Editorial Alaire

Entre el hormigón y el asfalto, el paisaje frutal que tú eres
no requiere de lunas y estrellas para confinar mi codicia.
Llegaste en el instante preciso salvando mis posibilidades en ciernes,
redimiéndolas de ese apocalíptico feudo, sin más recisión que la muerte,
sin más futuro que un pasado despótico.

Aquel calendario de lluvias había enjaulado la conjugación de mi fuego,
decidí entonces excluir sus colores,
rescindir de su plumaje, lo exótico, y de su canto al canario
– extraña devoción a lo negro y lo blanco sin estado intermedio –
y fui creando como un observador de electrones, un patrón de partículas
– sólo somos ondas que interfieren con otras, hasta que un mundo sin más, nos concreta –,
surgieron entonces, Gothan y Batman y sus Archienemigos; un gas que indujo al delirio,
un beso de áspid, un vacío sin materia ni antimateria
emergiendo de la nada por nada…, exponencial transmisión de vacantes
de mirada a mirada.

Y como fui sólo un héroe, conjeturé una dama fatal:
Mujer ¿qué has hecho de mí? Serpiente de piedra
a la que una honda antigua le entregara mi nombre. Mujer de Oymyakon,
avispa de mar, en tu umbrela el corazón de basalto…Me cegaba por entonces el humo.

Y entoné mis endechas, soplé en ellas la carne como un salmista a sus muertos,
e imaginé esa pareja en su devenir de cicatrices y heridas, como un big bang sin bosones.
Y le dije: “Insisto en ti, no en tus afilados aceros, no en la marchita luz de tu soledad adictiva,
ni en tus garras que escalan el templo de todas mis dudas”.
Y desde sus formas de humo objetó: “Soy lo que quieres, el barro grita la voluntad del barrero,
la oscuridad de su psique, la larga amarillez de sus brazos rastreando soles fortuitos”.

Después las batallas. Destruimos un poco ese lado del mundo al que el sol no se asoma.
Después lo soez – ella era mi Némesis –, la erección de la Ira, los espasmos del Miedo,
el sexo sin ecuaciones que reflejaran amores, ni tampoco infinitos… El fin
en la circunvalación de mí mismo al espejo. Los yoes solamente deben ser paralelos.

Pero te acercaste rehabilitando las formas sencillas – las especies que surgen de pronto
entre el hormigón y el asfalto sin eslabón conocido –
desluciendo la gravedad de otros cuerpos, desairando mi imaginación de suicida,
disparando geodésicas hacia las perspicaces aldeas .

…Y todo se mueve, lo bueno y lo malo
exploran otras longitudes de onda. Los deseos vibran al son de tus dichos
y soy todo hambre. Repito tus dosis, en fin… me intoxico.
Mi reloj sin embargo, abre su boca y allí se detiene.
Y girando entre las frutas que me has prometido,
en este vórtice somos.

Gerardo, he leído yo poemas apoteósicos, he balbuceado en pensamiento algunos versos que rompen en llanto, o en inteligencia superior; pero éste es de principio a fin una obra de subime arte. El ritmo, la aceleración emocional, los nutrientes de belleza, la insana-sana urdimbre, la esencia con toque profundo en el miocardio.

De colección, alto riesgo y mucha valía. No soy generosa ni me ciega la gran amistad que nos une; de ovación y azul en estrellas.

Abrazos.

Gerardo Mont escribió:Entre el hormigón y el asfalto, el paisaje frutal que tú eres
no requiere de lunas y estrellas para confinar mi codicia.
Llegaste en el instante preciso salvando mis posibilidades en ciernes,
redimiéndolas de ese apocalíptico feudo, sin más recisión que la muerte,
sin más futuro que un pasado despótico.

