Óscar Distéfano escribió:Con sorpresa y emoción quiero aplaudirte por la calidad de este poema, donde has dado libertad a tu estro con la única condición del aliño, de esa pizca de racionalidad que produce un agradable ritmo al texto. La calidad a la que me refiero no se reduce simplemente a esas imágenes originales ni a ese admirable vuelo lírico, sino también a la profundidad del mensaje poético (las ideas que llevan a una necesaria reflexión sobre nuestra condición humana), algo así como encarar el significado de nuestra existencia. Es un derrame del subconsciente escéptico; agnóstata, diría, si me permites una temeraria presunción. Estoy de acuerdo con Pablo en que existe un suave ritmo del pensamiento, producto de la intuición y perfeccionado por la experiencia, por la práctica constante de escribir en libertad pero con conciencia; de ahí que nos llega con agrado esa eliminación del caos que, muchas veces, produce soltarle las manos a los duendes.
Además, quiero felicitar a los responsables de este reconocimiento, porque han acertado con buena puntería. Este poema es de los mejores que he leído en los últimos tiempos.
Un abrazo grande.
Óscar
Me alegra mucho tu nota, Óscar, por las precisiones de tu comentario tan generoso.
Cierto lo que dices en esta hermosa frase,
soltarle las manos a los duendes.
Igual que le decía a Pablo, aprecio y me alegra tu percepción sobre el ritmo de pensamiento, aspecto que tanto considero.
Gracias y un fuerte abrazo.
Ignacio