Editorial Alaire

De manera oblicua nace el verso. Nada
parece convocarlo en esta esquina de la tarde. Sólo
un airear de mirlos acaricia la cruz del campanario
bañado en sol menguante, entre la calma.
En el horizonte final sueña la sierra.


Yo creo que es una ráfaga sistólica que atiende, aleatoria,
la presencia de algún hilo de belleza, y humedece
con sangre una cámara mustia del cerebro. Un mecanismo
de ley de conservación prueba caminos:
Te falta paz, tesoro…
Vivirías mejor en la luz cálida que vemos…
Activando la cámara de fábulas…
Tal vez su dulce producto de palabras te convenza…


¿Y qué pueden registrar las palabras seductoras?
Joder, ¿que no tenía monedas sueltas para el parking?
No. Las mandorlas vacías no hacen templo. Mejor la máscara:
un álamo vertical escoltaba mi descenso,
las luces urbanas intimaban sobre el barrio recogido,
una pareja madura consumía silenciosa su paseo.


Y era tan verdad aquella máscara creada
como el mundo, la mandorla.

.

De manera oblicua nace el verso. Nada
parece convocarlo en esta esquina de la tarde. Sólo
un airear de mirlos acaricia la cruz del campanario
bañado en sol menguante, entre la calma.
En el horizonte final sueña la sierra.


Yo creo que es una ráfaga sistólica que atiende, aleatoria,
la presencia de algún hilo de belleza, y humedece
con sangre una cámara mustia del cerebro. Un mecanismo
de ley de conservación prueba caminos:
Te falta paz, tesoro…
Vivirías mejor en la luz cálida que vemos…
Activando la cámara de fábulas…
Tal vez su dulce producto de palabras te convenza…


¿Y qué pueden registrar las palabras seductoras?
Joder, ¿que no tenía monedas sueltas para el parking?
No. Las mandorlas vacías no hacen templo. Mejor la máscara:
un álamo vertical escoltaba mi descenso,
las luces urbanas intimaban sobre el barrio recogido,
una pareja madura consumía silenciosa su paseo.


Y era tan verdad aquella máscara creada
como el mundo, la mandorla.

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Impresionante el manejo poético de los símbolos, del yo creador, de las voces que hacen libre su pensamiento.
Es tan cierto, que el verso se puede colar por una rendija, aunque el paisaje sea inerte y se colme de indiferencia.

En la segunda estrofa se estremece la lectura; un hallazgo hermosísimo:

"Yo creo que es una ráfaga sistólica que atiende, aleatoria,
la presencia de algún hilo de belleza, y humedece
con sangre una cámara mustia del cerebro."

Una locuacidad del parasimpático, una excentricidad del hipotálamo.

Las mandorlas vacías son rostros sin vida, son escuetos limbos del propio espejo.
Las máscaras son seductoras alternativas de nuestro acontecer, de una palabra ingenua, de una torre en llamas, de ese paseo consumido de la pareja que aprendió a morir bajo la lluvia.

Abrazo de los grandes.


PS: me ha encantado el hombre y sus monedas sueltas, el parking desobediente, la terrena inserción del mundo físico.

Pablo Ibáñez escribió:

He aquí la verdad: hacer las máscaras
Jaime Sabines

De manera oblicua nace el verso. Nada
parece convocarlo en esta esquina de la tarde. Sólo
un airear de mirlos acaricia la cruz del campanario
bañado en sol menguante, entre la calma.
En el horizonte final sueña la sierra.


Yo creo que es una ráfaga sistólica que atiende, aleatoria,
la presencia de algún hilo de belleza, y humedece
con sangre una cámara mustia del cerebro. Un mecanismo
de ley de conservación prueba caminos:
Te falta paz, tesoro…
Vivirías mejor en la luz cálida que vemos…
Activando la cámara de fábulas…
Tal vez su dulce producto de palabras te convenza…


¿Y qué pueden registrar las palabras seductoras?
Joder, ¿que no tenía monedas sueltas para el parking?
No. Las mandorlas vacías no hacen templo. Mejor la máscara:
un álamo vertical escoltaba mi descenso,
las luces urbanas intimaban sobre el barrio recogido,
una pareja madura consumía silenciosa su paseo.