Aquel calendario de lluvias había enjaulado la conjugación de mi fuego,
decidí entonces excluir sus colores,
rescindir de su plumaje, lo exótico, y de su canto al canario
– extraña devoción a lo negro y lo blanco sin estado intermedio –
y fui creando como un observador de electrones, un patrón de partículas
– sólo somos ondas que interfieren con otras, hasta que un mundo sin más, nos concreta –,
surgieron entonces, Gothan y Batman y sus Archienemigos; un gas que indujo al delirio,
un beso de áspid, un vacío sin materia ni antimateria
emergiendo de la nada por nada…, exponencial transmisión de vacantes
de mirada a mirada.

Y como fui sólo un héroe, conjeturé una dama fatal:
Mujer ¿qué has hecho de mí? Serpiente de piedra
a la que una honda antigua le entregara mi nombre. Mujer de Oymyakon,
avispa de mar, en tu umbrela el corazón de basalto…Me cegaba por entonces el humo.

Y entoné mis endechas, soplé en ellas la carne como un salmista a sus muertos,
e imaginé esa pareja en su devenir de cicatrices y heridas, como un big bang sin bosones.
Y le dije: “Insisto en ti, no en tus afilados aceros, no en la marchita luz de tu soledad adictiva,
ni en tus garras que escalan el templo de todas mis dudas”.
Y desde sus formas de humo objetó: “Soy lo que quieres, el barro grita la voluntad del barrero,
la oscuridad de su psique, la larga amarillez de sus brazos rastreando soles fortuitos”.

Después las batallas. Destruimos un poco ese lado del mundo al que el sol no se asoma.
Después lo soez – ella era mi Némesis –, la erección de la Ira, los espasmos del Miedo,
el sexo sin ecuaciones que reflejaran amores, ni tampoco infinitos… El fin
en la circunvalación de mí mismo al espejo. Los yoes solamente deben ser paralelos.

Pero te acercaste rehabilitando las formas sencillas – las especies que surgen de pronto
entre el hormigón y el asfalto sin eslabón conocido –
desluciendo la gravedad de otros cuerpos, desairando mi imaginación de suicida,
disparando geodésicas hacia las aldeas perspicaces.

…Y todo se mueve, lo bueno y lo malo
exploran otras longitudes de onda. Los deseos vibran al son de tus dichos
y soy todo hambre. Repito tus dosis, en fin… me intoxico.
Mi reloj sin embargo, abre su boca y allí se detiene.
Y girando entre las frutas que me has prometido,
en este vórtice somos.

Wow... enorme. Excelente poema, donde se conjugan de forma maravillosa las imágenes, la expresividad lírica y un léxico de gran riqueza y exuberancia. Mi aplauso.

Un abrazo

Me resulta un poema muy interesante, para releer y estudiar. No obstante, a vuelo de pájaro, se siente ya una emoción por el despliegue de ideas en un derroche de densidad y poesía. Me has hecho ver a Adán y Eva en la evolución infinita. Albricias.

Un saludo cordial.
Óscar

Gerardo Mont escribió:Entre el hormigón y el asfalto, el paisaje frutal que tú eres
no requiere de lunas y estrellas para confinar mi codicia.
Llegaste en el instante preciso salvando mis posibilidades en ciernes,
redimiéndolas de ese apocalíptico feudo, sin más recisión que la muerte,
sin más futuro que un pasado despótico.

Aquel calendario de lluvias había enjaulado la conjugación de mi fuego,
decidí entonces excluir sus colores,
rescindir de su plumaje, lo exótico, y de su canto al canario
– extraña devoción a lo negro y lo blanco sin estado intermedio –
y fui creando como un observador de electrones, un patrón de partículas
– sólo somos ondas que interfieren con otras, hasta que un mundo sin más, nos concreta –,
surgieron entonces, Gothan y Batman y sus Archienemigos; un gas que indujo al delirio,
un beso de áspid, un vacío sin materia ni antimateria
emergiendo de la nada por nada…, exponencial transmisión de vacantes
de mirada a mirada.

Y como fui sólo un héroe, conjeturé una dama fatal:
Mujer ¿qué has hecho de mí? Serpiente de piedra
a la que una honda antigua le entregara mi nombre. Mujer de Oymyakon,
avispa de mar, en tu umbrela el corazón de basalto…Me cegaba por entonces el humo.

