Fassbinder en la memoria

[Ramón Castro Méndez]

Un maravilloso poema de tono nostálgico, plagado de hermosas y candentes imágenes.
Un placer de lectura, amigo F. Enrique.
Vaya mi felicitación.
Un abrazo.

[F. Enrique]

Muchas gracias, Ricardo, tus palabras han hecho que vuelva la cabeza para mirar esta rareza que solo la llegué a comprender cuando la hube terminado.

[F. Enrique]

Olvídate de los grandes deseos
No tiene sentido sufrir por lo perdido.
Olvida las estrellas y su cielo,
ahí está el lugar al que pertenecen ".

Cuando Krohn escucha esto, grita:
“¡Apágalas! Apágalas inmediatamente.
No vuelve nunca lo que nunca tuvimos
aunque nos llegue su latido cada noche.

(Fassbinder - La ansiedad de Veronika Voss - Variación - F. E. León)

Honestidad no es sinónimo de coherencia, Ana, y sí lo es, estoy en desacuerdo con ello. Fassbinder, como todos los creadores compulsivos mostraba con crudeza todas las contradicciones de la naturaleza humana. Si aquella frase de que ya dormiré cuando esté muerto no fue él el primero en decirla parece que estaba destinada a definir su paso por el mundo. Para ello se ayudó de las drogas que espantan el sueño, ese dopaje del mundo artístico que no es controlado por ningún organismo. Aunque su obra maestra, Berlín Alexanderplatz, muestra los días más deplorables y humillantes de la República de Weimar y la receptividad que aquel desbarajuste provocó en la población para desear la llegada de un líder espiritual, de un gobierno firme que plantara cara a los sangrantes Tratados de Versalles, y que hiciera una incursión fascinante e infravalorada del nazismo durante la guerra, centró la mayor parte de su obra en criticar de una forma corrosiva el Milagro alemán al que acusaba de una doliente hipocresía provista de una autosatisfacción ampulosa que miraba de soslayo las monstruosidades que su país perpetró en el pasado entonces aún reciente y de la corrupción de la clase política. Su mirada pesimista sobre la emigración, subrayando la musulmana, fue profética. ´Pero él no aportaba de una forma explícita soluciones, se limitaba a narrar, el hombre, para él, era un prisionero eterno de su propio comportamiento, el sentimiento solo puede salvar a los privilegiados que saben transcribirlo a sus actos. La angustia y la desesperación son a Fassbinder lo que el halo poético y la añoranza de un orden antiguo poco amigo de la ley del Ford crepuscular.

[F. Enrique]

En estos tiempos, que no acaban de definirse y del que hablaremos en el futuro, parece que sea verdad que por amor nos castigamos, Pilar. Muchos hombres y mujeres acaban encontrándose en campos de concentración sentimentales donde abundan las torturas emocionales, se sufre amargamente y aun así hay quienes deciden permanecer en el infierno porque acaban actuando como si tuvieran la convicción de que la pérdida del ser querido, y a veces también odiado, y la soledad son peores.

Muchas gracias, Pilar.

[Ramón Carballal]

Muy bello este crepuscular poema que recrea con acierto la atmósfera de las películas de Fassbinder. Siempre me pareció su filmografía interesante, aunque hoy en día haya caído en el olvido, quizá porque sus obras, en su mayoría, estaban ancladas en un período histórico demasiado concreto. Un saludo.

[F. Enrique]

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No cabe duda, Rafel, de que Elvis sigue vivo, sus adoradores nos lo demuestran a poco que tengan una oportunidad por peregrina que sea. Pienso de ello que, hasta cierto punto, no es algo bueno ya que sus últimos años en Las Vegas nos mostraban un ídolo roto con una elección lamentable del vestuario y una acelerada decadencia física que lidiaba con un repertorio, con interpretaciones geniales muchas veces, que había sepultado a aquel joven que había proyectado en todas las direcciones sociales la vitalidad irrefrenable del Rock'n'roll.

La vida, como el cine, es una cuestión de conjugar las luces con las sombras. Hablo del cine expresionista de mi país, de los años veinte principalmente, de los distintos colores del blanco, el radical colorido del negro en las sombras.

