Editorial Alaire

Sueño: labios, baranda, noche imaginaria. Despertar
sobre lomas en calma de otra noche —¿verdadera?—
y no saber por un instante si eres carne
o imagen proyectada. Párpados despliegan a lo negro
pupilas primitivas que apremian un ámbito exterior sin decidirlo. Rige
una ley fronteriza en la conciencia.

La breve moratoria en retomar vida baldía no es nostalgia,
porque nunca sucedió lo que soñaste. Es
un abrazar lento a la pereza de ti mismo,
un trabajo delicado de extinguir la fantasía
y volver serenamente al entendimiento blanco de las cosas.

Desciende por fin tu identidad por las lamas de luz de la persiana;
se pliega el tiempo a un orden en el brillo digital de la mesita
—la hora del suspiro y del gemido entre las sombras—:
calle X, cuidad Z, mundo D, especie H…

Y ofrece el paladar por dos veces a la lengua
un ligero sabor a caja de madera.

Pablo Ibáñez escribió: Sueño: labios, baranda, noche imaginaria. Despertar
sobre lomas en calma de otra noche —¿verdadera?—
y no saber por un instante si eres carne
o imagen proyectada. Párpados despliegan a lo negro
pupilas primitivas que apremian un ámbito exterior sin decidirlo. Rige
una ley fronteriza en la conciencia.

La breve moratoria en retomar vida baldía no es nostalgia,
porque nunca sucedió lo que soñaste. Es
un abrazar lento a la pereza de ti mismo,
un trabajo delicado de extinguir la fantasía
y volver serenamente al entendimiento blanco de las cosas.

Desciende por fin tu identidad por las lamas de luz de la persiana;
se pliega el tiempo a un orden en el brillo digital de la mesita
—la hora del suspiro y del gemido entre las sombras—:
calle X, cuidad Z, mundo D, especie H…

Y ofrece el paladar por dos veces a la lengua
un ligero sabor a caja de madera.

Amigo Pablo, ¡cómo disfruto con estos versos tuyos! Porque detrás del impulso que mueve al poema y le da vida y lo hace del lector, se descubre un fraseo contenido, huyendo de toda ampulosidad inútil, circulando por los estrechos cauces de lo esencial en la poesía.

Es un excelente poema, lo sabes. Desde el planteamiento inicial hasta ese cierre que augura lo lúgubre del final. Aplauso y abrazo, amigo.
Salud.

¡Una maravilla! La verdad es que merece sumergirse en una noche de labios, sueños o baranda si después con la pereza o la resaca, vamos escribir poemas como estos.

Todo un placer de lectura, querido amigo.

Un fuerte abrazo .

Que. bonita y ambiciosa exposición , ya desde el título. Encuentro una imaginación radiante para verificar que
hay una inspiración haciendo frente a la ansiedad de una descripción introspectiva e íntima.

un abrazo

Te han dicho tanto y tan bien que sólo me cabe decirte el inmenso disfrute de tus versos. Magnífica entrega. Felicidades por esta belleza.
Besos
Pilar

Paisano, me uno a lo dicho por los compañeros que me han precedido... magníficos versos. Mi felicitación.

Un fuerte abrazo, carbayón.

Los sueños sueños son, quizás.

Tus versos transitan con maestría por esa confusión, en esos momentos puntuales en los que no sabemos qué somos, quienes somos, pero disfrutamos de este misterio envueltos en la fantasía, en la potencia radical del subconsciente. Me parece escucharlo recitado por Chris Stevens, el locutor de radio de la genial serie "Doctor en Alaska",me encanta.

Un abrazo, compañero.

Nunca defraudas compañero. Tu nombre se ha convertido en un sello de calidad e inteligencia creativa. Despiertas con una carga emocional que haces palabras, ricas, bien trazadas, bellas y rítmicas... Excelente. Un gran abrazo.

Hay un desfile de mundos que transmutan en el corazón del poema. Quédate si te atreves, dice el ojo casi en delirio. Podemos llegar a ser la colisión del sueño, su novato sobresalto, esa montaña rusa que amenaza con probar nuestras fuerzas hasta convertirnos en carne de la sombra.
Un manejo excelente de los acordes de la evocación.

He de volver, querido amigo. Abrazo fuerte.

Gracias Amigos, muchas gracias por vuestros amables comentarios,

Julio, Ferreiro, Guillermo, Pilar, Ramón, Israel, Gerardo, Hallie,

es un honor para mí que os haya gustado.

Un abrazo.

Muy bello, Pablo y ese regusto final a madera le da un colofón excepcional, un guiño entre pícaro y desangelado.
Un placer leerte.
Un abrazo

Pablo Ibáñez escribió:Sueño: labios, baranda, noche imaginaria. Despertar
sobre lomas en calma de otra noche —¿verdadera?—
y no saber por un instante si eres carne
o imagen proyectada. Párpados despliegan a lo negro
pupilas primitivas que apremian un ámbito exterior sin decidirlo. Rige
una ley fronteriza en la conciencia.

La breve moratoria en retomar vida baldía no es nostalgia,
porque nunca sucedió lo que soñaste. Es
un abrazar lento a la pereza de ti mismo,
un trabajo delicado de extinguir la fantasía
y volver serenamente al entendimiento blanco de las cosas.

Desciende por fin tu identidad por las lamas de luz de la persiana;
se pliega el tiempo a un orden en el brillo digital de la mesita
—la hora del suspiro y del gemido entre las sombras—:
calle X, cuidad Z, mundo D, especie H…

Y ofrece el paladar por dos veces a la lengua
un ligero sabor a caja de madera.

Tu poema me lleva a la ambiguedad de la existencia. A esos misterios que guarda el estado inconsciente. Entra y sale del estado consciente a la inconciencia. Se aferra a esos elementos que llamamos reales como esos numeros en el reloj digital que brillan. Pero tambien puede sugerir despertar en otra dimension, en otra equacion. Me ha gustado mucho, Pablo. Recibe in fuerte abrazo. ERA

Amigo Pablo, me he identificado con tu poema, lo he vivido. Has trazado muy bien ese leve sendero que hay entre el sueño y la realidad; sabemos que es "casi" mentira pero nos alivia en ciertos momentos. Es una pregunta que a menudo me hago: ¿cuál de todos los mundos es el verdadero si existiera alguno?
Es un poema sin florituras porque no las necesita. El impacto conceptual es suficiente. Verbo y nombre sobre el adjetivo.
Me ha gustado leerte.
Un abrazo.

Gracias Xaime, Roxane, Armilo, por vuestras amables palabras.

Un abrazo.

Un poema cristalino en su planteo existencial. Ciertamente. todos conocemos ese estado casi indefinido entre el sueño y la vigilia: es como si estuviésemos viviendo una doble vida. En ese letargo las verdades afloran con mayor intensidad; es decir, la conciencia de lo inmensurable. En este poema tuyo nos recuerdas que somos una entidad prisionera de la vida ante la muerte. Me ha gustado también el ritmo, el riesgo de escapar del cinturón estricto de la métrica.

Un abrazo grande.
Óscar