Y entoné mis endechas, soplé en ellas la carne como un salmista a sus muertos,
e imaginé esa pareja en su devenir de cicatrices y heridas, como un big bang sin bosones.
Y le dije: “Insisto en ti, no en tus afilados aceros, no en la marchita luz de tu soledad adictiva,
ni en tus garras que escalan el templo de todas mis dudas”.
Y desde sus formas de humo objetó: “Soy lo que quieres, el barro grita la voluntad del barrero,
la oscuridad de su psique, la larga amarillez de sus brazos rastreando soles fortuitos”.

Después las batallas. Destruimos un poco ese lado del mundo al que el sol no se asoma.
Después lo soez – ella era mi Némesis –, la erección de la Ira, los espasmos del Miedo,
el sexo sin ecuaciones que reflejaran amores, ni tampoco infinitos… El fin
en la circunvalación de mí mismo al espejo. Los yoes solamente deben ser paralelos.

Pero te acercaste rehabilitando las formas sencillas – las especies que surgen de pronto
entre el hormigón y el asfalto sin eslabón conocido –
desluciendo la gravedad de otros cuerpos, desairando mi imaginación de suicida,
disparando geodésicas hacia las aldeas perspicaces.

…Y todo se mueve, lo bueno y lo malo
exploran otras longitudes de onda. Los deseos vibran al son de tus dichos
y soy todo hambre. Repito tus dosis, en fin… me intoxico.
Mi reloj sin embargo, abre su boca y allí se detiene.
Y girando entre las frutas que me has prometido,
en este vórtice somos.

Wow! Gerardo, que forma tan bella y elocuente de reveler el ciclo transformador de la fantasia, ese romantic, ilusorio Gotham de los super heroes, a la realidad multidimensional y compleja del hacerse hombre y mujer. Es otro "paraiso" imperfect, un vortex de sucesos y revelaciones dentro de las legendas, las historias del origen, las odiseas personales, la vida desconocida, la muerte ineffable... Te felicito por esta obra original, inteligente, donde haces gloriosa a La Poesia. Abrazos, ERA.

Muy bello poema de Gerardo.

Estimado amigo Gerardo, me ha gustado mucho el poema, para empezar, es tan difícil escribir en verso largo, tu poesía es una dilatación necesaria, compleja, un cúmulo de contrastes que vence a la rutina y se adentra en lo mas profundo del ser humano. Gracias por compartir. Muchos abrazos.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Gerardo, he leído yo poemas apoteósicos, he balbuceado en pensamiento algunos versos que rompen en llanto, o en inteligencia superior; pero éste es de principio a fin una obra de subime arte. El ritmo, la aceleración emocional, los nutrientes de belleza, la insana-sana urdimbre, la esencia con toque profundo en el miocardio.

De colección, alto riesgo y mucha valía. No soy generosa ni me ciega la gran amistad que nos une; de ovación y azul en estrellas.

Abrazos.

Estimada amiga, me alegra mucho que te haya gustado. No merezco tus elogios, pero te los agradezco profundamente. Tienes una capacidad envidiable para motivar, casi como para escribir. Un gran abrazo para ti y los tuyos.

Ramón Castro Méndez escribió:

Gerardo Mont escribió:Entre el hormigón y el asfalto, el paisaje frutal que tú eres
no requiere de lunas y estrellas para confinar mi codicia.
Llegaste en el instante preciso salvando mis posibilidades en ciernes,
redimiéndolas de ese apocalíptico feudo, sin más recisión que la muerte,
sin más futuro que un pasado despótico.

Aquel calendario de lluvias había enjaulado la conjugación de mi fuego,
decidí entonces excluir sus colores,
rescindir de su plumaje, lo exótico, y de su canto al canario
– extraña devoción a lo negro y lo blanco sin estado intermedio –
y fui creando como un observador de electrones, un patrón de partículas
– sólo somos ondas que interfieren con otras, hasta que un mundo sin más, nos concreta –,
surgieron entonces, Gothan y Batman y sus Archienemigos; un gas que indujo al delirio,
un beso de áspid, un vacío sin materia ni antimateria
emergiendo de la nada por nada…, exponencial transmisión de vacantes
de mirada a mirada.