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Fassbinder sigue vivo de otra forma aunque muy pocos adviertan su presencia. Se manifiesta su impronta en la deriva de una sociedad muy parecida a la que tenemos y que ha renunciado, sin percibirlo, a la libertad a cambio de un bienestar difuso y desequilibrante, muy mal repartido, lleno de prejuicios hacia quienes tienen en la pobreza, esa diosa implacable con la moral, la diferencia que los identifica. Fassbinder sigue vivo, pero no es él sino su obra la que lo refrenda y hay mucha gente que recita sus poemas aunque no quiere saber el nombre del autor, acusándole, tal vez, de insolencia..

Muchas gracias, Rafel, por tu constante amabilidad.

[F. Enrique]

Siempre es para mí algo especial hablarte, Roxane. Ya te he dicho anteriormente que el lenguaje nos muestra sus limitaciones a la hora de comunicarnos entre nosotros, pero pienso, eso es lo que me ata a ti, que coincidimos en aspectos emocionales y que llegamos a paralelismos escalofriantes en cuestiones de este tipo que justifican por sí mismas el sentido, o falta de ello, de la vida. No me parezco en nada al artista alemán, yo podría ser identificado por mis signos exteriores como un pequeño-burgués al uso, pero guardo un recuerdo imborrable , y puede que sombrío, del tiempo en que se cruzó en mi camino, yo verdaderamente veía la 2. Él no encontraba una solución para el hombre, era como si tuviera a "El Buscón" entre sus libros de cabecera. Sus personajes no cambiaban de hábitos después de la debacle y el epílogo era que continuarían así hasta la muerte.

Muchas gracias, Roxane. Me gustaría encontrar una fórmula para dártelas que mostrara a las claras que, para mí, eres distinta.

[F. Enrique]

Carta abierta al sentir general de un foro, con el mejor diseño Web que conozco, pero cuya conducta halagadora hacia los más fieles no propicia una evolución poética de sus miembros.

Los poetas solo tenemos la palabra. No somos extraterrestres, pero nuestros recursos retóricos, nuestro buen o mal decir, nuestros peligrosos juegos conceptuales y mentales, así como la constatación de nuestros sentimientos, están escritos simplemente en palabras, muchas veces al alcance de todos los oídos. Estoy decepcionado con la corriente general de este foro. Desde mi punto de vista, dolorido pero nunca modesto, no difiere en el maltrato a la Poesía al que se le reserva en el resto de la sociedad. Estoy muy agradecido a aquellos que me han consagrado sus comentarios, todos ellos poetas de verdad, ¿Por qué será? No así de la Administración que echa a volar las palomas, soy sincero cuando digo que creo que ha sido demasiado cicatera con mis poemas. Lo digo aquí porque sé qué Fassbinder en la memoria es el mejor poema que he escrito en mucho tiempo y no le dejé que me robara ni una sola coma. Pero estoy atado al Foro, el post de Brel me llevó varias horas confeccionarlo, y me voy de la lista de los cuarenta principales pero no del Foro, creo que sé moverme perfectamente en lugares donde no anidan los pájaros.

Muchas gracias a todos aquellos que no me han abandonado con L, W y P a la cabeza, y también a aquellos que no leen un poema cuando lleva mi firma, aunque pueda parecerlo no es pura ironía, muchos de ellos alguna me siguieron.

Posdata. La frase más célebre y mencionada por otros autores de Ibsen sigue estando vigente, aunque rigurosamente no estoy de acuerdo con ella. No creo en la Negación absoluta, pero creo en la Democracia aunque la emergencia al poder de Trump, Jonhson y Bolsonaro nos pone en alerta de su gran agujero negro. Se podrían hacer ensayos, yo daría una idea; hacer rellenar un sencillo cuestionario a los electores según la titulación que figure en el Censo y tener que superarla con decoro. A los iletrados se le eximiría de la prueba permitiéndole, por supuesto, su derecho a voto. En la España profunda y triste de hace 70 años se demostraba, a menudo, que rústicos abandonados en la nostalgia y en la indefensión del medio rural muchas veces tenían más sentido común que muchos licenciados a la hora de elegir a su candidato.

