Editorial Alaire

Buen poema Alejandro, de lo mejor que te he leído. Un discurso poético coherente , inteligente y eficaz que ha dejado en mí un sabor a buena poesía. Ha sido un placer leerte.

Un fuerte abrazo.

Poema de hondo carácter filosófico desde la misma cita de la entradilla. Creo que la esencia de la poesía se asienta en estos principios... y los de la música. Enhorabuena.
Salud.

Un magnífico poema con imágenes que llegan. Un placer visitarte y disfrutar poesía.
Besos
Pilar

Alejandro Costa escribió:

Aquel que muere sin morir, vive sin querer vivir.

(Alejandro Costa)

He dejado los reproches para otro momento,
las mentiras ya no son necesarias,
el aire se vuelve cada vez más denso
y las pupilas se entornan imaginarias y aletargadas.

Así que, como un viejo sin salida,
con la minusvalía acorde a la torpeza,
y la seriedad vestida de andar por casa,
absorbo el vaivén indeterminado de un final en progreso,
donde la luz pierde su brillantez a cada paso transcurrido,
y los cromosomas del tiempo
reducen el mismo a algo diminuto y caduco.

He andado por tantos caminos que los pies ya no lo soportan,
que este cuerpo, otrora, arraigado y fuerte,
ya da demasiadas señales de fatiga.
Que a ti no te escucho, es una señal inequívoca,
que no te volveré a escuchar, es una realidad cruel,
y que siento palidecer el rostro
a cada nueva marca con la que las arrugas me obsequian,
es la entrada a la puerta de una única salida.

Creo que vivir por vivir en un error disparatado y craso,
y sentirse muerto sin estarlo, es como fallecer con los ojos abiertos,
los oídos con melodía y los sentidos en constante rebelión.
Nada es lo que parece, y todo es tan real como la nada.

Los miro, más no los siento,
los oigo, pero no los escucho,
y en el umbral del desamparo,
vestido y sin aliento,
dejo volar la cometa con la libertad que no poseo
y los ojos atolondrados en constante lucha por caer abatidos.

Más no sé dónde estará el final, cuanto faltará por llegar,
el caucho de los zapatos esconde su deterioro,
la piel se escuda bajo una camisa desgastada,
y mis ojos, mis oídos, aún buscan una señal suya,
que me indique que bajo la sombra de sus árboles
está la oscuridad de mis días.

Quién sabe,
es posible que aprenda a morir,
después de vivir muerto.

La belleza siempre está latente en tus versos.
Siempre es un honor leerte y seguir aprendiendo de grandes como tú.
Besitos Jandro.

Un texto intenso y revelador, claro reflejo de los tiempos que habitamos con los sentidos y los sentimientos atrofiados.
Nos limitamos a existir solamente, tememos a la muerte pero no vivimos.

Un abrazo.

Manuel Sánchez escribió:Buen poema Alejandro, de lo mejor que te he leído. Un discurso poético coherente , inteligente y eficaz que ha dejado en mí un sabor a buena poesía. Ha sido un placer leerte.

Un fuerte abrazo.

Me alegra saberlo.

Muchas gracias.

Un abrazo.

Julio Gonzalez Alonso escribió:Poema de hondo carácter filosófico desde la misma cita de la entradilla. Creo que la esencia de la poesía se asienta en estos principios... y los de la música. Enhorabuena.
Salud.

Estoy totalmente contigo. Creo que es así como lo planteas.

Por otro lado te agradezco el comentario, viniendo de un poeta como Julio, al que admiro, me llena de fuerza.

Gracias.

Un fuerte abrazo.

Silvia Savall escribió:

Alejandro Costa escribió:

Aquel que muere sin morir, vive sin querer vivir.

(Alejandro Costa)

He dejado los reproches para otro momento,
las mentiras ya no son necesarias,
el aire se vuelve cada vez más denso
y las pupilas se entornan imaginarias y aletargadas.

Así que, como un viejo sin salida,
con la minusvalía acorde a la torpeza,
y la seriedad vestida de andar por casa,
absorbo el vaivén indeterminado de un final en progreso,
donde la luz pierde su brillantez a cada paso transcurrido,
y los cromosomas del tiempo
reducen el mismo a algo diminuto y caduco.

He andado por tantos caminos que los pies ya no lo soportan,
que este cuerpo, otrora, arraigado y fuerte,
ya da demasiadas señales de fatiga.
Que a ti no te escucho, es una señal inequívoca,
que no te volveré a escuchar, es una realidad cruel,
y que siento palidecer el rostro
a cada nueva marca con la que las arrugas me obsequian,
es la entrada a la puerta de una única salida.

Creo que vivir por vivir en un error disparatado y craso,
y sentirse muerto sin estarlo, es como fallecer con los ojos abiertos,
los oídos con melodía y los sentidos en constante rebelión.
Nada es lo que parece, y todo es tan real como la nada.

Los miro, más no los siento,
los oigo, pero no los escucho,
y en el umbral del desamparo,
vestido y sin aliento,
dejo volar la cometa con la libertad que no poseo
y los ojos atolondrados en constante lucha por caer abatidos.

Más no sé dónde estará el final, cuanto faltará por llegar,
el caucho de los zapatos esconde su deterioro,
la piel se escuda bajo una camisa desgastada,
y mis ojos, mis oídos, aún buscan una señal suya,
que me indique que bajo la sombra de sus árboles
está la oscuridad de mis días.

Quién sabe,
es posible que aprenda a morir,
después de vivir muerto.

La belleza siempre está latente en tus versos.
Siempre es un honor leerte y seguir aprendiendo de grandes como tú.
Besitos Jandro.

No soy grande, quizás sí a tus ojos, pero lo cierto que soy un poeta de andar por casa y nada más.

Espero y deseo que tu poesía si alcance ese lugar al que te acercas y que bien mereces.

Gracias, Silvia.

Te quiero, cariño.

Sidel Zeissig escribió:Un texto intenso y revelador, claro reflejo de los tiempos que habitamos con los sentidos y los sentimientos atrofiados.
Nos limitamos a existir solamente, tememos a la muerte pero no vivimos.

Un abrazo.

Y tarde o temprano nos acorralará y nos destruirá. Somos pastos de oscuridad y silencio.

Gracias por tu visita.

Un besazo.

Pilar Morte escribió:Un magnífico poema con imágenes que llegan. Un placer visitarte y disfrutar poesía.
Besos
Pilar

Gracias Pilar, por acercarte por mi jardín.

Un besazo.

Buenas tardes, Alejandro.

Me ha llamado la atención el título de tu poema, que para mi es un símbolo de serenidad, de bien-estar físico y espiritual, antes que de soledad, tristeza o angustia. Me gusta el itinerario recorrido en tu poema desde el sufrimiento a la muerte atravesando la soledad.
Disiento -gravemente- de tu argumento, empero. Y pienso escribir un poema criticando la niñez y denostando abiertamente la juventud, fases tempestuosas de mi vida. Ahora, mucho mejor, gracias, pese a la artrosis.

Vivir por vivir: ¡qué maravilla, qué lujazo!

... Alejandro, pocas palabras las mías hoy y aquí, poeta: un enorme poema, grande, grande, amigo, lo cual tanto ame alegra por ti, tanto. Te felicito cordialmente y te saludo. Oirón

Profundos sensibles y muy bellos en su reflexión mi querido amigo...
Siempre grato leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Qué estupendo desarrollo de las inquietudes que aúnan el sentir y la nostalgia bajo la instauración de metáfora e imagen.
Los últimos tres versos son como un espléndido resumen de este aserto.
Te felicito y aplaudo, amigo. Un abrazo