Y como fui sólo un héroe, conjeturé una dama fatal:
Mujer ¿qué has hecho de mí? Serpiente de piedra
a la que una honda antigua le entregara mi nombre. Mujer de Oymyakon,
avispa de mar, en tu umbrela el corazón de basalto…Me cegaba por entonces el humo.

Y entoné mis endechas, soplé en ellas la carne como un salmista a sus muertos,
e imaginé esa pareja en su devenir de cicatrices y heridas, como un big bang sin bosones.
Y le dije: “Insisto en ti, no en tus afilados aceros, no en la marchita luz de tu soledad adictiva,
ni en tus garras que escalan el templo de todas mis dudas”.
Y desde sus formas de humo objetó: “Soy lo que quieres, el barro grita la voluntad del barrero,
la oscuridad de su psique, la larga amarillez de sus brazos rastreando soles fortuitos”.

Después las batallas. Destruimos un poco ese lado del mundo al que el sol no se asoma.
Después lo soez – ella era mi Némesis –, la erección de la Ira, los espasmos del Miedo,
el sexo sin ecuaciones que reflejaran amores, ni tampoco infinitos… El fin
en la circunvalación de mí mismo al espejo. Los yoes solamente deben ser paralelos.

Pero te acercaste rehabilitando las formas sencillas – las especies que surgen de pronto
entre el hormigón y el asfalto sin eslabón conocido –
desluciendo la gravedad de otros cuerpos, desairando mi imaginación de suicida,
disparando geodésicas hacia las aldeas perspicaces.

…Y todo se mueve, lo bueno y lo malo
exploran otras longitudes de onda. Los deseos vibran al son de tus dichos
y soy todo hambre. Repito tus dosis, en fin… me intoxico.
Mi reloj sin embargo, abre su boca y allí se detiene.
Y girando entre las frutas que me has prometido,
en este vórtice somos.

Wow... enorme. Excelente poema, donde se conjugan de forma maravillosa las imágenes, la expresividad lírica y un léxico de gran riqueza y exuberancia. Mi aplauso.

Un abrazo

Muchas gracias por tu lectura y tu amable comentario, estimado poeta. Me alegra que te gustaran estas letras que intentan condensar esas cosas relativas del amor y de la vida, en las que lo que imaginamos a veces no se cuaja en realidad, y a veces para bien y otras para mal. Intento un paralelismo entre verdades o teorías del comportamiento de las partículas y los astros, con nosotros, como parte de ese todo constituido de lo mismo. Un gran abrazo.

Denso, profundo e interesante poema. Un placer pasar por tus hermosos versos.
Abrazos
Pilar

Con buen ritmo has movida esta interacción tuya con el mundo. El sentir y las opciones van dando la pauta conveniente y necesaria
para que la inspiración se sienta satisfecha.
Recibe mi aplauso y una honorífica enhorabuena

un abrazo

Óscar Distéfano escribió:Me resulta un poema muy interesante, para releer y estudiar. No obstante, a vuelo de pájaro, se siente ya una emoción por el despliegue de ideas en un derroche de densidad y poesía. Me has hecho ver a Adán y Eva en la evolución infinita. Albricias.

Un saludo cordial.
Óscar

Muchas gracias por tu visita, poeta. Me alegra que así, a primeras, te haya despertado algunas emociones. Que estés bien. Un abrazo.

E. R. Aristy escribió:

Gerardo Mont escribió:Entre el hormigón y el asfalto, el paisaje frutal que tú eres
no requiere de lunas y estrellas para confinar mi codicia.
Llegaste en el instante preciso salvando mis posibilidades en ciernes,
redimiéndolas de ese apocalíptico feudo, sin más recisión que la muerte,
sin más futuro que un pasado despótico.

