Editorial Alaire

El libro de los muertos

Con espanto y guerra, los ojos desorbitados,
galopa el caballo picassiano,
golpea la tierra
con las patas de Rocinante;
se cuela la picaresca en Siglo de Oro
por los arlequines
de los días más azules del siglo
veinte
y Cervantes
remueve los pinceles y mezcla los colores
en la paleta de grises tenebrosos.
Una vez más, ay, Goya y la España trágica
devorándose a sí misma
mientras escribimos el libro de los muertos
y emerge la luz en sortilegios.

¡Qué largo viaje, patria, nos amenaza
en el filo de la espada de la historia
hasta el juicio de Osiris!

¡Fría es la jornada que te acompaña
al levantarse el campo
y la batalla aplaza su final y hará la cuenta terrible
de los vivos
antes de que decline el día!

Echa tierra a mis ojos,
que no alcancen mis hijos a ver tanta desgracia;
desnuda mi cuerpo, entrega a los dioses mis riquezas,
que nada estorbe la ligereza del viaje;
así, patria, se cuentan las jornadas
y las estaciones y los años a la grupa del destino
arrumbado a la cintura de tus costas,
alto en tus verticales montes,
agreste en el aire
que sobrevuelan las águilas,
extenso en las llanuras
de la esperanza.

González Alonso

El libro de los muertos lo ven los vivos, amigo. Todo el empaque y el enfoque repercute con él
Disfruté de tu poema un rato bueno.

Salud y gracia tienes para pensar y hacer pensar.

Julio Gonzalez Alonso escribió:El libro de los muertos

Con espanto y guerra, los ojos desorbitados,
galopa el caballo picassiano,
golpea la tierra
con las patas de Rocinante;
se cuela la picaresca en Siglo de Oro
por los arlequines
de los días más azules del siglo
veinte
y Cervantes
remueve los pinceles y mezcla los colores
en la paleta de grises tenebrosos.
Una vez más, ay, Goya y la España trágica
devorándose a sí misma
mientras escribimos el libro de los muertos
y emerge la luz en sortilegios.

¡Qué largo viaje, patria, nos amenaza
en el filo de la espada de la historia
hasta el juicio de Osiris!

¡Fría es la jornada que te acompaña
al levantarse el campo
y la batalla aplaza su final y hará la cuenta terrible
de los vivos
antes de que decline el día!

Echa tierra a mis ojos,
que no alcancen mis hijos a ver tanta desgracia;
desnuda mi cuerpo, entrega a los dioses mis riquezas,
que nada estorbe la ligereza del viaje;
así, patria, se cuentan las jornadas
y las estaciones y los años a la grupa del destino
arrumbado a la cintura de tus costas,
alto en tus verticales montes,
agreste en el aire
que sobrevuelan las águilas,
extenso en las llanuras
de la esperanza.

González Alonso

Historia, Religión, amor por la vida y la esperanza extraoridinaria. Una visión traspasa y tiembla su presencia en este bello poema, Julio. Abrazos, ERA

Julio Gonzalez Alonso escribió:El libro de los muertos

Con espanto y guerra, los ojos desorbitados,
galopa el caballo picassiano,
golpea la tierra
con las patas de Rocinante;
se cuela la picaresca en Siglo de Oro
por los arlequines
de los días más azules del siglo
veinte
y Cervantes
remueve los pinceles y mezcla los colores
en la paleta de grises tenebrosos.
Una vez más, ay, Goya y la España trágica
devorándose a sí misma
mientras escribimos el libro de los muertos
y emerge la luz en sortilegios.

¡Qué largo viaje, patria, nos amenaza
en el filo de la espada de la historia
hasta el juicio de Osiris!

¡Fría es la jornada que te acompaña
al levantarse el campo
y la batalla aplaza su final y hará la cuenta terrible
de los vivos
antes de que decline el día!

Echa tierra a mis ojos,
que no alcancen mis hijos a ver tanta desgracia;
desnuda mi cuerpo, entrega a los dioses mis riquezas,
que nada estorbe la ligereza del viaje;
así, patria, se cuentan las jornadas
y las estaciones y los años a la grupa del destino
arrumbado a la cintura de tus costas,
alto en tus verticales montes,
agreste en el aire
que sobrevuelan las águilas,
extenso en las llanuras
de la esperanza.

González Alonso

Iba a citar sólo lo que más me gustaba, pero decidí citar todo el poema, porque todo él nos lleva a una reflexión en el símbolo y en el recuerdo hístorico de este país, y que debemos de tener muy encuenta en los aciagos tiempos político-sociales que nos ha tocado vivir.

Un placer de lectura en este necesario poema, amigo Julio.

Forza al godello, más que nunca.

Un abrazo.

Una emoción que halla alas y despliega su verdad profunda querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Terrible y machadiano poema. Saludos.

Julio,

me gusta mucho el poema, amigo, con esa seriedad tuya para afrontar los temas espinosos y profundos. Importantes referencias a las historia de España, muy bien traídas y muy bien dispuestas. Como siempre, ese aire tuyo de poema recio, nudoso, trabajado con aplomo, técnica y sabiduría.