26 de septiembre de 2020

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Me caes muy bien y lo sabes, Javier. Lo que proyectas es muy positivo, un hombre trabajador que emplea muchas horas en progresar en su poesía, creo que, quizás, no leas tanto como se necesita. Pero no eres poeta y lo más probable es que serás como la guitarra del mesón de Antonio Machado. Te diría al respecto que sigas y, quién sabe, quizás puedas ser el que le arranca melodías a esa guitarra que, por ella misma, no será nunca poeta.

Acepto de buena gana el que hayas dejado de comentar mi poesía desde el momento que observaste que yo no comentaba la tuya. No me importa, ahora estoy en otro mundo. Por si te sirve de algo te diré que durante años, en el foro donde nos hemos conocido apenas vi un mínima evolución tuya en términos cualitativos, tus fallos seguían siendo los mismos y es muy probable que no te dieras cuenta de ello, ya que algunos de tus poemas fueron muy celebrados. En unos meses en Alaire, teniendo mucho que ver en ello la carta que te envió Rafel, he encontrado una mejora evidente en tu poesía, empiezas a poner títulos verdaderamente interesantes a los poemas. Te aconsejaría el lema del entrañable Boxer, el personaje más decisivo, a su pesar, en la derrota de los obreros a los que representa, con el que nos obsequió Orwell en su obra maestra absoluta, más metafórica, profunda y poética que su distopía,1984, Rebelión en la Granja; "Trabajaré más duro".

[F. Enrique]

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Soy un náufrago que no tiene a mano una botella ni un mensaje para meterlo en ella. Si me muero esta noche no sentiría el no haber hecho lo que tengo en mente sino que me sentiría orgulloso de lo que he escrito, no por su cuestionable calidad sino por la valentía con que he expuesto mis opiniones, impropia de un hombre humilde y anónimo. No soporto, en ese hombre medio que nadie conoce, la grandilocuencia que suele gastar cuando se trata de escribir sometido por la grandeza de sus ídolos y el convencimiento propio de que tiene en su cabeza la fórmula para que el Mundo camine con otros pies.

Yo no soy como Fassbinder ni tengo su capacidad desesperada de trabajo, esto podría aplicarlo también a Pasolini. A los tres nos preocupan los mismos problemas deriva hedonista y nihilista, empolvada de sexo fácil y el olor de la cocaina, salpicada de desgana cuando se habla de Filosofía, de nuestra sociedad y vertemos sobre ella nuestros pareceres.

Respecto al más complejo de ellos, el de la gran Inmigración que hemos recibido en las últimas décadas, ellos son más abiertos en su cerrazón intelectual mientras que yo, creo que soy tan liberal como ellos en este sentido, pongo demasiadas pegas a lo que los inmigrantes nos han ido mostrando con su comportamiento, culpo de ello, en gran parte a la decadencia moral de Occidente y su doble moral cada vez más afilada, indefinida e impía.

Los dos genios europeos de su tiempo tienen con respecto a mí un hándicap más decisivo de lo que se podría pensar; ninguno de ellos son abylenses como yo, no conocieron de primera mano y de una forma natural y rutinaria la evolución negativa de tanto y tanto de ellos que suelen portarse con asiduidad como si todo el monte fuera orégano, aportan muy poco a nuestro conjunto y se acogen al rol de mantenidos por un sistema del que quieren los síntomas confortables y se niegan a conocer el fondo que lo sustenta. No miran hacia otro lado los perjuicios resultantes del deterioro de una sociedad que no acaban de ver como suya (Así es; Francia campeona del indiscutible rey de los Deportes con toda justicia con una selección multicolor que , a veces, muestra en las muñecas la bandera de otro país) y alucinan con nuestros servicios sociales que casi ni existen en sus países de origen y su escasa participación en el juego impositivo (¿Con factura o sin factura? nos preguntan, cuando empiezan a cobrar un precio de mercado por sus servicios) que siguen mostrando, sobre todo cuando la Religión entra en la danza macabra del fanatismo. Y los animalistas se centran en el toro de lidia del que desean fervientemente su extinción y miran hacia otro lado en el sacrificio cruel, tal como Dios manda, del cordero que podría morir en unos segundos y en paz mirando hacia La Meca. No conozco ningún caso de imán o santón que haya muerto a mordiscos de rabia que respondieran agónicamente con las patas temblorosas a la degollación...