Aquel calendario de lluvias había enjaulado la conjugación de mi fuego,
decidí entonces excluir sus colores,
rescindir de su plumaje, lo exótico, y de su canto al canario
– extraña devoción a lo negro y lo blanco sin estado intermedio –
y fui creando como un observador de electrones, un patrón de partículas
– sólo somos ondas que interfieren con otras, hasta que un mundo sin más, nos concreta –,
surgieron entonces, Gothan y Batman y sus Archienemigos; un gas que indujo al delirio,
un beso de áspid, un vacío sin materia ni antimateria
emergiendo de la nada por nada…, exponencial transmisión de vacantes
de mirada a mirada.

Y como fui sólo un héroe, conjeturé una dama fatal:
Mujer ¿qué has hecho de mí? Serpiente de piedra
a la que una honda antigua le entregara mi nombre. Mujer de Oymyakon,
avispa de mar, en tu umbrela el corazón de basalto…Me cegaba por entonces el humo.

Y entoné mis endechas, soplé en ellas la carne como un salmista a sus muertos,
e imaginé esa pareja en su devenir de cicatrices y heridas, como un big bang sin bosones.
Y le dije: “Insisto en ti, no en tus afilados aceros, no en la marchita luz de tu soledad adictiva,
ni en tus garras que escalan el templo de todas mis dudas”.
Y desde sus formas de humo objetó: “Soy lo que quieres, el barro grita la voluntad del barrero,
la oscuridad de su psique, la larga amarillez de sus brazos rastreando soles fortuitos”.

Después las batallas. Destruimos un poco ese lado del mundo al que el sol no se asoma.
Después lo soez – ella era mi Némesis –, la erección de la Ira, los espasmos del Miedo,
el sexo sin ecuaciones que reflejaran amores, ni tampoco infinitos… El fin
en la circunvalación de mí mismo al espejo. Los yoes solamente deben ser paralelos.

Pero te acercaste rehabilitando las formas sencillas – las especies que surgen de pronto
entre el hormigón y el asfalto sin eslabón conocido –
desluciendo la gravedad de otros cuerpos, desairando mi imaginación de suicida,
disparando geodésicas hacia las aldeas perspicaces.

…Y todo se mueve, lo bueno y lo malo
exploran otras longitudes de onda. Los deseos vibran al son de tus dichos
y soy todo hambre. Repito tus dosis, en fin… me intoxico.
Mi reloj sin embargo, abre su boca y allí se detiene.
Y girando entre las frutas que me has prometido,
en este vórtice somos.

Wow! Gerardo, que forma tan bella y elocuente de reveler el ciclo transformador de la fantasia, ese romantic, ilusorio Gotham de los super heroes, a la realidad multidimensional y compleja del hacerse hombre y mujer. Es otro "paraiso" imperfect, un vortex de sucesos y revelaciones dentro de las legendas, las historias del origen, las odiseas personales, la vida desconocida, la muerte ineffable... Te felicito por esta obra original, inteligente, donde haces gloriosa a La Poesia. Abrazos, ERA.

Un verdadero honor contar con tu apoyo estimada amiga. Agradezco profundamente tus amables palabras que de verdad me motivan. Espero que estés bien junto a los tuyos. Un abrazo grande y sincero, poeta.

Rafel Calle escribió:Muy bello poema de Gerardo.

Me alegra que te gustara el poema. Muchas gracias por subir el poema. Un abrazo.

Marius Gabureanu escribió:Estimado amigo Gerardo, me ha gustado mucho el poema, para empezar, es tan difícil escribir en verso largo, tu poesía es una dilatación necesaria, compleja, un cúmulo de contrastes que vence a la rutina y se adentra en lo mas profundo del ser humano. Gracias por compartir. Muchos abrazos.

Muchas gracias Marius por tu valioso apoyo. Me alegra que te gustara este intento. Tus palabras me alientan compañero. Que estés bien. Un gran abrazo.