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A Macedonio (segunda carta)

Publicado: Mié, 11 Nov 2015 17:56
por Marius Gabureanu
Hola, Carlos. Hoy tuve una entrevista de trabajo.
Le di como veinte vueltas al edificio, en los minutos que me quedaban
para hablar con la persona que me iba a ofrecer una nueva vida.
Entre no encontrar el mechero e intentar ahuyentar los pensamientos negativos
que caían como la nieve de un mes cualquiera,
como la nieve del tiempo, como un tiempo que puede helar el alma
y así ponerle un rostro,
se me ocurrió arrojarme frente a los taxis que pasaban descaradamente
llenos de abrigos de la indiferencia, llenos de infidelidades
pero al final decidí devolver mi cadáver a los buitres de soledad
que sobrevolaban el balcón de la inexistencia.
Y así, muerto, pude llegar al primer tren.
Y había gente muerta como yo, leyendo periódicos de eternidad,
había enanos que masticaban la gloria de las ventanas que nunca muestran nada.
Me quise rodear de flores y escogí a los parques de la memoria.
Todas las cosas del hombre pueden caber en un bolsillo.
Perdona que no te he respondido a los mensajes hasta ahora
¿pero con qué lengua se puede derretir el azúcar del silencio
cuando las avispas de la noche han encontrado nido en una habitación rentada
dónde no hay espacio para huir de uno mismo
y los gestos se vuelven un sarcófago transparente?
Dos días sin beber fueron demasiado para no escribir una nueva metáfora de la locura.
Heme aquí, después de diez años trabajando en la construcción,
creyendo en la nada, como si dios fuera un cenicero
donde apagar los restos de sonrisas de la infancia.
La lavadora de los cuervos funciona,
sigue girando sobre los cielos de mendigo sumisos a esta parte de Londres.
Ya te dije de las deudas y que había leones con la columna vertebral rota,
que las fronteras de la dignidad son un rugido inútil
y los ángeles están escondidos en tarjetas de crédito,
que hay codigos de la salvación que son tan largos como un miércoles que puede acabar
con la primavera.
Mi cuerpo es un cigarrillo formado por el tabaco de todos los engaños.
Voy a hablar un poco más de mi habitación porque me parece importante describir
las fauces de la miseria y así decidir el mediodía de un acto de suicidio.
El pinchadiscos que se arranca los cabellos,
el idioma de algunos intentos de no sentirme humano,
de no tener que reportar al vacío
las mañanas que se masturban
como queriendo eyacular mi futura ausencia.
Se vuelve a repetir la densidad de lo inexplicable
y en la chimenea de los párpados cruje el momento
cuando por primera vez abrí los ojos.
No lo puedo definir, es lágrima.

Re: A Macedonio (segunda carta)

Publicado: Mié, 11 Nov 2015 18:07
por Pilar Morte
Magnífico , grande, este poema. Me ha llegado con su carga de soledad e impotencia. Un poema con alma, que vuela alto y reconoce al poeta.
Me alegra volver a leerte. Felicidades a ambos amigos, por hacer posible estos versos.
Abrazos
Pilar

Re: A Macedonio (segunda carta)

Publicado: Mié, 11 Nov 2015 18:20
por J. J. Martínez Ferreiro
Amigo Marius, una entrega excelente, todo un fresco poético de la amargura, escrito con la mano temblorosa del que la vive en directo.

Un abrazo.

Re: A Macedonio (segunda carta)

