Editorial Alaire

...

Es prisión voluntaria, a pan y duelo,
bajo la manta bajar los párpados,
refugio equívoco del yo indulgente.

Yo me concedo a mí.
Ante ti.
La ausencia.
Me concedo rejas.
Apago el sol.
Te concedo a ti que me comprendas.
Te premiaré.
Concediéndome llorar en seco. Me vestiré
con esa camiseta del Niágara que detestas.

Descolgaré el teléfono si llamas,
dejaré que hables, que me pidas
disculpas, comprensión y tiempo.
Me autorizo a estar callado, distante,
en huelga de güisqui, sólo a cereales.

Recuerda que se murió el gato, y yo
estoy aquí sentado tras la ventana
en zapatillas, sin afeitar, solo con el iPhone.

...

Ignacio Mincholed escribió:...

Es prisión voluntaria, a pan y duelo,
bajo la manta bajar los párpados,
refugio equívoco del yo indulgente.

Yo me concedo a mi.
Ante ti.
La ausencia.
Me concedo rejas.
Apago el sol.
Te concedo a ti que me comprendas.
Te premiaré.
Concediéndome llorar en seco. Me vestiré
con esa camiseta del Niágara que detestas.

Descolgaré el teléfono si llamas,
dejaré que hables, que me pidas
disculpas, comprensión y tiempo.
Me autorizo a estar callado, distante,
en huelga de güisqui, sólo a cereales.

Recuerda que se murió el gato, y yo
estoy aquí sentado tras la ventana
en zapatillas, sin afeitar, solo con el iPhone.

...

Impresionante; frente a la soledad inteligente y nunca tan bien deslumbrada. El derecho a callar, ese viejo derecho que enmudece todavía más frente al touch y a sus luces de monólogo.
Magnífico en todas sus dimensiones.

De pie para los aplausos; más de una vez, ovación.

Felicidades, Ignacio.

deliciosamente realista e irónico, sensible y enormemente ingenioso, ...muy bueno, Ignacio.
Mis aplausos, compañero. Un abrazo.

Ignacio Mincholed escribió:...

Es prisión voluntaria, a pan y duelo,
bajo la manta bajar los párpados,
refugio equívoco del yo indulgente.

Yo me concedo a mi.
Ante ti.
La ausencia.
Me concedo rejas.
Apago el sol.
Te concedo a ti que me comprendas.
Te premiaré.
Concediéndome llorar en seco. Me vestiré
con esa camiseta del Niágara que detestas.

Descolgaré el teléfono si llamas,
dejaré que hables, que me pidas
disculpas, comprensión y tiempo.
Me autorizo a estar callado, distante,
en huelga de güisqui, sólo a cereales.

Recuerda que se murió el gato, y yo
estoy aquí sentado tras la ventana
en zapatillas, sin afeitar, solo con el iPhone.

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Originalidad e ingenio, y aires de soledad y ausencias. Muy buen poema que me ha encantado leer.
Abrazos

solo con el iPhone

Excelente.
Saludos. Óscar

Ignacio Mincholed escribió:...

Es prisión voluntaria, a pan y duelo,
bajo la manta bajar los párpados,
refugio equívoco del yo indulgente.

Yo me concedo a mi.
Ante ti.
La ausencia.
Me concedo rejas.
Apago el sol.
Te concedo a ti que me comprendas.
Te premiaré.
Concediéndome llorar en seco. Me vestiré
con esa camiseta del Niágara que detestas.

Descolgaré el teléfono si llamas,
dejaré que hables, que me pidas
disculpas, comprensión y tiempo.
Me autorizo a estar callado, distante,
en huelga de güisqui, sólo a cereales.

Recuerda que se murió el gato, y yo
estoy aquí sentado tras la ventana
en zapatillas, sin afeitar, solo con el iPhone.

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Que refrescante este poema, tan igual la condicion humana, tan avanzada en tecnologia. Un placer grande leerte Ignacop. Abrazos, ERA

Muy bello poema de Ignacio.

Ignacio, siempre que voy alguno de tus poemas, sé que voy a encontrar algo distinto. Y en este poema vuelvo a confirma lo ya dicho en otras ocasiones: la originalidad, la inteligencia crítica o levemente irónica de tus textos, donde la forma y el fondo se conectan en lo profundo para ofrecernos un novedoso reto lírico.
Es todo un lujo tenerte en estos foros.

Un fuerte abrazo, querido amigo.

Este ejercicio de reclusión voluntaria está muy bien descrito en tu poema. Mi felicitación y un abrazo.

Original poema y muy actual en su expresión. Me gustó mucho
Abrazos
Pilar

Hallie Hernández Alfaro escribió:

Ignacio Mincholed escribió:...

Es prisión voluntaria, a pan y duelo,
bajo la manta bajar los párpados,
refugio equívoco del yo indulgente.

Yo me concedo a mi.
Ante ti.
La ausencia.
Me concedo rejas.
Apago el sol.
Te concedo a ti que me comprendas.
Te premiaré.
Concediéndome llorar en seco. Me vestiré
con esa camiseta del Niágara que detestas.

Descolgaré el teléfono si llamas,
dejaré que hables, que me pidas
disculpas, comprensión y tiempo.
Me autorizo a estar callado, distante,
en huelga de güisqui, sólo a cereales.

Recuerda que se murió el gato, y yo
estoy aquí sentado tras la ventana
en zapatillas, sin afeitar, solo con el iPhone.

...

Impresionante; frente a la soledad inteligente y nunca tan bien deslumbrada. El derecho a callar, ese viejo derecho que enmudece todavía más frente al touch y a sus luces de monólogo.
Magnífico en todas sus dimensiones.

De pie para los aplausos; más de una vez, ovación.

Felicidades, Ignacio.

Hallie, siempre gradecido por tus comentarios.

Un abrazo.
Ignacio

Escuece los ojos, como mirar fijamente una pantalla. Felicidades.
Un abrazo...
Pepa

Luis Muñiz M. escribió:deliciosamente realista e irónico, sensible y enormemente ingenioso, ...muy bueno, Ignacio.
Mis aplausos, compañero. Un abrazo.

Gracias Luis. Agradecido por tus lecturas.

Un abrazo.
Ignacio

Un cálido poema dotado de silencio y soledad , con la esperanza en ciernes y una voz en poso virtual.

Un abrazo

Un poema con ingenio, destreza y simbolismo.
Me ha gustado mucho.
Un abrazo