Editorial Alaire

Llegas cuando la mente es un bajel al pairo,
velamen de blancura que rompe la costumbre;
la inmensidad del agua en tu cariño,
las olas en tus manos, tifón en la mirada,
la dársena en el pecho, los delirios del sol en tu regazo.

Te presiento científico ramal, el cabo de los nudos que aguantan los embates,
la luz de la sentina, alea que traduce sus contornos de puntillas
sobre una burbuja de ansia del mar Mediterráneo.

En el puente que llama a un furor de sextante
las piernas son centurias de trinquete, mástiles de golosa inteligencia,
arboladura, fuste, y tientan como tienta el hambre
al bauprés orgulloso: vigía que libera al galeote.

Los blancos de tu velamen llaman al silbo del céfiro,
pulpa en la brisa del alba; costa del bajel errante.

Solo puedo decirte que me gustó tu poema, pero que volveré a leerlo porque es de una profundidad tal y de un vocabulario tan elevado que necesita una segunda y tercera lectura.
Poema de altos vuelos, un placer
Un abrazo
Pilar

Edito, aunque debería borrar, para corregirme. Cualquiera de nosotros que no estuviese bobo perdido, como yo esta mañana, podría saberse -incluso desearse- náufrago, en tu poema, claro. Digo que edito para corregirme, y en realidad debería guardar silencio: lo que dices es muy bello. Cómo lo dices, más, si eso pudiera ser.



Aplausos. Más.

Blanca

Rafel Calle escribió:Será la mala costumbre de imaginar lo que leo, o no, pero tu poema me ha parecido una 'Marina' muy bella y muy luminosa, y, al tiempo, cálida. No es sencillo, suelen ser, o a mí me lo parecen, frías, de todas formas me gustan, aunque no me emocionan como ésta.



Aplausos.

Blanca

Rafel Calle escribió:Llegas cuando la mente es un bajel al pairo,
velamen de blancura que rompe la costumbre;
la inmensidad del agua en tu cariño,
las olas en tus manos, tifón en la mirada,
la dársena en el pecho, los delirios del sol en tu regazo.

Te presiento científico ramal, el cabo de los nudos que aguantan los embates,
la luz de la sentina, alea que traduce sus contornos de puntillas
sobre una burbuja de ansia del mar Mediterráneo.

En el puente que llama a un furor de sextante,
las piernas son centurias de trinquete, mástiles de golosa inteligencia,
arboladura, fuste, y tientan como tienta el hambre
al bauprés orgulloso: vigía que libera al galeote.

Los blancos de tu velamen aplacan tanto la pena
que son espuma del alba; costa del bajel errante.

Bellísimo poema Rafael, pleno de lirismo y con un importante lenguaje poético que deja ver la maestría del que tiene oficio.

En el puente que llama a un furor de sextante,
las piernas son centurias de trinquete, mástiles de golosa inteligencia,
arboladura, fuste, y tientan como tienta el hambre
al bauprés orgulloso: vigía que libera al galeote.

Esta estrofa me gusta especialmente, insinuante, haciendo alarde de erostismo sutil y bien llevado. Preciosa realmente.

Un abrazo, compañero

Sara

Rafel Calle,

Eres un maestro, querido amigo
manejas maravillosamente la palabra, el verso y la imagen...

te felicito

un beso a tu corazón de poeta

Rafel Calle escribió:Llegas cuando la mente es un bajel al pairo,
velamen de blancura que rompe la costumbre;
la inmensidad del agua en tu cariño,
las olas en tus manos, tifón en la mirada,
la dársena en el pecho, los delirios del sol en tu regazo.

Te presiento científico ramal, el cabo de los nudos que aguantan los embates,
la luz de la sentina, alea que traduce sus contornos de puntillas
sobre una burbuja de ansia del mar Mediterráneo.

En el puente que llama a un furor de sextante,
las piernas son centurias de trinquete, mástiles de golosa inteligencia,
arboladura, fuste, y tientan como tienta el hambre
al bauprés orgulloso: vigía que libera al galeote.

Los blancos de tu velamen aplacan tanto la pena
que son espuma del alba; costa del bajel errante.