Publicado: Mié, 11 Nov 2015 18:39
por Ricardo José Lascano
Marius Gabureanu escribió:Hola, Carlos. Hoy tuve una entrevista de trabajo.
Le di como veinte vueltas al edificio, en los minutos que me quedaban
para hablar con la persona que me iba a ofrecer una nueva vida.
Entre no encontrar el mechero e intentar ahuyentar los pensamientos negativos
que caían como la nieve de un mes cualquiera,
como la nieve del tiempo, como un tiempo que puede helar el alma
y así ponerle un rostro,
se me ocurrió arrojarme frente a los taxis que pasaban descaradamente
llenos de abrigos de la indiferencia, llenos de infidelidades
pero al final decidí devolver mi cadáver a los buitres de soledad
que sobrevolaban el balcón de la inexistencia.
Y así, muerto, pude llegar al primer tren.
Y había gente muerta como yo, leyendo periódicos de eternidad,
había enanos que masticaban la gloria de las ventanas que nunca muestran nada.
Me quise rodear de flores y escogí a los parques de la memoria.
Todas las cosas del hombre pueden caber en un bolsillo.
Perdona que no te he respondido a los mensajes hasta ahora
¿pero con qué lengua se puede derretir el azúcar del silencio
cuando las avispas de la noche han encontrado nido en una habitación rentada
dónde no hay espacio para huir de uno mismo
y los gestos se vuelven un sarcófago transparente?
Dos días sin beber fueron demasiado para no escribir una nueva metáfora de la locura.
Heme aquí, después de diez años trabajando en la construcción,
creyendo en la nada, como si dios fuera un cenicero
donde apagar los restos de sonrisas de la infancia.
La lavadora de los cuervos funciona,
sigue girando sobre los cielos de mendigo sumisos a esta parte de Londres.
Ya te dije de las deudas y que había leones con la columna vertebral rota,
que las fronteras de la dignidad son un rugido inútil
y los ángeles están escondidos en tarjetas de crédito,
que hay codigos de la salvación que son tan largos como un miércoles que puede acabar
con la primavera.
Mi cuerpo es un cigarrillo formado por el tabaco de todos los engaños.
Voy a hablar un poco más de mi habitación porque me parece importante describir
las fauces de la miseria y así decidir el mediodía de un acto de suicidio.
El pinchadiscos que se arranca los cabellos,
el idioma de algunos intentos de no sentirme humano,
de no tener que reportar al vacío
las mañanas que se masturban
como queriendo eyacular mi futura ausencia.
Se vuelve a repetir la densidad de lo inexplicable
y en la chimenea de los párpados cruje el momento
cuando por primera vez abrí los ojos.
No lo puedo definir, es lágrima.

Hay mucha riqueza esparcida, el desconsuelo, como quien se ha parado frente a las ruinas de las cosas imprescindibles, desnudo frente al mundo, holgando el calvario de su tenaz rebeldía.

Lineas bien dirigidas que van a dar que hablar.

Lo disfruté mucho, querido amigo, poeta excelente.

Abrazo a los dos.

RJL

Re: A Macedonio (segunda carta)

Publicado: Mié, 11 Nov 2015 19:51
por Ventura Morón
Mi querido amigo, este poema epistolar que nos dejas, trae toda la carga de tu universo, de tus imágenes potentes y descriptivas, de esa vida que no se deja domar, sino que muestra altiva sus fauces, y muerde, desde la soledad a las entrañas del vacío que circunda la rutina y sus paredes gruesas, casi inexpugnables. Atravieso, contigo, esta llamada, al amigo, esta esperanza de navegar juntos.
Tus letras son, apreciado Marius, un llamamiento hacia la conciencia, un alarido en medio de la batalla, que sabe que siempre puede alcanzar la belleza.
Un placer leerte siempre
Fuerte abrazo, y otro mas para Macedonio, a ambos os echo de menos

Re: A Macedonio (segunda carta)

Publicado: Mié, 11 Nov 2015 21:15
por Tigana Nelson
Es una gozada volver a leerte, Marius. ¿Cómo se puede sobrevivir en el alambre?
Salud.

Re: A Macedonio (segunda carta)

Publicado: Mié, 11 Nov 2015 21:38
por Armilo Brotón
Marius, fantástico este poema en forma de epístola.
Está lleno de buenas imágenes. Esa palabra que te identifica y tanto nos gusta leer a los amigos.
Presentas una cara dura y real de la vida que hoy nos rodea pero no le falta ese lirismo que es la base de buena poesía, de la tuya.
Te mando un gran abrazo y te doy las gracias por hacernos emocionar siempre.

