Peregrino del tiempo
Publicado: Dom, 20 May 2018 10:19
Acudo puntual como una tormenta con nombre
de mujer que en la Arcadia pretende apaciguarse,
pero una realidad combativa de la ficción me redime.
Todo se ilumina a la luz de las luciérnagas
y descorro el velo del deseo y en mis labios
crece en carne viva una pasión de dioses libertinos
que se beben el vino de la dicha hasta sentir
que mi sangre es un pulso de ceniza roja y elegía.
Delineo el perfil húmedo del poniente y llueve
sobre mis párpados un océano de libélulas,
mientras, abro todas las ventanas a la noche
para que se oiga el madrigal de un cierzo antiguo
y la luna me seduzca al mostrar sus pechos blancos.
Me adentro por entre el resplandor de la infancia,
soy peregrino de su patria desvastada por el tiempo
y descubro manuscritos de sueños inconclusos
que bajo patinas de infamia se han enmohecido.
Mi caminar prosigo y escucho el ángelus nupcial
de un ruiseñor anunciando vientos de sementera
y del útero yermo de la tierra germinarán de nuevo
huérfanos sus vástagos que apadrinará el futuro.
Antes que se debilite mi energía y urgente si diluya
a través de un piélago de silencios y el relente
cubra a mis huesos de escarcha, te acercaré la voz
y la palabra como raíz de un sándalo incendiado.
Quiero que sean igual que olas de fuego sobre
un mar trigo y que estalle ensordecedor un grito
donde en el agua de su fuerza se ahoga la nostalgia.
de mujer que en la Arcadia pretende apaciguarse,
pero una realidad combativa de la ficción me redime.
Todo se ilumina a la luz de las luciérnagas
y descorro el velo del deseo y en mis labios
crece en carne viva una pasión de dioses libertinos
que se beben el vino de la dicha hasta sentir
que mi sangre es un pulso de ceniza roja y elegía.
Delineo el perfil húmedo del poniente y llueve
sobre mis párpados un océano de libélulas,
mientras, abro todas las ventanas a la noche
para que se oiga el madrigal de un cierzo antiguo
y la luna me seduzca al mostrar sus pechos blancos.
Me adentro por entre el resplandor de la infancia,
soy peregrino de su patria desvastada por el tiempo
y descubro manuscritos de sueños inconclusos
que bajo patinas de infamia se han enmohecido.
Mi caminar prosigo y escucho el ángelus nupcial
de un ruiseñor anunciando vientos de sementera
y del útero yermo de la tierra germinarán de nuevo
huérfanos sus vástagos que apadrinará el futuro.
Antes que se debilite mi energía y urgente si diluya
a través de un piélago de silencios y el relente
cubra a mis huesos de escarcha, te acercaré la voz
y la palabra como raíz de un sándalo incendiado.
Quiero que sean igual que olas de fuego sobre
un mar trigo y que estalle ensordecedor un grito
donde en el agua de su fuerza se ahoga la nostalgia.