Editorial Alaire

Un eco rebota por todo mi cuerpo, mis dedos se alargan y los caracoles se revuelven entre la hojarasca.
Qué esperar, desear, una vida de colillas.
Hace frío en el humo. En el centro de la habitación hay un tocadiscos antiguo, que solo reproduce una nota feroz. Ya no hay rojo bajo las palabras. La daga que desgarra las nubes, veneno de tinta oscura. Temblor marginado.
Acoso al mar corriendo hacia la metáfora de plástico derretido. El pasillo se siente solitario.
Candelas doradas en el viento impersonal. Hablamos de ciudades vacías, de ventiladores trastornados, de confusión y gritos, de lo que nace en las fronteras.
La luna nunca está sobria. Chapistas de diamante recorriendo muy rápido unas ramblas grafiteadas. Dejemos que los ahogados decidan.

Magnífica entrega, Andrés. Con una imaginaría de gran potencia sugestiva.

Momentos como los abajo señalados así lo demuestran.

Un eco rebota por todo mi cuerpo, mis dedos se alargan y los caracoles se revuelven entre la hojarasca.
..................................
Hace frío en el humo.
...................
Ya no hay rojo bajo las palabras. La daga que desgarra las nubes, veneno de tinta oscura. Temblor marginado.
...............................................................
Candelas doradas en el viento impersonal. Hablamos de ciudades vacías, de ventiladores trastornados, de confusión y gritos, de lo que nace en las fronteras.
La luna nunca está sobria. Chapistas de diamante recorriendo muy rápido unas ramblas grafiteadas. Dejemos que los ahogados decidan.

Todo un placer del lectura, querido amigo.

Un abrazo.

Andrés Canay escribió:Un eco rebota por todo mi cuerpo, mis dedos se alargan y los caracoles se revuelven entre la hojarasca.
Qué esperar, desear, una vida de colillas.
Hace frío en el humo. En el centro de la habitación hay un tocadiscos antiguo, que solo reproduce una nota feroz. Ya no hay rojo bajo las palabras. La daga que desgarra las nubes, veneno de tinta oscura. Temblor marginado.
Acoso al mar. Corriendo hacia la metáfora de plástico derretido. El pasillo se siente solitario.
Candelas doradas en el viento impersonal. Hablamos de ciudades vacías, de ventiladores trastornados, de confusión y gritos, de lo que nace en las fronteras.
La luna nunca está sobria. Chapistas de diamante recorriendo muy rápido unas ramblas grafiteadas. Dejemos que los ahogados decidan.

Qué fantástico escrito dotado de un sentir de angosta posición relatado con maravillosa prosa poética adornada de metáfora fluída
e inspirada imaginación.
un abrazo

Andrés Canay escribió:Un eco rebota por todo mi cuerpo, mis dedos se alargan y los caracoles se revuelven entre la hojarasca.
Qué esperar, desear, una vida de colillas.
Hace frío en el humo. En el centro de la habitación hay un tocadiscos antiguo, que solo reproduce una nota feroz. Ya no hay rojo bajo las palabras. La daga que desgarra las nubes, veneno de tinta oscura. Temblor marginado.
Acoso al mar. Corriendo hacia la metáfora de plástico derretido. El pasillo se siente solitario.
Candelas doradas en el viento impersonal. Hablamos de ciudades vacías, de ventiladores trastornados, de confusión y gritos, de lo que nace en las fronteras.
La luna nunca está sobria. Chapistas de diamante recorriendo muy rápido unas ramblas grafiteadas. Dejemos que los ahogados decidan.

.................................................................
Muy bello trabajo en prosa versicular, amigo Andrés, que muestra un buen ritmo y bien acotado en los periodos sintácticos, sobre todo en el primer párrafo, donde si escansiamos los versículos de pausa a pausa, se nos muestra el verdadero ritmo del poema:
Un eco rebota
por todo mi cuerpo,
mis dedos se alargan
y los caracoles
se revuelven
entre la hojarasca.
Qué esperar,
desear,
una vida de colillas.

Fíjate en que la mayoría de versos resultantes son hexasílabos con algún tetrasílabo y un octosílabo, es decir, los periodos rítmicos sintácticos son muy parejos y, en todo caso, siempre son pares (4, 6 y 8 sílabas), he ahí el porqué de la riqueza rítmica referida.

En cuanto a los decires, me recuerdan panorámicas urbanitas de multitudes solitarias, bien un lienzo de Hopper o una párrafo de Bukowski; siempre una languidez impregnada de nicotina y/o de algún espirituoso también melancólico. Y, bueno, la reflexión no da para comprender el significado de la propia reflexión. Aunque, eso sí, siempre nos quedará Sara Montiel y su Fumando espero...

Ha sido un placer leerte. Felicidades, compañero.
Abrazos.

No soy muy entusiasta del formato de la prosa versicular, pero lo que es bueno es bueno independientemente del formato. Excelente, Andrés. Mis felicitaciones y un cordial saludo.

J. J. M. Ferreiro escribió:Magnífica entrega, Andrés. Con una imaginaría de gran potencia sugestiva.

Momentos como los abajo señalados así lo demuestran.