A mi me gusta mucho.
Abrazos.

Un buen poema en fondo y en forma. Julio. Un placer de lectura, compañero. Un abrazo.

Qué grande eres Julio. Sabes construir versos y poemas como nadie, Te felicito.
Un abrazo, amigo.
J. manuel

Bello e interesante trabajo, amigo Julio.
Abrazos.

Guillermo Cumar escribió:El libro de los muertos lo ven los vivos, amigo. Todo el empaque y el enfoque repercute con él
Disfruté de tu poema un rato bueno.

Salud y gracia tienes para pensar y hacer pensar.

Agradecido, Guillermo. El poema está teñido de cierto pesimismo contra el que debemos luchar. La historia de España y su futuro lo merecen. Mi abrazo.
Salud.

E. R. Aristy escribió:

Julio Gonzalez Alonso escribió:El libro de los muertos

Con espanto y guerra, los ojos desorbitados,
galopa el caballo picassiano,
golpea la tierra
con las patas de Rocinante;
se cuela la picaresca en Siglo de Oro
por los arlequines
de los días más azules del siglo
veinte
y Cervantes
remueve los pinceles y mezcla los colores
en la paleta de grises tenebrosos.
Una vez más, ay, Goya y la España trágica
devorándose a sí misma
mientras escribimos el libro de los muertos
y emerge la luz en sortilegios.

¡Qué largo viaje, patria, nos amenaza
en el filo de la espada de la historia
hasta el juicio de Osiris!

¡Fría es la jornada que te acompaña
al levantarse el campo
y la batalla aplaza su final y hará la cuenta terrible
de los vivos
antes de que decline el día!

Echa tierra a mis ojos,
que no alcancen mis hijos a ver tanta desgracia;
desnuda mi cuerpo, entrega a los dioses mis riquezas,
que nada estorbe la ligereza del viaje;
así, patria, se cuentan las jornadas
y las estaciones y los años a la grupa del destino
arrumbado a la cintura de tus costas,
alto en tus verticales montes,
agreste en el aire
que sobrevuelan las águilas,
extenso en las llanuras
de la esperanza.

González Alonso

Historia, Religión, amor por la vida y la esperanza extraoridinaria. Una visión traspasa y tiembla su presencia en este bello poema, Julio. Abrazos, ERA

Siempre es un placer leer tus comentarios, Roxane. Mi abrazo agradecido.
Salud.

Ronald Bonilla escribió:IUn poema fuerte, sobre lo que parece inminente, no terminamos de aprender, me gustó aunque sea doloroso asistir a tu mensaje, abrazos

Sabias palabras, Ronald. No sé si aprenderemos alguna vez. Tengo la impresión, muchas veces, de vivir realidades paralelas e irreconciliables. Pero no perdamos la esperanza y la ilusión. Mi abrazo.
Salud.

J. J. Martínez Ferreiro escribió:

Julio Gonzalez Alonso escribió:El libro de los muertos

Con espanto y guerra, los ojos desorbitados,
galopa el caballo picassiano,
golpea la tierra
con las patas de Rocinante;
se cuela la picaresca en Siglo de Oro
por los arlequines
de los días más azules del siglo
veinte
y Cervantes
remueve los pinceles y mezcla los colores
en la paleta de grises tenebrosos.
Una vez más, ay, Goya y la España trágica
devorándose a sí misma
mientras escribimos el libro de los muertos
y emerge la luz en sortilegios.

¡Qué largo viaje, patria, nos amenaza
en el filo de la espada de la historia
hasta el juicio de Osiris!

¡Fría es la jornada que te acompaña
al levantarse el campo
y la batalla aplaza su final y hará la cuenta terrible
de los vivos
antes de que decline el día!

Echa tierra a mis ojos,
que no alcancen mis hijos a ver tanta desgracia;
desnuda mi cuerpo, entrega a los dioses mis riquezas,
que nada estorbe la ligereza del viaje;
así, patria, se cuentan las jornadas
y las estaciones y los años a la grupa del destino
arrumbado a la cintura de tus costas,
alto en tus verticales montes,
agreste en el aire
que sobrevuelan las águilas,
extenso en las llanuras
de la esperanza.

González Alonso

Iba a citar sólo lo que más me gustaba, pero decidí citar todo el poema, porque todo él nos lleva a una reflexión en el símbolo y en el recuerdo histórico de este país, y que debemos de tener muy en cuenta en los aciagos tiempos político-sociales que nos ha tocado vivir.

Un placer de lectura en este necesario poema, amigo Julio.

Forza al godello, más que nunca.

Un abrazo.

Pues agradecido, Ferreiro. Me preocupan los tiempos que corren. Echo en falta los problemas de antaño reflexionados por pensadores como Camus, Jean Paul Sartre, Bertrand Russell, S. Freud, Wittgenstein, H. Marcuse, Foucault o F. Saussure... Será que estoy hecho de siglo XX... así que, ¡godello, percebes y carpe diem!
Salud.