazo,
y un señor que evidenciaba haber bebido
-que a la postre resultó ser su marido-
puso rumbo en dirección al pibonazo.

-“Quítate la ropa Pepa, que hoy te saco
yo los hígados mi amor. Vas a ser mía
como nunca antes lo has sido… todavía
queda en este cuerpo tordo mucho Paco.”

Yo, sudando de los pies hasta el flequillo,
me tiré bajo el somier antes que entrara;
desde allí pude observar de forma clara
su instrumento reventando el calzoncillo…”

Qué ironía del destino que el marido
diérale lo que el amante no pudiera;
que llevara truenos dentro pareciera
el tal Paco en mala hora allí venido.

Y según el polvo aquel se prolongaba
más cercana era la cama a mis costillas;
-“Ay Paquito, ¿qué te han dao? me maravillas,
hasta ayer esto cariño… ¿dónde estaba?”

Luego ya, tras seis orgasmos colosales,
diez cigarros cada cual y tres cubatas,
se durmieron y yo al fin, reptando a gatas,
pude huir para evitar más malos males.

La llamé para intentar borrar mi mancha
pero nunca hallé respuesta, sólo un triste:
-“El teléfono al que llama usted no existe,
deje ya de molestar, Castilla es ancha…”

[Luis M]

Jajja, ... si es que eso de meterse en camisa de once varas tiene su peligro. Y como decía el sabio: la clave de la felicidad es tener buena salud y mala memoria. Tu humorística e ingeniosa cercanía con la realidad al hacer poesía debería ser elegida patrimonio de la Humanidad, Ramón (hasta te perdono las rimas ). Mis felicitaciones, amigo. Un fuerte abrazo.

[Ricardo Linares]

Muy buen poema Jorge, me has hecho reír con tu buena inspiración. Gracias por estos momentos.
Un saludo con mi respeto.

[Ana García]

Se le encogió el amor al pobre. Muy bueno el poema, me ha hecho reír en esta noche de domingo. ¡Gracias! Si es que el deseo es muy puñetero, se va cuando más se le necesita, jajaja.
Un abrazo.

[Hallie Hernández Alfaro]

Nunca estuve a darlo todo más dispuesto
ni yací con mujerón de tal calado,
pero ¿crees que mi argumento más sagrado
va y en vez de erguir sus fauces tuerce el gesto?

Yo no sé lo que pasó, pero eso estaba
cabizbajo hasta el sopor, como beodo…
lo agité, le supliqué, le hice de todo
pero nada tú, que no… que no chutaba.

Deambulé como un bombero sin manguera
sobre el cuerpo escultural de aquella tía,
e incapaz de asimilar que no podía
comencé a vociferar como un cualquiera.

Luego un ruido a mis espaldas, un portazo,
y un señor que evidenciaba haber bebido
-que a la postre resultó ser su marido-
puso rumbo en dirección al pibonazo.

-“Quítate la ropa Pepa, que hoy te saco
yo los hígados mi amor. Vas a ser mía
como nunca antes lo has sido… todavía
queda en este cuerpo tordo mucho Paco.”

Yo, sudando de los pies hasta el flequillo,
me tiré bajo el somier antes que entrara;
desde allí pude observar de forma clara
su instrumento reventando el calzoncillo…”

Qué ironía del destino que el marido
diérale lo que el amante no pudiera;
que llevara truenos dentro pareciera
el tal Paco en mala hora allí venido.

Y según el polvo aquel se prolongaba
más cercana era la cama a mis costillas;
-“Ay Paquito, ¿qué te han dao? me maravillas,
hasta ayer esto cariño… ¿dónde estaba?”

Luego ya, tras seis orgasmos colosales,
diez cigarros cada cual y tres cubatas,
se durmieron y así al fin, reptando a gatas,
pude huir para evitar más malos males.

La llamé para intentar borrar mi mancha
pero nunca hallé respuesta, sólo un triste:
-“El teléfono al que llama usted no existe,
deje ya de molestar, Castilla es ancha…”

Ovación atronadora, querido amigo.
Estoy con Luis, estas obras tuyas deben ser patrimonio de la humanidad.
Gracias por esta maravilla de lectura; amena y colosal.

Abrazo.

[Jorge Salvador]

Jajja, ... si es que eso de meterse en camisa de once varas tiene su peligro. Y como decía el sabio: la clave de la felicidad es tener buena salud y mala memoria. Tu humorística e ingeniosa cercanía con la realidad al hacer poesía debería ser elegida patrimonio de la Humanidad, Ramón (hasta te perdono las rimas ). Mis felicitaciones, amigo. Un fuerte abrazo.