[Armilo Brotón]

Estimado F. Enrique, como el colibrí suspendes tu movimiento en el aire y libas pacientemente de cada autor objeto de tu creación para dejarnos una obra que rezuma su espíritu. Es de gran valor con seguir además versos que rebosan lirismo.
Un abrazo y salud

[F. Enrique]

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Reconozco, Armilo, que cuando observé que me habías dejado un mensaje sin botella sentí más miedo que gozo. Pero no, el gran orador que hay en ti ha preferido darme un respiro. Es cierto que no me ha ido del todo mal en esta vuelta mía a los ruedos, pero aún tiemblo al recordarme dando réplica a tu sapiencia en la Tauromaquia.

¿Y cuándo está terminada una obra de Arte? Se preguntó el gran historiador Ernst Gombrich. Solo cuando el artista lo considera así, se contestó pensando en Vermeer y su joven de la perla..

[Armilo Brotón]

"Viviré mientras que el alma me suene,
aquí estoy para morir,
cuando llegue..."
Camarón de la Isla
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Reconozco, Armilo, que cuando observé que me habías dejado un mensaje sin botella sentí más miedo que gozo. Pero no, el gran orador que hay en ti ha preferido darme un respiro. Es cierto que no me ha ido del todo mal en esta vuelta mía a los ruedos, pero aún tiemblo al recordarme dando réplica a tu sapiencia en la Tauromaquia.

¿Y cuándo está terminada una obra de Arte? Se preguntó el gran historiador Ernst Gombrich. Solo cuando el artista lo considera así, se contestó pensando en Vermeer y su joven de la perla..

Estimado F. Enrique, me haces reír y te lo agradezco mucho en estos tiempos de cambio. Lo mío, respecto a la Tauromaquia, no tiene mucho mérito, pues sólo aplico parte de los conocimientos que mi profesión, son muchos años, me ha dado y los complemento con mi otra ciencia preferida que es la filosofía; no hago creación sobre ello, me limito a exponer los datos que tengo desde el máximo respeto hacia otras formas de sensibilidad; aunque a veces me acalore, me arrepiento luego, dado mi temperamento mediterráneo. Sin embargo, tú sí haces creación a partir del conocimiento y análisis de los artistas a los que retratas; transformas en poesía y literatura narrativa lo que sientes al contemplar pinturas, leer a los grandes escritores, escuchar a esos músicos que transforman la palabra en ritmo, visualizar películas y deportes como el ciclismo; con esa forma tan intensa que tienes de vivir la vida que me da mucha envidia; a veces con el ímpetu, y bravura, de un toro que no se rinde en un combate a vida o muerte; creo que así vives lo cotidiano para hacerlo tuyo, para que te sea amable cada amanecer, el flamenco tiene mucho de ello también, otro arte difícil y patrimonio cultural de nuestra tierra; yo me pienso excesivamente racional por eso necesito de la poesía.

Reconozco que hace tiempo no me divertía tanto en una charla, tal como me sucedió en tu poema Apoteosis de José Tomás en Las Ventas (Mayo de 1997), y la exquisita forma de llevar el hilo; reconozco también que era emoción. Visualizaba a tu madre y me congratulaba mucho en la escena. Yo creo que es el máximo interés de la literatura, hacer sentir al lector el momento que se piensa como escritor y emocionar y tú lo conseguiste en mí, pues casi no comento lo que no me gusta; también he de reconocer que mi afición y empatía por lo taurino influyó mucho. Lo que tú llamaste trivialidad es muy nuestro, muy español. Recordaba esas tertulias en los antiguos casinos de pueblo que tan bien describía Azorín, en los bares, en nuestras tabernas, donde todos somos filósofos, entrenadores de fútbol, políticos, artistas, médicos, astronautas; pero en el fondo es comunicación, por eso rechazo el intervencionismo; no es nuestro patrimonio cultural. El latino habla fuerte, pelea, a veces sin fundamento teórico; pero siempre termina todo con un abrazo, un brindis, sea físico o de corazón. La seriedad no va mucho conmigo, yo me río de todo, pero el rigor sí; eso no quita que hable mucha paja para mantener una tertulia y divertirnos.