Un eco rebota por todo mi cuerpo, mis dedos se alargan y los caracoles se revuelven entre la hojarasca.
..................................
Hace frío en el humo.
...................
Ya no hay rojo bajo las palabras. La daga que desgarra las nubes, veneno de tinta oscura. Temblor marginado.
...............................................................
Candelas doradas en el viento impersonal. Hablamos de ciudades vacías, de ventiladores trastornados, de confusión y gritos, de lo que nace en las fronteras.
La luna nunca está sobria. Chapistas de diamante recorriendo muy rápido unas ramblas grafiteadas. Dejemos que los ahogados decidan.

Todo un placer del lectura, querido amigo.

Un abrazo.

Muchas gracias por tu comentario, amigo Ferreiro.

Un abrazo.

Se acumulan las sensaciones en la sucesiva escritura de metáforas con la cadencia de una respiración reflexiva; expresiones como Hace frío en el humo. Ya no hay rojo bajo las palabras. El pasillo se siente solitario.( ) ventiladores trastornados, ( )lo que nace en las fronteras. La luna nunca está sobria. Dejemos que los ahogados decidan. definen espacios por los que transitan la desesperanza, la melancolía o el amor de las cosas. Cada lector encontrará, a buen seguro, su rincón. Felicitaciones.
Salud.

Rafel Calle escribió:Muy bello trabajo en prosa versicular, amigo Andrés, que muestra un buen ritmo y bien acotado en los periodos sintácticos, sobre todo en el primer párrafo, donde si escansiamos los versículos de pausa a pausa, se nos muestra el verdadero ritmo del poema:
Un eco rebota
por todo mi cuerpo,
mis dedos se alargan
y los caracoles
se revuelven
entre la hojarasca.
Qué esperar,
desear,
una vida de colillas.

Fíjate en que la mayoría de versos resultantes son hexasílabos con algún tetrasílabo y un octosílabo, es decir, los periodos rítmicos sintácticos son muy parejos y, en todo caso, siempre son pares (4, 6 y 8 sílabas), he ahí el porqué de la riqueza rítmica referida.

En cuanto a los decires, me recuerdan panorámicas urbanitas de multitudes solitarias, bien un lienzo de Hopper o una párrafo de Bukowski; siempre una languidez impregnada de nicotina y/o de algún espirituoso también melancólico. Y, bueno, la reflexión no da para comprender el significado de la propia reflexión. Aunque, eso sí, siempre nos quedará Sara Montiel y su Fumando espero...

Ha sido un placer leerte. Felicidades, compañero.
Abrazos.

Gracias por tu comentario, Rafa, y por tus consejos métricos.

Un abrazo.

Maravilloso poema, que deja en cada versículo la impronta del desasosiego del alma, y la "búsqueda", compañera inseparable del ser humano.
Un beso.

Andrés Canay escribió:Un eco rebota por todo mi cuerpo, mis dedos se alargan y los caracoles se revuelven entre la hojarasca.
Qué esperar, desear, una vida de colillas.
Hace frío en el humo. En el centro de la habitación hay un tocadiscos antiguo, que solo reproduce una nota feroz. Ya no hay rojo bajo las palabras. La daga que desgarra las nubes, veneno de tinta oscura. Temblor marginado.
Acoso al mar. Corriendo hacia la metáfora de plástico derretido. El pasillo se siente solitario.
Candelas doradas en el viento impersonal. Hablamos de ciudades vacías, de ventiladores trastornados, de confusión y gritos, de lo que nace en las fronteras.
La luna nunca está sobria. Chapistas de diamante recorriendo muy rápido unas ramblas grafiteadas. Dejemos que los ahogados decidan.

A mí me resulta también un buenísimo poema (poesía, mucha poesía, en prosa). Lo primero que he sentido mientras empecé a leerlo es la emoción. Las metáforas paradojales son tan felices, tan fuertes en sus imágenes, que llegan a provocar una sonrisa en el espíritu. El contenido es, según mi entender, un recorrido surrealista sobre las circunstancias vivenciales de un momento, de una realidad donde la voz poética participa. Y con todas las descripciones que va ensamblando, se crea, finalmente, un mensaje de soledad, de indolencia, de languidez existencial. En cuanto a la forma, sin ánimo de polemizar, creo que el poema crecería enormemente bajo la forma del multimétrico (es sólo una opinión que no desmerece en absoluto el poema). Albricias.

Un saludo de amistad.
Óscar

Enhorabuena, amigo Andrés, por el reconocimiento como Poema de la Semana a tu obra "Cicatrices en el cielo".
Un cordial abrazo.

Amigo Andrés:
Mi más cordial enhorabuena por este reconocimiento a tu trabajo; me alegro mucho y más me alegraré si sirve para que te sientas atraído por el mundo del poema, cualidades no te faltan.
Por cierto, quizá te gustaría acudir a alguna reunión de poetas de Alaire, precisamente, tenemos una en Madrid, el próximo 12 de mayo. Además hace mucho que no nos vemos, ya debes estar hecho un pino.
Un fuerte abrazo, colega.

Enhorabuena por el reconocimiento a tu hermosa obra.
Besos
Pilar

Administración Alaire escribió:Enhorabuena, amigo Andrés, por el reconocimiento como Poema de la Semana a tu obra "Cicatrices en el cielo".
Un cordial abrazo.

Muchas gracias a la Administración por concederme tal honor.
Un abrazo.

Luis M. escribió:No soy muy entusiasta del formato de la prosa versicular, pero lo que es bueno es bueno independientemente del formato. Excelente, Andrés. Mis felicitaciones y un cordial saludo.

Muchas gracias por tu comentario, amigo.

Un abrazo.