Editorial Alaire

hay que sobrevolar las bendiciones
venir de lejos en todo momento
no ofrecer un imperativo
no decir hay que
ni yo

la mañana del deshacimiento
brotó de la saliva de ayer
una costra en el labio
donde se hundían y saltaban
peces oscuros lejanos

salpicaban
como crótalos en el oído
caído en el suelo
o devorado
o puesto del revés
en algún lugar del cuerpo

tenía manos
hablaban entre ellas
se tocaban
parecían deslumbradas
entraban por el vientre
hacían sonar las vértebras
como una cuerda
cuya vibración conduce
a un molino parado

salían por la espalda
entrelazadas
con los dedos en silencio

la pared estaba blanca
de tanto mirarla
un espesor fruncido vagaba
por la superficie de ver

el techo
el suelo
jugaban a ese juego
de enano y gigante
que invierten su estatura
cuando las palabras
caen desde fuera

comer jazmines rellena la campana
la torre digiere luz
expulsa carne por los ojos

la carne se aplasta contra los cristales
azules de pronto
y huele a formas que la lluvia
querría esculpir
si fuese capaz de separar sus miembros

hay que sobrevolar
venir de lejos en todo momento

Una maravilla Bruno, un fruto sabroso del árbol de la originalidad, ese tan difícil de encontrar. La palabra y la idea se conjugan en una nueva realidad, en un nuevo conocimiento, el de la experiencia poética plena.

Todo un placer de lectura, querido amigo.

Un abrazo.

Enhorabuena, amigo Bruno, por el reconocimiento como Poema de la Semana a tu obra "De lejos".
Un cordial abrazo.

Bruno Laja escribió:hay que sobrevolar las bendiciones
venir de lejos en todo momento
no ofrecer un imperativo
no decir hay que
ni yo

la mañana del deshacimiento
brotó de la saliva de ayer
una costra en el labio
donde se hundían y saltaban
peces oscuros lejanos

salpicaban
como crótalos en el oído
caído en el suelo
o devorado
o puesto del revés
en algún lugar del cuerpo

tenía manos
hablaban entre ellas
se tocaban
parecían deslumbradas
entraban por el vientre
hacían sonar las vértebras
como una cuerda
cuya vibración conduce
a un molino parado

salían por la espalda
entrelazadas
con los dedos en silencio

la pared estaba blanca
de tanto mirarla
un espesor fruncido vagaba
por la superficie de ver

el techo
el suelo
jugaban a ese juego
de enano y gigante
que invierten su estatura
cuando las palabras
caen desde fuera

comer jazmines rellena la campana
la torre digiere luz
expulsa carne por los ojos

la carne se aplasta contra los cristales
azules de pronto
y huele a formas que la lluvia
querría esculpir
si fuese capaz de separar sus miembros

hay que sobrevolar
venir de lejos en todo momento

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Me impresiona este poema. Hace tiempo y a pesar de haber aquí excelentes poetas, que no leía algo tan delicioso en metáforas.
Saludos mediterráneos y gracias por compartir.

Un poema para disfrutar de sus imágenes de cerca y con detenimiento...
Muy bueno, Bruno,te felicito.Un abrazo

En tus versos siempre hay un excedente de calidad poética. Mis felicitaciones, Bruno. Un abrazo,compañero.

Bruno Laja escribió:hay que sobrevolar las bendiciones
venir de lejos en todo momento
no ofrecer un imperativo
no decir hay que
ni yo

la mañana del deshacimiento
brotó de la saliva de ayer
una costra en el labio
donde se hundían y saltaban
peces oscuros lejanos

salpicaban
como crótalos en el oído
caído en el suelo
o devorado
o puesto del revés
en algún lugar del cuerpo

tenía manos
hablaban entre ellas
se tocaban
parecían deslumbradas
entraban por el vientre
hacían sonar las vértebras
como una cuerda
cuya vibración conduce
a un molino parado

salían por la espalda
entrelazadas
con los dedos en silencio

la pared estaba blanca
de tanto mirarla
un espesor fruncido vagaba
por la superficie de ver

el techo
el suelo
jugaban a ese juego
de enano y gigante
que invierten su estatura
cuando las palabras
caen desde fuera

comer jazmines rellena la campana
la torre digiere luz
expulsa carne por los ojos

la carne se aplasta contra los cristales
azules de pronto
y huele a formas que la lluvia
querría esculpir
si fuese capaz de separar sus miembros

hay que sobrevolar
venir de lejos en todo momento

Aplaudo el poema y la distinción y te felicito por ellos! Mi enhorabuena!

Enhorabuena por la distinción a tu poema.

Un fuerte abrazo.

NORABOA, amigo Bruno, por este reconocimiento a tan magnífico poema.

Un fuerte abrazo.

Felicidades por la merecida distinción. Un abrazo.

¡Magnífico! Una joya. Un diamante más para el gran joyero de Alaire.
Te felicito muy sinceramente.
Abrazos.
Jerónimo

Maravillosa obra literaria, para releer.
Felicidades por el reconocimiento, muy merecido.
Abrazos de tierras Valencianas.

Bruno Laja escribió:hay que sobrevolar las bendiciones
venir de lejos en todo momento
no ofrecer un imperativo
no decir hay que
ni yo

la mañana del deshacimiento
brotó de la saliva de ayer
una costra en el labio
donde se hundían y saltaban
peces oscuros lejanos

salpicaban
como crótalos en el oído
caído en el suelo
o devorado
o puesto del revés
en algún lugar del cuerpo

tenía manos
hablaban entre ellas
se tocaban
parecían deslumbradas
entraban por el vientre
hacían sonar las vértebras
como una cuerda
cuya vibración conduce
a un molino parado

salían por la espalda
entrelazadas
con los dedos en silencio

la pared estaba blanca
de tanto mirarla
un espesor fruncido vagaba
por la superficie de ver

el techo
el suelo
jugaban a ese juego
de enano y gigante
que invierten su estatura
cuando las palabras
caen desde fuera

comer jazmines rellena la campana
la torre digiere luz
expulsa carne por los ojos

la carne se aplasta contra los cristales
azules de pronto
y huele a formas que la lluvia
querría esculpir
si fuese capaz de separar sus miembros

hay que sobrevolar
venir de lejos en todo momento

Celebro este lenguaje surreal, simbiotico, m a r a v i l l o s o! Te felicito Bruno por la integridad de esa perspectiva que viene desde lo mas lejo de las observaciones de nuestra experiencia existencial. Un abrazo, ERA

Felicidades por la merecida distinción, es un hermoso
poema, abrazo poeta


Rafael

Para explotar el arte poético. El mundo de la metáfora cobra tintes de grandeza a cada verso leído, a cada estrofa naciente.
Es una obra que te llena y te obliga a leerla una y otra vez, y te droga, te envuelve, te hace pasear por el camino más extenso de la poesía.
Es, sinceramente, de lo mejor que he leído.

Muy merecido galardón.

Un abrazo.