Rafael, creo que has soltado amarras y, menos obsesionado por la métrica y el ritmo, has conseguido una singladura armoniosa y ágil, plena de aciertos en esta enorme metáfora marinera llena de sensualidad, erotismo y ternura. Una descripción hermosa en donde los sentimientos se hacen vela hinchada de poesía. Enhorabuena.
Salud.

Colega Rafa; un poema rebosante de la luz y sensualidad que impregna el Mar Mediterráneo. Todo un oro poético.

Un fuerte abrazo

Todo lo que me dices, querida amiga Pilar, me congratula con la esperanza de llegar a ser un buen poeta. Espero que tú lo veas, estimada colega.
Muchas gracias por el comentario.
Te mando un fuerte abrazo.

Tú poesía, Rafa, es compacta, no tiene fisuras porque el pensamiento ata los huecos del instinto.

Cada poema es un libro que encierra sus secretos bajo la llave de la meditación, un libro que abre y cierra su mundo imperfecto, como se abren y se cierran los días y las vidas de todos los lectores, es ahí donde tu palabra asciende e imprime un mundo finito y constante, termina el poema y comienza un sentimiento poético rico en detalles.

Son esas ideas claras las que trascienden.

El navegante, dentro del poema, nunca pierde de vista el puerto de salida, incluso puede verlo desde la inmensidad del destino.

Un placer la lectura.

Un abrazo.

Luis Oroz.

Si me aplaudes tanto se me pueden subir los humos a la cabeza, jajaja.
Mi querida amiga Blanca, tengo tanto por descubrir, me falta tanto por aprender, ahora tengo esa certeza, ahora, que estoy estudiando a Gamoneda, que no atisbo la forma de llegar a transmitir sin caer en el esperpento más servil de mi costumbre.
Tengo todas las fibras del autor (si es que puedo llamarme eso) tiritando en ''Libro del Frío'' del maestro; lo admiro, por la sencillez de los vagones, por la nieve del raíl, por la franqueza-palabra, por la barandilla que observa en un balcón sin remedio.
En fin, estoy tan estusiasmado con la cita que tenemos, Ferreiro y yo, con el maestro Gamoneda (a finales de este mes), que no puedo hablar de otra cosa, jajaja.
Muchas gracias por las continuas atenciones que regalas a mis humildes escritos.
El poema es, o quiere ser, de amor, seguramente imaginario, como todo en esta vida. Ya sabes, cosas de poetas, suspiros del autor por dejar algo versado.
TE MANDO UN FUERTE ABRAZO.

Vaya palabra Rafael, ola tras ola lo llenas todo, y más que todo.


Mi admiración y mi abrazo en la distancia

Muchas gracias, querida amiga Sara, te agradezco el comentario y me alegra que te haya gustado el poema.
Ya sabes, unas veces nos salen regular y en otras los versos no salen, jajaja.
Recibe un fuerte abrazo.

Muchas gracias, querido amigo Ricardo, te agradezco el comentario y los elogios que me regalas.
TE MANDO UN FUERTE ABRAZO.

Me gusta, me gusta mucho, exhibición de sabiduría marina aparte. Creo que es el que más me gusta de todos los que te he leído, porque noto expansión y horizontes abiertos que comulgan muy bien con el tema y tono del poema. En tu caso el rigor está sobrentendido, pero es un rigor que en esta ocasión se nota mucho menos. Las riendas están ocultas y sólo se ve caballo.

Bravo. Muy bueno.

Hasta pronto.

Rafael, leo tu poema con asombro y agrado, pues existe un rotundo avance en virtud del lenguaje poético, de la palabra sobre la forma. El poema extiende sus versos y crea un todo notable, altísimo en contenido y en belleza. La pulcritud y el léxico son estímulos para saciarse en ellos. Además, creo que los versos más extensos resultan conmovedoramente atrayentes, pues le entregan al texto una suerte de ambiente, que combinado con la precisión de la palabra, y en este caso el mensaje levemente erótico, conducen hacia la hondura del poema. En síntesis, un poema importante, pues muestra una nueva estética en tu palabra, un acercarse a la depuración del lenguaje, y a la precisión en el poema. Un gran placer leerte.

Un abrazo fraterno, Benjamín.