Editorial Alaire

Julio Gonzalez Alonso escribió:Supo que había llegado el tiempo
de los insectos
cuando el calor de la mañana abría las raíces
de las plantas
y las rocas
perdían el agua fósil
de sus gargantas secretas
y profundas.

Se quedó mirando fijamente la desvaída luz
de la alborada
y leyó en el silencio
que estallaba en el aire
con los tambores de los presagios
de los pergaminos antiguos.

El lugar de la vida ya es de otros
herederos, de otros las noches
y sus días; nunca más
habrá canciones a la luna
cortejada de estrellas
y la atmósfera será estruendo
del batir infatigable
de millones de élitros.

De dónde vino aquel final,
por qué fue todo desierto de agua
y tierra calcinada, qué números
se cumplieron, qué profecías
dibujaron sus señales sobre el paso de los siglos
del universo.

Una belleza nueva e incomprensible
amanecía ante sus ojos.

González Alonso

"Una belleza nueva e incomprensible
amanecía ante sus ojos."
No sería nada extraño que en cualquier momento
lo que llamamos mundo se plante y con razón
nos convierta en ceniza.
Reconozco que soy bastante pesimista
pero esos versos finales, hoy,me llenaron de luz.
Muy bueno el poema, compañero,saludos cordiales.

Desde el principio me he sentido atrapada por la belleza de imágenes de tus versos Julio
Un abrazo
Carmen

Genial, Julio, como has dibujado el final de los dias. Me ha encantado. Ay. Esa luz que quisieramos comprender. Felicidades
Abrazos
Pilar

Este poema podría servir perfectamente de epígrafe o encabezamiento de una novela de Assimov. Y sí, si fuéramos verdaderamente conscientes de lo frágil de nuestra especie y de que la autodestrucción es una capacidad muy real de nosotros, los humanos, avanzaríamos bastante... En cualquier caso creo que a pesar de todo tendremos suerte y de un modo u otro la Humanidad tiene para muy largo..

Un verdadero placer de lectura, compañero. Un abrazo.

Julio Gonzalez Alonso escribió:Supo que había llegado el tiempo
de los insectos
cuando el calor de la mañana abría las raíces
de las plantas
y las rocas
perdían el agua fósil
de sus gargantas secretas
y profundas.

Se quedó mirando fijamente la desvaída luz
de la alborada
y leyó en el silencio
que estallaba en el aire
con los tambores de los presagios
de los pergaminos antiguos.

El lugar de la vida ya es de otros
herederos, de otros las noches
y sus días; nunca más
habrá canciones a la luna
cortejada de estrellas
y la atmósfera será estruendo
del batir infatigable
de millones de élitros.

De dónde vino aquel final,
por qué fue todo desierto de agua
y tierra calcinada, qué números
se cumplieron, qué profecías
dibujaron sus señales sobre el paso de los siglos
del universo.

Una belleza nueva e incomprensible
amanecía ante sus ojos.

González Alonso

Un monumento poetico al arte de ser y estar en contemplacion de la belleza! Me ha maravillado esta cosmogonia abarcadora y sensible de tu pluma, Julio. Te felicito! ERA

Un poema que bate sus alas entre lo bíblico y la filosofía del ser incomprendido. Digo incomprendido porque incomprendido son aquellos que ven por primera vez el derrumbe de todo lo creado. Excelente ritmo y muy buen poema. Abrazos, estimado Julio.

Cuando algo acaba hay algo siempre que resucita... o nace...y que se manifiesta para que ocurra esa prsencia que tú verso mira, admira y manifiesta.
Lo que tiene principio mira el fin hasta que el fin comience de nuevo
Un abrazo

Rosa Martín escribió:
"Una belleza nueva e incomprensible
amanecía ante sus ojos."
No sería nada extraño que en cualquier momento
lo que llamamos mundo se plante y con razón
nos convierta en ceniza.
Reconozco que soy bastante pesimista
pero esos versos finales, hoy,me llenaron de luz.
Muy bueno el poema, compañero,saludos cordiales.

Dentro del pesismismo siempre cabe la alegría, Rosa. Celebro y te agradezco que hayas abierto los comentarios a este poema.
Salud.

carmen Parra escribió:Desde el principio me he sentido atrapada por la belleza de imágenes de tus versos Julio
Un abrazo
Carmen

Muchas gracias, Carmen. El poema es sencillo y creo que bastante explícito anunciando un final que sabemos seguro. Somos unos seres vivos -los únicos, creo- que son capaces de tener conciencia de su propia muerte como individuos, pero también como especie. No es nada nuevo, pero me apetecía contarlo. Con un abrazo.
Salud.

Pilar Morte escribió:Genial, Julio, cómo has dibujado el final de los días. Me ha encantado. Ay. Esa luz que quisieramos comprender. Felicidades
Abrazos
Pilar

Agradecido por tu grata compañía, Pilar, y tus siempre atentas lecturas. Con un abrazo.
Salud.

Luis M. escribió:Este poema podría servir perfectamente de epígrafe o encabezamiento de una novela de Assimov. Y sí, si fuéramos verdaderamente conscientes de lo frágil de nuestra especie y de que la autodestrucción es una capacidad muy real de nosotros, los humanos, avanzaríamos bastante... En cualquier caso creo que a pesar de todo tendremos suerte y de un modo u otro la Humanidad tiene para muy largo..

Un verdadero placer de lectura, compañero. Un abrazo.

Amigo Luis, no has andado descaminado. El poema que podrías suponer inspirado en Asimov lo está realmente en la obra de J.G. Ballard "El mundo sumergido"(1962). Ballard imagina el final de la vida humana en el momento en el que el Sol se está convirtiendo en una gigante roja. El calor ha derretido los casquetes polares y el mundo y sus grandes ciudades se hunden en el agua pantanosa infestada de insectos cada vez más grandes y criaturas más propias del Pleistoceno y etapas anteriores. Que yo recuerde, en el año 1962 no se hablaba todavía del cambio climático. Tal vez los humanos consigamos adelantarnos al Sol (al cual le quedan sus buenos cinco mil millones de años) y acabar con nuestro futuro en la Tierra. Otro mundo. Otra vida.
Con un abrazo.
Salud.

E. R. Aristy escribió: Un monumento poetico al arte de ser y estar en contemplacion de la belleza! Me ha maravillado esta cosmogonia abarcadora y sensible de tu pluma, Julio. Te felicito! ERA

Amiga ERA, siempre te agradaceré la paciencia y atención para con las lecturas de mis cosas. Un placer. Con un abrazo.
Salud.

Marius Gabureanu escribió:Un poema que bate sus alas entre lo bíblico y la filosofía del ser incomprendido. Digo incomprendido porque incomprendido son aquellos que ven por primera vez el derrumbe de todo lo creado. Excelente ritmo y muy buen poema. Abrazos, estimado Julio.

Pues sí, amigo Marius, parece que vamos de catástrofes y derrumbes, de finales forzosos o forzados. En fin, de poesía, si se puede. Gracias por tus abrazos al pie de este poema. Con más abrazos. Salud.

Un pasaje a otra dimensión, a otra vida. Me parece un escrito brillante, un texto que calzaría perfectamente en una novela, por lo atrapante de sus rasgos narrativos que se ensamblan con los elementos líricos.
Muy hermoso, Julio.