Y era tan verdad aquella máscara creada
como el mundo, la mandorla.

Hallie ha comentado tan en detalle, que poco queda por decir que pueda expresar lo que el poema provoca.
Me ha llevado por diferentes paisajes geogàficos e internos. Què buena manera de comenzar el domingo, gracias, Luna.-

Toda una obra persuasiva y seductora, estimado.
Poesía en vena.
Abrazos y felicidad.

Pablo Ibáñez escribió:

He aquí la verdad: hacer las máscaras
Jaime Sabines

De manera oblicua nace el verso. Nada
parece convocarlo en esta esquina de la tarde. Sólo
un airear de mirlos acaricia la cruz del campanario
bañado en sol menguante, entre la calma.
En el horizonte final sueña la sierra.


Yo creo que es una ráfaga sistólica que atiende, aleatoria,
la presencia de algún hilo de belleza, y humedece
con sangre una cámara mustia del cerebro. Un mecanismo
de ley de conservación prueba caminos:
Te falta paz, tesoro…
Vivirías mejor en la luz cálida que vemos…
Activando la cámara de fábulas…
Tal vez su dulce producto de palabras te convenza…


¿Y qué pueden registrar las palabras seductoras?
Joder, ¿que no tenía monedas sueltas para el parking?
No. Las mandorlas vacías no hacen templo. Mejor la máscara:
un álamo vertical escoltaba mi descenso,
las luces urbanas intimaban sobre el barrio recogido,
una pareja madura consumía silenciosa su paseo.


Y era tan verdad aquella máscara creada
como el mundo, la mandorla.

Un poema de misticismo sutil se hace sentir en el paseo silencioso en mitad del urbe. El trasfondo, una exhalación a " la presencia de algún hilo de belleza". El poeta no se exime de preguntar a la química del cerebro; " humedece
con sangre una cámara mustia del cerebro. Un mecanismo
de ley de conservación prueba caminos:
Te falta paz, tesoro…
Vivirías mejor en la luz cálida que vemos…
Activando la cámara de fábulas…
Tal vez su dulce producto de palabras te convenza…"



Es un poema logrado en todas sus sugerencias. Te felicito, Pablo por la depuración creativa que manejas.

Gracias Hallie,

siempre atenta y puntual para dejar tu entusiasmo.

Un abrazo, amiga

Gracias Luna,

un honor para mí que te haya gustado el poema, amiga. Es una alegría que estés de nuevo en Alaire.

Te mando un abrazo.

Gracias Ricardo,

me alegro que te guste, amigo.

Te mando un abrazo.

Gracias ERA,

una gran alegría que hayas venido a comentarme. Me alegro que te guste.

Un abrazo.

Cuànto me gusta leerte, amigo, y adentrarme en el fondo de tus versos.
Este poema me deja ese hilo de belleza que reclamas, aunque sienta total belleza al leerte.
Abrazos
Pilar

Muy peculiar y novedoso este estilo poético que aquí exhibes.Poesía joven, culta, mechada de metáforas y de ideas inesperadas.
Me gustó mucho, Pablo.
Un abrazo.
Jerónimo

Un poema espléndido, Pablo. Me gusta mucho.

Un abrazo.

Un pequeño detalle. Hacia el final quizás escoltaban /intimaban están muy próximos. Cuestión de gustos, que no soy yo quien.

Un poema original y seguro de sí mismo que he disfrutado al máximo, estimado amigo. Muchos abrazos y felicitaciones sinceras, Pablo.

Quiero señalar que principalmente destaca en este poema la función estética de lo literario, un discurso puramente literario tratado con sutiles contraposiciones referenciales de las distintas funciones que contiene. Situación y contexto unidos por la función poética del mensaje. Felicidades Pablo.

Un abrazo.
Ignacio

Pablo, qué puedo añadir que no hayan dicho ya otros compañeros. Coincido plenamente con lo que dicen todos, sobre todo Ignacio Mincholed. Me ha gustado muchísimo. Un abrazo