Gracias por la nota, Marisa. Un abrazo.Marisa Peral escribió:Ignacio Mincholed escribió:...
Enhorabuena por este poema adivinatorio, amigo Ignacio, y por el merecido reconocimiento.
Un fuerte abrazo.
Ignacio
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Gracias por la nota, Marisa. Un abrazo.Marisa Peral escribió:Ignacio Mincholed escribió:...
Enhorabuena por este poema adivinatorio, amigo Ignacio, y por el merecido reconocimiento.
Un fuerte abrazo.
Gracias J. Manuel, aprecio tu nota. Un abrazo.jose manuel saiz escribió:Un más que trabajado poema. Un poema excelente. Te felicito Ignacio por él y por la merecida distinción.
un abrazo.
J. Manuel
Gracias de nuevo J.J. me alegra tu nota y la aprecio.J. J. M. Ferreiro escribió:NORABOA, amigo Ignacio, por este merecido reconocimiento a la excepcional modernidad de tu poesía.
Un fuerte abrazo.
Gracias Concha, me alegra tu lectura y tu nota.Concha Vidal escribió:Una de las muchas cosas buenas que tiene lo del Poema de la Semana, es ésta, hacernos leer, hacernos ver poemas que no vimos, o vimos mal y comentamos sin mucha certeza.
Repaso tu poema y me afianzo en lo que digo.
Tiene unas espectaculares metáforas, un sentido de intimismo que traspasa y hace sentir.
Gracias por compartir.
Saludos mediterráneos.
Gracias por la nota tan generosa, Guillermo. Un abrazo.Guillermo Cuesta escribió:La temperatura de tus elementos versátiles pasa metafóricamente de las ausencias a las presencias y viceversa
dejando un exuberante recorrido literario por el devaneo de la realidad pasada, presente y hasta la futura, amigo.
Tienes la inefable virtud de escribir bien y dejarte entender.
Un abrazo
Agradezco tu consideración, Xaime, gracias de nuevo y un abrazo.xaime oroza carballo escribió:Lo dicho, compañero un placer leerte. Enhorabuena por esta mención.Ignacio Mincholed escribió:...
Tengo la inefable virtud de adivinar el pasado. Acierto
a reconocer de cada instante la sustancia que lo forma.
La temperatura.
Las graves tormentas de los días del miedo. La calma
integrada en el blando abrazo de los árboles.
La intención de las acciones que no entendí. El rumor
ascendiendo como un vapor narcótico de esas lluvias
que en primavera me crearon invulnerable al infierno.
Los elementos.
El oxígeno acelerando el pulso en las noches de seda.
El descaro de la infamia atenazando los labios.
Mentí por el beneficio de unos granos para hacer pan
amargo, sin sal. Soñé ante el espejo los futuros de hoy
limpios y serenos, ya sin el lastre de la densa amargura.
Las presencias
intangibles que se apoderaron de mi inocencia. La luz
en los pasillos de invierno con ardientes cirios.
Los tóxicos del engaño pudriendo la belleza. El deseo,
la permanente sed que deja el abismo de las palabras
marchitadas por la cobardía de enfrentarse a lo inútil.
Las ausencias,
dibujadas con líneas finísimas en cuadernos amarillos
clavándose en la carne igual que bramantes de acero.
El dolor que quedó purgado en las fuentes de febrero
y, estas lecciones mal aprendidas que siempre repaso.
En este devanar bolas de cristal voy cerrando huecos.
Acierto el pasado con la claridad que veo el presente.
...
Un abrazo
Agradezco la nota y me alegra la visión de tu comentario. Gracias Luis.Luis M. escribió:"Adivinar" y comprender el pasado no es tan fácil como pudiera parecer, y ese es el gran problema del ser humano, tanto como individuo como especie...
Un buen e interesante poema escrito con calidad y de manera hermosa. Mis felicitaciones por la obra y por el reconocimiento, Ignacio.
Un abrazo.
Muchas gracias, Rosa. Aprecio tu nota.Rosa Marzal escribió:Buen poema, que ha obtenido justo reconocimiento. Mi cordial enhorabuena, Ignacio.
Un abrazo.
Este poema es para releer por su belleza y su profundidad.Ignacio Mincholed escribió:...
Tengo la inefable virtud de adivinar el pasado. Acierto
a reconocer de cada instante la sustancia que lo forma.
La temperatura.
Las graves tormentas de los días del miedo. La calma
integrada en el blando abrazo de los árboles.
La intención de las acciones que no entendí. El rumor
ascendiendo como un vapor narcótico de esas lluvias
que en primavera me crearon invulnerable al infierno.
Los elementos.
El oxígeno acelerando el pulso en las noches de seda.
El descaro de la infamia atenazando los labios.
Mentí por el beneficio de unos granos para hacer pan
amargo, sin sal. Soñé ante el espejo los futuros de hoy
limpios y serenos, ya sin el lastre de la densa amargura.
Las presencias
intangibles que se apoderaron de mi inocencia. La luz
en los pasillos de invierno con ardientes cirios.
Los tóxicos del engaño pudriendo la belleza. El deseo,
la permanente sed que deja el abismo de las palabras
marchitadas por la cobardía de enfrentarse a lo inútil.
Las ausencias,
dibujadas con líneas finísimas en cuadernos amarillos
clavándose en la carne igual que bramantes de acero.
El dolor que quedó purgado en las fuentes de febrero
y, estas lecciones mal aprendidas que siempre repaso.
En este devanar bolas de cristal voy cerrando huecos.
Acierto el pasado con la claridad que veo el presente.
...
Gracias de nuevo Armilo, aprecio tu nota.Armilo Brotón escribió:Felicidades Ignacio por este merecido reconocimiento.
Un cordial saludo.
Muchas gracias, Óscar, aprecio tus palabras y tu persona.Óscar Distéfano escribió:Un poema de gran altura poética, original y profundo en su viaje interior. Creo que el reconocimiento era un reclamo de la poesía. Mil felicitaciones, apreciado compañero. Sabes que admiro tu mundo interior.
Un abrazo grande.
Óscar
Gracias por la nota y tu consideración, Silvia.Silvia Savall escribió:Este poema es para releer por su belleza y su profundidad.Ignacio Mincholed escribió:...
Tengo la inefable virtud de adivinar el pasado. Acierto
a reconocer de cada instante la sustancia que lo forma.
La temperatura.
Las graves tormentas de los días del miedo. La calma
integrada en el blando abrazo de los árboles.
La intención de las acciones que no entendí. El rumor
ascendiendo como un vapor narcótico de esas lluvias
que en primavera me crearon invulnerable al infierno.
Los elementos.
El oxígeno acelerando el pulso en las noches de seda.
El descaro de la infamia atenazando los labios.
Mentí por el beneficio de unos granos para hacer pan
amargo, sin sal. Soñé ante el espejo los futuros de hoy
limpios y serenos, ya sin el lastre de la densa amargura.
Las presencias
intangibles que se apoderaron de mi inocencia. La luz
en los pasillos de invierno con ardientes cirios.
Los tóxicos del engaño pudriendo la belleza. El deseo,
la permanente sed que deja el abismo de las palabras
marchitadas por la cobardía de enfrentarse a lo inútil.
Las ausencias,
dibujadas con líneas finísimas en cuadernos amarillos
clavándose en la carne igual que bramantes de acero.
El dolor que quedó purgado en las fuentes de febrero
y, estas lecciones mal aprendidas que siempre repaso.
En este devanar bolas de cristal voy cerrando huecos.
Acierto el pasado con la claridad que veo el presente.
...
Te felicito compañero.
Un abrazo grande.