Tu amigo elPrior

Re: A Macedonio (segunda carta)

Publicado: Mié, 11 Nov 2015 22:05
por Rosa Marzal
Un magnífico poema epistolar, Marius. El dolor de enfrentarse en soledad a un mundo hostil se muestra en tus versos con toda su crudeza.
Me alegra volver a encontrarme con la conmovedora belleza de tu poesía, querido amigo.

Abrazo grande.

Re: A Macedonio (segunda carta)

Publicado: Mié, 11 Nov 2015 23:01
por Carmen López
Marius Gabureanu escribió:Hola, Carlos. Hoy tuve una entrevista de trabajo.
Le di como veinte vueltas al edificio, en los minutos que me quedaban
para hablar con la persona que me iba a ofrecer una nueva vida.
Entre no encontrar el mechero e intentar ahuyentar los pensamientos negativos
que caían como la nieve de un mes cualquiera,
como la nieve del tiempo, como un tiempo que puede helar el alma
y así ponerle un rostro,
se me ocurrió arrojarme frente a los taxis que pasaban descaradamente
llenos de abrigos de la indiferencia, llenos de infidelidades
pero al final decidí devolver mi cadáver a los buitres de soledad
que sobrevolaban el balcón de la inexistencia.
Y así, muerto, pude llegar al primer tren.
Y había gente muerta como yo, leyendo periódicos de eternidad,
había enanos que masticaban la gloria de las ventanas que nunca muestran nada.
Me quise rodear de flores y escogí a los parques de la memoria.
Todas las cosas del hombre pueden caber en un bolsillo.
Perdona que no te he respondido a los mensajes hasta ahora
¿pero con qué lengua se puede derretir el azúcar del silencio
cuando las avispas de la noche han encontrado nido en una habitación rentada
dónde no hay espacio para huir de uno mismo
y los gestos se vuelven un sarcófago transparente?

Dos días sin beber fueron demasiado para no escribir una nueva metáfora de la locura.
Heme aquí, después de diez años trabajando en la construcción,
creyendo en la nada, como si dios fuera un cenicero
donde apagar los restos de sonrisas de la infancia.
La lavadora de los cuervos funciona,
sigue girando sobre los cielos de mendigo sumisos a esta parte de Londres.
Ya te dije de las deudas y que había leones con la columna vertebral rota,
que las fronteras de la dignidad son un rugido inútil
y los ángeles están escondidos en tarjetas de crédito,
que hay codigos de la salvación que son tan largos como un miércoles que puede acabar
con la primavera.

Mi cuerpo es un cigarrillo formado por el tabaco de todos los engaños.
Voy a hablar un poco más de mi habitación porque me parece importante describir
las fauces de la miseria y así decidir el mediodía de un acto de suicidio.
El pinchadiscos que se arranca los cabellos,
el idioma de algunos intentos de no sentirme humano,
de no tener que reportar al vacío
las mañanas que se masturban
como queriendo eyacular mi futura ausencia.

Se vuelve a repetir la densidad de lo inexplicable
y en la chimenea de los párpados cruje el momento
cuando por primera vez abrí los ojos.
No lo puedo definir, es lágrima.

Inmenso dolor Marius, la soledad es todo cuanto queda, el grito es nítido y devastador, el grito o el silencio es el mismo paisaje...y sí, a veces el refugio son los parques de la memoria y caben en un bolsillo. La lágrima cabe también en mis ojos. Te mando un abrazo muy grande, hoy inmenso.

Carmen

Re: A Macedonio (segunda carta)

Publicado: Mié, 11 Nov 2015 23:45
por Ana Muela Sopeña
Sensacional, Marius:

Un poema lleno de sentimiento, originalidad y buena poesía. Una carta llena de vida, en la que las imágenes surrealistas están al servicio de la confesión pura y dura. Un alarido de dolor, una petición de humana humanidad y de amistad.

Sencillamente genial.
Con mi admiración de siempre.
Aplausos a miles
Besos
Ana

Re: A Macedonio (segunda carta)

Publicado: Jue, 12 Nov 2015 0:50
por Óscar Distéfano
Mucho más terráqueo que antes, muy sincero. Yo creo entender cómo se ha gestado este poema. Su carga expresiva es enorme. Sólo me resta aplaudir.

