Editorial Alaire

Ya no podíamos quedarnos.
Ahora no sabríamos decir
qué materia tangible o del recuerdo
podría al fin llegar a ser
más duradera. Nada parecía
poder alimentar
un mínimo de tiempo la anegada
nimiedad de los cuándos y los dóndes
con que cumplir la alacre transparencia
de nuestras biografías. Era como
querer salvar el haz sin el envés,
como una introversión de la memoria
que retuviera ahora de la pira futura
sólo el calor de un cuerpo al otro lado
del humo y de la llama,
ya el fuego extinto. Era
como evitar desposeerse del jamás
en el vientre más álgido
de una noche sin término. No
podíamos quedarnos. Y, lentamente,
nos devoraba una escritura
libre de signos, que nosotros
leíamos, oscuros,
en la raíz más fértil del deshacimiento.

Por algo hay que empezar aunque sea difícil la certeza.

Un abrazo

En la vida hay muchos puntos de partida, casi a diario. Un poema hermoso y bien escrito.
Abrazos
Pilar

Maravilloso, Felipe; su encanto nos alimenta de purísima belleza.

Gracias por este instante poético.

Abrazo y felicidad.

Punto de partida o quizá punto final. Un poema escrito con maestría que bucea con hondura en el difícil terreno de las relaciones íntimas. Un abrazo.

Espléndido poema, Felipe. Un placer.

Un abrazo.

Una grandeza de poema que pulsa en lo más íntimo de tu vida , de una conciencia estética absoluta. Mi felicitación, querido amigo y compañero.

Desde mi isla, un abrazo fuerte.

José Manuel F. Febles.

Un poema precioso, amigo Felipe, con esa elegancia tan característica de tu escritura. La memoria y su humo, la lucha por el pasado, su inasible recuperación.

Todo un placer de lectura, querido amigo.

[quote="Felipe Fuentes García"]

Precioso y triste poema, amigo Felipe, con tu maestría inconfundible. Lo he disfrutado.
Un abrazo.

Felipe Fuentes García escribió:Ya no podíamos quedarnos.
Ahora no sabríamos decir
qué materia tangible o del recuerdo
podría al fin llegar a ser
más duradera. Nada parecía
poder alimentar
un mínimo de tiempo la anegada
nimiedad de los cuándos y los dóndes
con que cumplir la alacre transparencia
de nuestras biografías. Era como
querer salvar el haz sin el envés,
como una introversión de la memoria
que retuviera ahora de la pira futura
sólo el calor de un cuerpo al otro lado
del humo y de la llama,
ya el fuego extinto. Era
como evitar desposeerse del jamás
en el vientre más álgido
de una noche sin término. No
podíamos quedarnos. Y, lentamente,
nos devoraba una escritura
libre de signos, que nosotros
leíamos, oscuros,
en la raíz más fértil del deshacimiento.

Es un poema sugerente de las zonas ignotas a las que acudiremos, sí, pero con dudas que también se harán humo. Un poema de una arquitectura de puertas falsas. Sí, porque conlleva a esa raíz fértil de lo desconocido. Un evento leerte, Felipe. E. R. Aristy

Guillermo Cuesta escribió:Por algo hay que empezar aunque sea difícil la certeza.

Un abrazo

Te doy las gracias, Guillermo, por tu amable comentario.

Recibe un abrazo, amigo.
Felipe,

Cuando algo se termina es mejor empezar de nuevo, hermoso y profundo poema, me ha gustado lo que dices y como lo dices, un placer el reencuentro con tu poesía.

Cecilia

Muy bello trabajo de Felipe.

Pilar Morte escribió:En la vida hay muchos puntos de partida, casi a diario. Un poema hermoso y bien escrito.
Abrazos
Pilar

Te agradezco mucho tu comentario, Pilar.

Recibe un abrazo, amiga.
Felipe.

Felipe,

me encanta, amigo. Me gusta muchísimo el poema, ese tono serio y contenido que tan bien sabes manejar. Me recuerda a Gamoneda, también por el uso magistral del encabalgamiento.

Un abrazo.