Sombras de la Bahía Sur

[Ramón Castro Méndez]

Amigo F. Enrique, sin duda, tú estás, sin desmerecer a nadie, en otra división. Has escrito un poema para enmarcar, de los mejores que he leído desde que entré en esta página por primera vez.

Enhorabuena.

Un fuerte abrazo.

[F. Enrique]

"Pienso que esa muchacha del alba que no llega
llevará entreabierta en el regazo
la sábana de un mártir que no supo morir entre los muertos
y vuelve a su dolor en sus pupilas"

A partir de la entradilla de García Lorca y estos cuatro versos de inicio el poema crece lleno de aciertos, giros e imágenes de gran calado. Enhorabuena, F. Enrique, es un trabajo muy sentido y elaborado con mimo. Salud.

Siempre debo agradecerte, Julio, que me ofrezcas la luz de tu presencia. Siempre nos enseñas cosas valiosas con tus comentarios, siempre haces que busquemos lo que resaltas y nos quedemos con la impresión de que es importante ya que tú lo ves así.

Un abrazo.

[F. Enrique]

Cuanta historia sumergida en Europa! Cuan evocador es esa muchacha que acoge en su seno los sueños vivos ( porque el alba es el nuevo amanecer del tiempo abriéndose paso) del héroe trágico. Es un poema denso y bello para ser releído. Te felicito, Francisco por tus profundos sentimientos y pensamientos. Deseándote salud, y poesia, siempre. ERA
[/quote] Roxane.

Es la nueva, pero solo una más, corriente migratoria. El hombre siempre ha estado emigrando para salvar su realidad y escapar de ella. Roxane, a ver cómo la arreglamos. El Islam es duro con la integración, es triste que un solo Dios esté equivocado y seamos aplastados por bombas aunque sean de fabricación casera. La verdad no necesita decirse, salta la vista aunque haga temblar la corrección política. Con los atunes reina la ley del silencio, mafia a pequeña escala...

Primer boceto

Es triste que no vuelvas a escribir tu mirada
en el álamo que muere
en los lindes pensativos de la Huerta
donde yacen los coches agolpados
en tu camisa blanca
con los crisantemos negros aventando
las ramas del azul.

Es triste que no vuelvas a dejarnos la imagen fugitiva
de la muchacha ebria de soledad
que abría la crónica nocturna de amor cada mañana
en el cielo claro
y sonreía con tristeza al rostro del Poniente.


*** *** ***

Pienso que siempre recorrerás las llagas del sudario
de un mártir que no supo morir
y vuelve a su tormento en tus pupilas,
el grito de una hoguera que agrieta los vestigios de los presos
que creyeron en el hombre
y agonizan llorando en los pasos de la Luna.

La marea que expira
en la Laja Grande inundada por las nubes de los niños
grita en los aledaños del muelle derruido
por un poema de amor
que no encuentra las venas ni el nombre en sus heridas,
del almacén de redes a otros rezos abandonado
en la memoria íntima que fluye en los veneros
y esparce por la muerte soledades
mientras las barcas persiguen con rabia
una bandera
que calme con sus cruces la mirada de los vientos,
la angustia del viajero que no encuentra
su sombra en el destino
de los círculos del agua que recogen los escombros
y el epitafio del destierro que murmura la tollina.

Esa muchacha que aún sostiene
en el vuelo de su vestido una paloma disecada
y el rumor de eucalipto que embriaga la Bodega
se enamorará del hombre que acude cada día a la oficina
y archiva los misterios
pensando que el amor no se ha perdido
aunque hunda su tristeza en el mástil de Wall Street
cuando recuerda sus caídas,
aunque los crisantemos
visiten las gargantas rasgadas de un sollozo
en las Piedras Mellizas que duermen en el olvido
aunque la espuma ahogue los brotes de esperanza
y la sonrisa,
aunque el Tarajal vuelva a vivir la sangre en sus arenas
y una novia no recuerde la ruta de los templos
donde guardó una corona de alhucemas
en la tumba vacía donde los sueños encontraron la muerte
mientras iban de las lágrimas de los barcos al silencio de la playa.


*** *** ***

Ahora solo queda ladrar contra el olvido,
encender una vela en el vientre
de los versos que pasaron
mientras sonaban los remos de los luceros
cegados en el alba por la mano de la luna,
mientras la palomita se adentraba en la tinta
del mar que nos aleja
y la muerte escribía una plegaria con sus alas
trémulas sobre la sangre
donde cantaron su última soledad los náufragos
que se ahogaron en el desierto de las almas.

[F. Enrique]

Has escrito un poema para enmarcar, de los mejores que he leído desde que entré en esta página por primera vez.

Gracias, Ramón.

[F. Enrique]

Primer boceto

Crónica de Occidente desde Castillejos

A Paul Simon, poeta del desencanto.

y dejaba por los rincones pequeñas calaveras de paloma
y levantaba las furias de los banquetes de los siglos últimos
y llamaba al demonio del pan por las colinas del cielo barrido
y filtraba un ansia de luz en las circulaciones subterráneas.

(Lorca - Paisaje de la multitud que vomita)



Es triste que no vuelvas a escribir tu mirada
en el álamo que muere
en los lindes pensativos de la Huerta
donde yacen los coches agolpados
en tu camisa blanca
con los crisantemos negros aventando
las ramas del azul.

Es triste que no vuelvas a dejarnos la imagen fugitiva
de la muchacha ebria de soledad
que abría la crónica nocturna de amor cada mañana
en el cielo claro
y sonreía con tristeza al rostro del Poniente.


