Tablilla XII (mi voz en aquel canto)
Publicado: Vie, 03 Jul 2020 0:25
«Cuídate de los dioses a la entrada
del Bosque de los cedros
y de las iras del celeste buey
(celada en el despecho de Astarté)
–oh temerario
domador de leones y de toros,
sangre y fuego de Uruk,
coronado Gilgamesh– ,
que he visto cómo
ríe profético en su tumba Humbaba
incubando Gorgonas.
Porque te ha sido revelado por mi sombra
el horror de los muertos del infierno,
oh peregrino soñador de los mortales,
buscas la flor de eterna primavera.
Pero escucha la voz
postrera de tu fiel Enkidu;
esto te hace saber desde el abismo
el Señor de la tierra,
el húmedo y divino Enki,
pues eres del agrado de sus ojos:
antes de que en la noche
la sierpe te arrebate la esperanza,
deja que mese tu poblada barba
la torrencial sabiduría de la vida.
Y que por siempre goce
de juventud tu mito
en el arte mundano de la glíptica»
del Bosque de los cedros
y de las iras del celeste buey
(celada en el despecho de Astarté)
–oh temerario
domador de leones y de toros,
sangre y fuego de Uruk,
coronado Gilgamesh– ,
que he visto cómo
ríe profético en su tumba Humbaba
incubando Gorgonas.
Porque te ha sido revelado por mi sombra
el horror de los muertos del infierno,
oh peregrino soñador de los mortales,
buscas la flor de eterna primavera.
Pero escucha la voz
postrera de tu fiel Enkidu;
esto te hace saber desde el abismo
el Señor de la tierra,
el húmedo y divino Enki,
pues eres del agrado de sus ojos:
antes de que en la noche
la sierpe te arrebate la esperanza,
deja que mese tu poblada barba
la torrencial sabiduría de la vida.
Y que por siempre goce
de juventud tu mito
en el arte mundano de la glíptica»