Abrazos.
Óscar

Re: A Macedonio (segunda carta)

Publicado: Jue, 12 Nov 2015 3:13
por Macedonio Tracel
Entiendo que hace rato, en tu continente, es tu cumpleaños Marius. Qué importa que acá no. Me alegra tu carta pero empiezo a preocuparme. Voy a pensarla desde la belleza, a verla como un puente y no como un aviso. Quisiera despreocuparme de que vayas a hacer alguna boludez. Quisiera.. que aprovecharas a sorprenderte por ver cuánta gente te quiere y te valora.
Te pareció que nuestras charlas podían continuar de esta manera y eso lo veo como una oportunidad. Hemos aprendido a dejar que las palabras sean un puente, un aviso, un ancla, un epitafio. Yo te deseo tranquilidad y lucidez, pero acá, ese es mi regalo. No me importa la poesía. Te veo descarnado sobre tus miedos, tus cansancios, expuesto en la fragilidad de ser belleza, absorto en el sino de las palabras.
Es en nuestra confianza que me quiero permitir decir lo que veo. Me parece este texto, inmensamente bello, también un juego para saber si lo que está muy a la vista se ve o no se ve. Un juego sobre el que se define si reafirmar la soledad o empezar a construir un puente.
Sos muy inteligente para desconocer que teniendo yo cercanía con las dificultades que hoy te pesan, no voy a poder tener una lectura similar a la que tiene quien no está en nuestras charlas y sobre todo en nuestros silencios. Por eso yo debo decir y por acá, que aunque la poesía tuya sea de las más bellas y potentes, no me importa la poesía. Podría perfectamente en mi caso leer sin surrealismos y encontrar la nitidez de una tristeza depurada y terminal, un dolor que clama por una salida y entonces quisiera también regalarte paciencia hasta que los enanos aprendan a llorar, de alegría o de tristeza, no importa. Que no encuentres lugares con flores y eso te desanime en creer que los colores son fuera o son de otro. Sos un trabajador de la construcción… de la belleza. Mi abrazo más grande y dolido, espero que pase y sea para bien, Carlos.

Re: A Macedonio (segunda carta)

Publicado: Jue, 12 Nov 2015 10:25
por Pablo Ibáñez
Marius,

me ha encantado este poema, amigo. Me parece que trasmites muy bien, se siente vivir el sujeto poemático mientras se lee el poema. Me gusta mucho la manera cómo lo has planteado, una carta de lenguaje aparentemente coloquial. Con ese planteamiento colocas al lector en puerto seguro, le estás respetando, entiende el sentido de lo que está leyendo a la primera y queda preparado para las metáforas. No importa que éstas sean extremas o crípticas, el lector está leyendo una carta de un amigo a otro, sabe lo que lee, ya encontrará la manera de darles un sentido y, en ese proceso, gozará de ellas porque son muy buenas.

Enhorabuena por este excelente poema.

Un abrazo.

Re: A Macedonio (segunda carta)

Publicado: Jue, 12 Nov 2015 10:54
por Rafel Calle
Hermosísimo trabajo, amigo Marius, y , a mi juicio, uno de los mejores poemas de la historia de Alaire. Hay una narrativa de altas revoluciones rítmico-literarias, que aparece trufada de genialidad. Es verso multimétrico y se presenta en su versión más brillante. Vale decir: una obra digna de un escritor de importancia.
Quizá entre de nuevo para comentar tu poema, no sería de extrañar (comentar el fondo del asunto y cosas por el estilo).

Ha sido un placer leerte. Felicidades por este trabajo, digno de figurar en la cúspide de tu obra. Y felicidades a Macedonio, en verdad, es un muy afortunado receptor de tu poema.
Abrazos, compañeros.

Re: A Macedonio (segunda carta)

Publicado: Jue, 12 Nov 2015 22:22
por Raul Muñoz
La luna se conmueve entre tus versos, Marius. Una obra de arte nos presentas.

La recibo con todo mi afecto y alegría por volverte a ver por el foro.

Mi abrazo a los dos, también a Macedonio.