en el sarro y la ansiedad heráldica;
sabes que no hay fin a la locura suelta
que corre tras de tí,
que te acosa y te hace clamar por la muerte;
ella también abre sus brazos.
¡Ven! descansa en paz.
E R A
El poema tiene imágenes maravillosas,
como: entre ráfagas de ruegos,
sabes que no hay fin a la locura suelta,
Los brazos de tu hijo son alas de niños
quemados que se te ofrecen,
la ciudad como sábanas ondulantes
un coágulo en la stigmata del sol
y plantar humanos con la semilla de un corazón
iluminado. Magnífico poema...
Te felicito
Un abrazo fuerte, querida amiga