Por fin puedo contestarte, Luis. Lo intenté sin éxito varias veces. Patrimonio de la humanidad... y te quedas tan ancho. Te perdono la barbaridad por el cariño que sé que me tienes, y que es mutuo por cierto.
R
En cuanto a las rimas, ya sabes que la cabra tira al monte, jejejeje.
Un abrazo, querido amigo. Cuídate

[Jorge Salvador]

Muy buen poema Jorge, me has hecho reír con tu buena inspiración. Gracias por estos momentos.
Un saludo con mi respeto.

Gracias a ti por esa risa con la que premias este humilde intento de poema.
Celebro haberte alegrado un poco, sobre todo con la que está cayendo.
Un saludo, Ricardo

[Jorge Salvador]

Se le encogió el amor al pobre. Muy bueno el poema, me ha hecho reír en esta noche de domingo. ¡Gracias! Si es que el deseo es muy puñetero, se va cuando más se le necesita, jajaja.
Un abrazo.

Ya ves, Ana, el destino es así de cruel.
Gracias por reír, no hay mejor vacuna contra cualquier pandemia...
Un fuerte abrazo

[Jorge Salvador]

Nunca estuve a darlo todo más dispuesto
ni yací con mujerón de tal calado,
pero ¿crees que mi argumento más sagrado
va y en vez de erguir sus fauces tuerce el gesto?

Yo no sé lo que pasó, pero eso estaba
cabizbajo hasta el sopor, como beodo…
lo agité, le supliqué, le hice de todo
pero nada tú, que no… que no chutaba.

Deambulé como un bombero sin manguera
sobre el cuerpo escultural de aquella tía,
e incapaz de asimilar que no podía
comencé a vociferar como un cualquiera.

Luego un ruido a mis espaldas, un portazo,
y un señor que evidenciaba haber bebido
-que a la postre resultó ser su marido-
puso rumbo en dirección al pibonazo.

-“Quítate la ropa Pepa, que hoy te saco
yo los hígados mi amor. Vas a ser mía
como nunca antes lo has sido… todavía
queda en este cuerpo tordo mucho Paco.”

Yo, sudando de los pies hasta el flequillo,
me tiré bajo el somier antes que entrara;
desde allí pude observar de forma clara
su instrumento reventando el calzoncillo…”

Qué ironía del destino que el marido
diérale lo que el amante no pudiera;
que llevara truenos dentro pareciera
el tal Paco en mala hora allí venido.

Y según el polvo aquel se prolongaba
más cercana era la cama a mis costillas;
-“Ay Paquito, ¿qué te han dao? me maravillas,
hasta ayer esto cariño… ¿dónde estaba?”

Luego ya, tras seis orgasmos colosales,
diez cigarros cada cual y tres cubatas,
se durmieron y así al fin, reptando a gatas,
pude huir para evitar más malos males.

La llamé para intentar borrar mi mancha
pero nunca hallé respuesta, sólo un triste:
-“El teléfono al que llama usted no existe,
deje ya de molestar, Castilla es ancha…”

Ovación atronadora, querido amigo.
Estoy con Luis, estas obras tuyas deben ser patrimonio de la humanidad.
Gracias por esta maravilla de lectura; amena y colosal.

Abrazo.

Bueno, hallie, tal como a Luis, te perdono la barbaridad de proponerme como patrimonio de nada en base al cariño (recíproco) que sé que me tienes.
Gracias por estar siempre, amiga

[E. R. Aristy]

Nunca estuve a darlo todo más dispuesto
ni yací con mujerón de tal calado,
pero ¿crees que mi argumento más sagrado
va y en vez de erguir sus fauces tuerce el gesto?

Yo no sé lo que pasó, pero eso estaba
cabizbajo hasta el sopor, como beodo…
lo agité, le supliqué, le hice de todo
pero nada tú, que no… que no chutaba.

Deambulé como un bombero sin manguera
sobre el cuerpo escultural de aquella tía,
e incapaz de asimilar que no podía
comencé a vociferar como un cualquiera.

Luego un ruido a mis espaldas, un portazo,
y un señor que evidenciaba haber bebido
-que a la postre resultó ser su marido-
puso rumbo en dirección al pibonazo.

-“Quítate la ropa Pepa, que hoy te saco
yo los hígados mi amor. Vas a ser mía
como nunca antes lo has sido… todavía
queda en este cuerpo tordo mucho Paco.”

