Editorial Alaire

Viene a visitarme algunas noches
un niño de silencio, lento y serio, ataviado
de formas primitivas: labio, lemas
inscritos en un coágulo de sueño.

Su atmósfera desciende sobre mí como fermento,
oblicuamente, como talud abisal o perfusiones
que alumbran letras crípticas:
la nave seguirá, la estrella brilla— así, como Bob Dylan
presentaba su portfolio de consignas.

Viento que remueve mar, blando murmullo— al niño noche
le gusta confluir hacia los límites. No soy yo.
No es mi hijo, ni mi padre. Pero muestra
harina quieta y blanca entre sus manos blancas,
escarcha laminar entre sus párpados de avena
y una leve sonrisa de hospital, antes de irse.

Viene a visitarme algunas noches
un niño de metal —vendrá otra luz,
verás la extensa playa.

Pablo Ibáñez escribió:Viene a visitarme algunas noches
un niño de silencio, lento y serio, ataviado
de formas primitivas: labio, lemas
inscritos en un coágulo de sueño.

Su atmósfera desciende sobre mí como fermento,
oblicuamente, como talud abisal o perfusiones
que alumbran letras crípticas:
la nave seguirá, la estrella brilla— así, como Bob Dylan
presentaba su portfolio de consignas.

Viento que remueve mar, blando murmullo— al niño noche
le gusta confluir hacia los límites. No soy yo.
No es mi hijo, ni mi padre. Pero muestra
harina quieta y blanca entre sus manos blancas,
escarcha laminar entre sus párpados de avena
y una leve sonrisa de hospital, antes de irse.

Viene a visitarme algunas noches
un niño de metal —vendrá otra luz,
verás la extensa playa.

Me ha impresionado la idea llevada a grandes consecuencias.

Serio, noche, metal, blanco, de avena /
Lemas inscritos en un coágulo de sueño /
y una leve sonrisa de hospital, antes de irse/

Me gusta la manera de avistarlo, de hacerlo evidente, de ser fiel a su retrato.
Profeta de playas, naves y supernovas. Infante de acero recordado y recuerdo.
Infiltrado en la razón, extraído, adulto en las esquinas oscuras.
Escapista, habitante, agregado.

Es como un brote emocional muy afortunado.

Vuelvo en un ratito, querido amigo.

Emotivo y magnífico poema que se hace niño en tus versos. Tú y tu alma blanca en la palabra. Felicidades
Besos
Pilar

Profundidad que se alza en la luminosidad de tus versos querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Aquí estoy, Pablo.

Me gusta mucho como el poema nos lleva al plano propio del desconocimiento y el reconocimiento.
En el viaje, las claves (Dylan, entre otras) van concediendo fuerza y hermosura a la idea.
Me encanta verte ahí, tan cercano a otras dimensiones, explorándolas, tuteándolas, siendo parte ineludible de sus procesos.

Aplausos y felicitaciones sinceras.

Un abrazo.

Buen recurso, Pablo, para poner la imagen de ese niño en el buen sentir de tu consentimiento.
Pero que sea de metal metálica y musicalmente hablando pudiera dar al gusto
del oído un magnífico sonar y un buen detalle, como el tuyo de poner la voz de niño.

Un abrazo

Hermoso e interesante trabajo, amigo Pablo.
Abrazos.

Pablo Ibáñez escribió:Viene a visitarme algunas noches
un niño de silencio, lento y serio, ataviado
de formas primitivas: labio, lemas
inscritos en un coágulo de sueño.

Su atmósfera desciende sobre mí como fermento,
oblicuamente, como talud abisal o perfusiones
que alumbran letras crípticas:
la nave seguirá, la estrella brilla— así, como Bob Dylan
presentaba su portfolio de consignas.

Viento que remueve mar, blando murmullo— al niño noche
le gusta confluir hacia los límites. No soy yo.
No es mi hijo, ni mi padre. Pero muestra
harina quieta y blanca entre sus manos blancas,
escarcha laminar entre sus párpados de avena
y una leve sonrisa de hospital, antes de irse.

Viene a visitarme algunas noches
un niño de metal —vendrá otra luz,
verás la extensa playa.

¡Soberbio, amigo Pablo! Mi abrazo y felicitaciones.
Salud.

Me gusta mucho, Pablo. Un poema muy hermoso, muy logrado. Limpio y muy sugerente que consigue avivar la imaginación del lector. También, al menos a mí, me despierta ternura.

Lo que menos me gusta son las asonancias de los últimos versos de la segunda estrofa porque creo que la saturan un poco. Es sólo una opinión.

Un fuerte abrazo.

Un magnífico poema, paisano. Sensibilidad a flor de piel y un aire de misterio.

Mi aplauso.

Un fuerte abrazo

Al niño del poema, Pablo, un saludo y al ritmo del poema, Pablo, saludo de visera, reglamentario.

Un logro, amigo.


Víctor

Ese niño misterioso y mágico te ha inspirado un bellísimo poema. Mi felicitación a tu imaginación y sensibilidad, amigo Pablo. Me ha encantado.

Un abrazo.