*** *** ***

Pienso que siempre recorrerás las llagas del sudario
de un mártir que no supo morir
y vuelve a su tormento en tus pupilas,
el grito de una hoguera que agrieta los vestigios de los presos
que creyeron en el hombre
y agonizan llorando en los pasos de la Luna.

La marea que expira
en la Laja Grande inundada por las nubes de los niños
grita en los aledaños del muelle derruido
por un poema de amor
que no encuentra las venas ni el nombre en sus heridas,
del almacén de redes a otros rezos abandonado
en la memoria íntima que fluye en los veneros
y esparce por la muerte soledades
mientras las barcas persiguen con rabia
una bandera
que calme con sus cruces la mirada de los vientos,
la angustia del viajero que no encuentra
su sombra en el destino
de los círculos del agua que recogen los escombros
y el epitafio del destierro que murmura la tollina.

Esa muchacha que aún sostiene
en el vuelo de su vestido una paloma disecada
y el rumor de eucalipto que embriaga la Bodega
se enamorará del hombre que acude cada día a la oficina
y archiva los misterios
pensando que el amor no se ha perdido
aunque hunda su tristeza en el mástil de Wall Street
cuando recuerda sus caídas,
aunque los crisantemos
visiten las gargantas rasgadas de un sollozo
en las Piedras Mellizas que duermen en el olvido
aunque la espuma ahogue los brotes de esperanza
y la sonrisa,
aunque el Tarajal vuelva a vivir la sangre en sus arenas
y una novia no recuerde la ruta de los templos
donde guardó una corona de alhucemas
en la tumba vacía donde los sueños encontraron la muerte
mientras iban de las lágrimas de los barcos al silencio de la playa.


*** *** ***

Ahora solo queda ladrar contra el olvido,
encender una vela en el vientre
de los versos que pasaron
mientras sonaban los remos de los luceros
cegados en el alba por la mano de la luna,
mientras la palomita se adentraba en la tinta
del mar que nos aleja
y la muerte escribía una plegaria con sus alas
trémulas sobre la sangre
donde cantaron su última soledad los náufragos
que se ahogaron en el desierto de las almas.

[F. Enrique]

Has escrito un poema para enmarcar, de los mejores que he leído desde que entré en esta página por primera vez.

Gracias, Ramón.

[Alejandro Costa]

Es potente y está escrito por alguién que sabe qué es la poesía y sabe moverla con calidad y elegancia.

Al utilizar versos de Lorca para dar entrada a cada uno de los tuyos le da un valor añadido.

Me alegra mucho su rescate, este tipo de poemas son muy necesarios para los que nos apasiona la poesía.

Mil gracias.

Un abrazo.

[Carmela Viñas]

"Ahora solo queda ladrar contra el olvido,
encender una vela en el vientre
de los versos que pasaron
mientras sonaban los remos de los luceros
cegados en el alba por la mano de la luna,
mientras la palomita se adentraba en la tinta
del mar que nos aleja
y la muerte escribía una plegaria con sus alas
trémulas sobre la sangre
donde cantaron su última soledad los náufragos
que se ahogaron en el desierto de las almas".

Pura belleza esta estrofa y todo el poema,F.Enrique. Te felicito por esta gran obra poética. Hay tanta riqueza en cada verso...!

Abrazos.

[Sergio D'Baires]

F : Poeta

¡Grandioso!
¡Hermoso!

¡Espectacular!

¡La puta que valió la pena leerlo y releerlo!

¡GRACIAS! Por tu arte

Un abrazo

[F. Enrique]

"Pienso que esa muchacha del alba que no llega
llevará entreabierta en el regazo
la sábana de un mártir que no supo morir entre los muertos
y vuelve a su dolor en sus pupilas"

A partir de la entradilla de García Lorca y estos cuatro versos de inicio el poema crece lleno de aciertos, giros e imágenes de gran calado. Enhorabuena, F. Enrique, es un trabajo muy sentido y elaborado con mimo. Salud.

Quizás yo sea, como Saint-Exupéry, un cristiano sin Cristo, creo que pienso en él todos los días y recuerdo su Pasión, como tú me siento turbado por su proclividad por el perdón y por su evocación del amor por encima de todas las cosas. Ojalá siguiéramos su camino y no éste que representamos en su papel más trágico.

Muchas gracias, Julio. Un abrazo.

[F. Enrique]

Es potente y está escrito por alguien que sabe qué es la poesía y sabe moverla con calidad y elegancia.

Al utilizar versos de Lorca para dar entrada a cada uno de los tuyos le da un valor añadido.

Me alegra mucho su rescate, este tipo de poemas son muy necesarios para los que nos apasiona la poesía.

Mil gracias.

Un abrazo.

Gracias, Alejandro. No sé en dónde sitúo ahora este poema, quizás haya vuelto a colgarlo porque estoy triste, me estremezco cuando escucho las alas de los helicópteros buscando la frontera.

Un abrazo.

[Armilo Brotón]

Vuelvo a leer y dejarte una reseña sobre este bello poema, nunca dejará de emocionarme. Pero el título, el título... me encanta, parece el de una novela apasionante.

Un abrazo amigo

[F. Enrique]

F : Poeta

¡Grandioso!
¡Hermoso!

¡Espectacular!

¡La puta que valió la pena leerlo y releerlo!

¡GRACIAS! Por tu arte

Un abrazo

Me sorprende y me agrada tu entusiasmo, Sergio. Ya no sé si el poema consigue lo que yo pretendía.

Un abrazo.

[Ana Muela Sopeña]

Fabuloso poema en el que describes hechos trágicos hasta la médula. Está escrito con gran precisión en cuanto al contenido y a la métrica.

F. Enrique, tu poema está muy trabajado. Bravo.

Aplausos
Un beso grande
Ana