Pero aparte de esto, había algo que me atraía y es esa gracia que tienes para mezclar todo, de sacar tus ideas desde las entrañas y esperar al otro, en su opinión. Compañero, esto tiene mucho que ver con la Tauromaquia donde se despliegan fuerzas brutas que se intentan canalizar hacia el arte como sublimación; arte de sacar al espectador lo que lleva dentro, quizás por eso coincidimos tanto a través de los sucesivos comentarios que fuimos dejando.

Como te dije, en estos tiempos estamos redescubriendo el valor de la palabra que, finalmente, es el germen de cualquier conocimiento del "mudo" que nos rodea. No existe nada que no se piense, que no se plasme en signos, sonoros o gráficos, que permitan a nuestros hijos entender el devenir de la historia; este barco en el que navegamos desde hace más de cinco mil años los humanos.

Con respecto a tu última pregunta: "¿Y cuándo está terminada una obra de Arte?" Coincido en parte con Ernst Gombrich, pero creo que nunca está terminada una obra de arte mientras haya espectadores que la recreen en su mente; ésta es su grandeza. Todavía sueño en cómo serían los bisontes de Altamira en la mente del pintor, qué significarían para él, qué intención tendría su representación y sobre todo, los veo caminar cada día de una forma distinta.

Un abrazo y salud

[F. Enrique]

Me gusta mucho Mihura, Armilo, su humorismo, su ternura, un poco de locura que acaba perdiéndose cuando presentimos el final, y su interpretación, más bien cargada de buenas intenciones en la que prevalece el senitimiento por encima del pensamiento aunque siempre deje un poso de amargura que destilaba el provincianismo conformista español que deseaba, de alguna manera, desde su punto de vista, seguir bien acomodado en sus cavernas asimiladas y sometidas por el peso superficial en el fondo y profundo en su castigo rutinario de las costumbres. Encuentro interesante ese no querer mirar la realidad con los ojos cerrados, quizás en la línea del gran Frank Capra o Preston Sturges. Era irreal pero le permitió desarrollar un teatro lleno de poesía y muy entretenido en el que podía haber espectadores que sonreían sin haber entendido nada. El autor madrileño no tiene una obra deslumbrante y que se reproduzca en la mente cuando el teatro se apaga y charlamos con los acomodadores, como La casa de Bernarda Alba o Luces de bohemia, pero nos dejó Tres sombreros de copa, Maribel y la extraña familia o Carlota, una obra muy extraña en su producción, emparentada en su misterio a las de Agatha Crhistie (como la fallida y un tanto pesada "Melocotón en almíbar) en la que logra superar a la escritora inglesa.

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Para mí fue una sorpresa desagradable saber qué llegó a tener el carnet de falangista cuando lo peor de nuestra posguerra tímidamente (hubo ejecuciones por motivos políticos hasta el fin del final) se alejaba por el incipiente turismo y la huida de nuestros parados a Alemania que nos hablaban en sus vacaciones de un milagro que vivían cada día en una fábrica en los que realizaban los trabajos más penosos y peor remunerados de los que apenas hablaban. Trago duro que logré asimilar sin perturbar mucho mi admiración por el mejor comediógrafo del siglo XX español, junto con Jardiel Poncela. Mihura simplemente actuó como el Pavese juvenil que engrosó la nómina de afiliados del partido Fascista, quería vivir tranquilo en su ciudad y sabía que la intrahistoria de su cuerpo de doctrina podía denunciarle ante los torpes y ciegos censores y que, sobre él, podía caer el peso de unas leyes injustas, como acaban siéndolo casi todas incluso en tiempos de Democracia.. El piamontés purgó pronto su pena y logró su rendención en forma de confinamiento y de definición política y amorosa mientras nuestro autor murió sin haber tenido tiempo de hacerlo, y tuvo muchos años y algunos cambios importantes para lograrla.