Yo, sudando de los pies hasta el flequillo,
me tiré bajo el somier antes que entrara;
desde allí pude observar de forma clara
su instrumento reventando el calzoncillo…”

Qué ironía del destino que el marido
diérale lo que el amante no pudiera;
que llevara truenos dentro pareciera
el tal Paco en mala hora allí venido.

Y según el polvo aquel se prolongaba
más cercana era la cama a mis costillas;
-“Ay Paquito, ¿qué te han dao? me maravillas,
hasta ayer esto cariño… ¿dónde estaba?”

Luego ya, tras seis orgasmos colosales,
diez cigarros cada cual y tres cubatas,
se durmieron y así al fin, reptando a gatas,
pude huir para evitar más malos males.

La llamé para intentar borrar mi mancha
pero nunca hallé respuesta, sólo un triste:
-“El teléfono al que llama usted no existe,
deje ya de molestar, Castilla es ancha…”

Ramon el humor es arte entre artes. Tus talentos son muchos. Me has hecho reir hasta dolerme la castilla, perdon, la costilla de Adan. Te felicito! Abrazos, ERA

[Jorge Salvador]

Nunca estuve a darlo todo más dispuesto
ni yací con mujerón de tal calado,
pero ¿crees que mi argumento más sagrado
va y en vez de erguir sus fauces tuerce el gesto?

Yo no sé lo que pasó, pero eso estaba
cabizbajo hasta el sopor, como beodo…
lo agité, le supliqué, le hice de todo
pero nada tú, que no… que no chutaba.

Deambulé como un bombero sin manguera
sobre el cuerpo escultural de aquella tía,
e incapaz de asimilar que no podía
comencé a vociferar como un cualquiera.

Luego un ruido a mis espaldas, un portazo,
y un señor que evidenciaba haber bebido
-que a la postre resultó ser su marido-
puso rumbo en dirección al pibonazo.

-“Quítate la ropa Pepa, que hoy te saco
yo los hígados mi amor. Vas a ser mía
como nunca antes lo has sido… todavía
queda en este cuerpo tordo mucho Paco.”

Yo, sudando de los pies hasta el flequillo,
me tiré bajo el somier antes que entrara;
desde allí pude observar de forma clara
su instrumento reventando el calzoncillo…”

Qué ironía del destino que el marido
diérale lo que el amante no pudiera;
que llevara truenos dentro pareciera
el tal Paco en mala hora allí venido.

Y según el polvo aquel se prolongaba
más cercana era la cama a mis costillas;
-“Ay Paquito, ¿qué te han dao? me maravillas,
hasta ayer esto cariño… ¿dónde estaba?”

Luego ya, tras seis orgasmos colosales,
diez cigarros cada cual y tres cubatas,
se durmieron y así al fin, reptando a gatas,
pude huir para evitar más malos males.

La llamé para intentar borrar mi mancha
pero nunca hallé respuesta, sólo un triste:
-“El teléfono al que llama usted no existe,
deje ya de molestar, Castilla es ancha…”

Ramon el humor es arte entre artes. Tus talentos son muchos. Me has hecho reir hasta dolerme la castilla, perdon, la costilla de Adan. Te felicito! Abrazos, ERA

Es un honor haberte hecho reír, ERA. Son poemas a los que denomino intrascendentes, pero me gusta practicarlos. Reír es tan necesario como respirar. Gracias por hacerlo...

[J. J. Martínez Ferreiro]

Buenísimo, Jorge. Si los gatillazos sirven como inspiración poética, ya pueden venir de vez en cuando… Pero bueno, muy de vez en cuando, que tampoco se acostumbre la poesía.



Todo un placer de lectura, querido amigo.

Abrazos y salud.

[Pilar Morte]

Jaja, qué bien se te da el humor en poesía. Se agradece al menos la sonrisa. Felicidades.
Abrazos
Pilar

[Jorge Salvador]

Buenísimo, Jorge. Si los gatillazos sirven como inspiración poética, ya pueden venir de vez en cuando… Pero bueno, muy de vez en cuando, que tampoco se acostumbre la poesía.



Todo un placer de lectura, querido amigo.

Abrazos y salud.

Por supuesto, amigo. Gatillazos los justos, y sólo para tomar impulso
El placer es mío, estimado Ferreiro. Un honor que te haya gustado esta tontería mía.
Abrazos y salud

[Jorge Salvador]

Jaja, qué bien se te da el humor en poesía. Se agradece al menos la sonrisa. Felicidades.
Abrazos
Pilar

Ya sabes el refrán... a mal tiempo buena cara.
En estos tiempos prefiero quitarle hierro a todo, total, ya están los gobiernos para ponérselo.
Un abrazo y mi gratitud, Pilar