Gracias, Armilo. Dialogar contigo siempre tiene un valor añadido por tus atractivas digresiones. El príncipe de Dinamarca nos dice a las claras que una pieza de teatro nunca acaba. Pero la mayoría de los cuadros y los poemas, una vez aparecen en la escena no suelen retocarse.

[F. Enrique]

Abro a la mañana de un blanco lunes
la ventana, y la calle indiferente
roba entre su luz y sus rumores
mi presencia infrecuente entre las hojas.
Este moverme… en días totalmente
fuera del tiempo que parecía consagrado
a mí, sin regresos ni paradas,
espacio lleno todo de mi estado,
casi prolongación de la existencia
mía, de mi calor, del cuerpo mío…
y se ha truncado… Estoy en otro tiempo,
un tiempo que dispone sus mañanas
en esta calle que yo miro, ignoto,
en esta gente fruto de otra historia.

(Pasolini - Versión española - María Sabina)

*** *** ***

Era una noche de lluvia y tú
empapada me mirabas
entre los escaparates
y tu sueño de vida.

Era tan triste tenerte
y no tenerte, corazón cansado,
que frecuentabas mi huella
sin encontrarme en tus ojos,
alma mía.

(7 de marzo de 1977)

Cuando descu´brí al gran poeta alemán, Ramón Castro, era muy pobre y yo continuaba formándome leyendo mis crónicas de política, las páginas 16 y 17 de la sangrante e injusta situación en el País vasco, de deportes y, las que más disfrutaba, de cultura en mi periódico. A veces descartaba comprarlo, un euro era mucho para mí, y leía El Faro de Abyla en la oficina, sin que nunca llegara a encontrar nada que me interesara, eran de un cruel provincianismo y solía resaltar a menudo que un hijo de puta había sido nombrado hijo predilecto de la ciudad.

Fassbinder y su merecido homenaje en forma de ciclo, no me atrajo tanto como el de Buster Keaton o el de Lubitsch y sus inmortales Ser o no ser y el Bazar de las sorpresas, traducción más atractiva que la tienda de la esquina. Pero tomé notas del poeta de la angustia en mi blog de notas perdido. Solo he leído un poema de él, muy bueno y trnssgresor, aunque por debajo de los del gran rival natural de él. Pero no ha habido un poeta occidental como Pasolini en los últimos 70 años exceptuando al Dylan de 1965.

Muchas gracias.

[Armilo Brotón]

CARNICERO-. Ya le di el mandao... Le dije que cuando torease el señó no tocase pasodobles...
ROBERTO-. Exactamente... Me molesta esa música canalla... Prefiero que toquen Chopin, o Mozart, o, en el peor de los casos, Bizet... Y nada más, señores... A las cuatro en punto en la Plaza de las Ventas, Alcalá, 213. No lo olviden...
El caso del señor vestido de violeta, Miguel Mihura

Al gran Miguel Mihura me has traído. Injustamente lo tengo en el olvido, hace tiempo que no leo nada de él. Sus obras, tanto gráficas como escritas, siempre me han divertido mucho; su humor e inteligencia y, cómo no, su modernidad en algunos aspectos sociales. Recuerdo que en televisión española, hace muchos años, pusieron varias. En aquel momento yo estaba entusiasmado con el Dadaísmo y el movimiento surrealista. Con Beckett e Ionesco como máximos representantes del teatro del absurdo. Mihura es tangencial dentro del teatro del absurdo, pues este absurdo suyo no está vinculado al existencialismo filosófico que lo fundamenta teóricamente , sino a la anécdota y al ridículo que caracteriza gran parte de su obra, al humor.

Creo que se deberían representar más la obra de este autor en los teatros y en la pantalla. Tenía gran pasión por el cine, pues sabemos que contribuyó decisivamente al triunfo de ¡Bienvenido, Mr. Marshall!, de Luis García Berlanga.
Supeditó sus obras a la buena recepción del público y de la crítica, de ahí esos finales felices y previstos.
Una de las obras que más gracia me hace de Mihura, que no la mejor de su repertorio, es El caso del señor vestido de violeta.
Otro día comentaré sobre el gran Pasolini, fantástico artista.

Un abrazo y salud