Editorial Alaire

Desnudó con lentitud su oscuro canto;
trazó en las baldosas de lluvia un mapa imaginario;
y mendigó humanidad al transeúnte,
consideración para su amarga teoría de la Historia.

Así era nuestro reino —susurros de tiza humedecida, dedos fríos—:
montañas, ríos, valles, ciudades permeables, rey distante…
Así los carcinomas que siempre padecimos:
orgullo, envidia, odio, soledad, cierta mentira— palabras como muertes
que halaba con ojos muy abiertos, muy cercanos. Era un loco.

Las gentes de bien pasábamos fingiendo de reojo
—tacto de ropa interior caliente y limpio—,
secretamente alegres, satisfechos
de ver abismo ajeno desplegarse antes del té.

Así pasó el otoño. A veces por la noche,
debajo del arco de mármol del ensanche,
seguía emborronando la lluvia con locura
perfectamente cuerda, razonada, consistente.

Vino el frío y el loco ya no estaba. Orgullo, envidia, odio, soledad, cierta mentira
quedaron con nosotros como muertes.
Y nadie dijo nada.

Qué bueno, Pablo, un poema que tiene una humanidad desbordante con una enorme calidad en sus imágenes . Me ha encantado, pues ,además de estar bien escrito, la denuncia no cae en lo fácil. Magnífico
Abrazo grande
Pilar.

"Y NADIE DIJO NADA".
Una gran denuncia de la hipocresía humana.
Ahí estamos en mayor o menor medida, todos incluidos.

Me hace pensar y denunciar ante mí, mi propia hipocresía.

Un ABRAZO, amigo Pablo

Inspiración introspectiva y con detalle para que la realidad de lo que te rodea y acompaña
sea poesia. Un abrazo

El rescate de una visión social, llevada por el poeta a estadios puros de la poesía, del humanismo valioso, lejos de cualquier insinuación panfletaria. Me gusta mucho la valentía de abordar temas preconcebidos. Me parece de lo más difícil. Tú, amigo, lo has sorteado con maestría, en fondo y forma. Mis aplausos.

Un abrazo fuerte.
Óscar

Me ha gustado mucho el poema del loco y el final es magnífico. Un placer amigo y un abrazo.

Un poemazo, Pablo. Las imágenes, el brillo, la contundencia. Magnífico el título y sus consecuencias.

De pie para la ovación, amigo.

Abrazo de los grandes.

Y nadie dijo nada.

Muy bien amigo Pablo. Buena exposición de una mátrix que nos condena a no ver ni a despertar.

Me gustó.

Pio

Del otoño al frío, del grito a la muerte... y nadie dijo nada. Me descubro ante tu inteligente e inspirada manera de percibir lo social sin caer en lo panfletario, inyectando el aire de la poesía por cada poro del verso. Un abrazo, Pablo.
Salud.

Desnudó con lentitud su oscuro canto;
trazó en las baldosas de lluvia un mapa imaginario
y mendigó humanidad al transeúnte,
consideración para su amarga teoría de la Historia.

Así era nuestro reino —susurros de tiza humedecida, dedos fríos—:
montañas, ríos, valles, ciudades permeables, rey distante…
Así los carcinomas que siempre padecimos:
orgullo, envidia, odio, soledad, cierta mentira—: palabras como muertes
que halaba con ojos muy abiertos, muy cercanos. Era un loco.

Las gentes de bien pasábamos fingiendo de reojo
—tacto de ropa interior caliente y limpio—,
secretamente alegres, satisfechos
de ver abismo ajeno desplegarse antes del té.

Así pasó el otoño. A veces por la noche,
debajo del arco de mármol del ensanche,
seguía emborronando la lluvia con locura
perfectamente cuerda, razonada, consistente.

Vino el frío y el loco ya no estaba. Orgullo, envidia, odio, soledad, cierta mentira
quedaron con nosotros como muertes.
Y nadie dijo nada.
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Amigo Pablo:
Es un enorme placer contemplar cómo demuestras tu gran habilidad rítmico-literaria, en un trabajo que me apresuro a sugerir como uno de tus mejores poemas. Lo tiene todo, desde un catálogo rítmico-melódico del verso multimétrico, hasta una estética absolutamente proverbial, pasando por un bellísimo entramado literario, tan bien desarrollado como brillantemente resuelto.

En todo caso, me siento muy feliz, porque, además, tu poética casa exactamente con la idea que siempre hemos pregonado en Alaire, cuando nos referimos al verso multimétrico; en este asunto, demuestras nuestra filosofía a las claras.

Felicidades, colega, por esta obra tan bella, con tanto cuajo rítmico-literario y semántico. Sin duda, un poema que ha nacido para ganar adeptos a la causa de la poesía toda, si bien, aquí, en Alaire, es donde se puede disfrutar plenamente.
Un fuerte abrazo.

Pablo Ibáñez escribió:Desnudó con lentitud su oscuro canto;
trazó en las baldosas de lluvia un mapa imaginario
y mendigó humanidad al transeúnte,
consideración para su amarga teoría de la Historia.

Así era nuestro reino —susurros de tiza humedecida, dedos fríos—:
montañas, ríos, valles, ciudades permeables, rey distante…
Así los carcinomas que siempre padecimos:
orgullo, envidia, odio, soledad, cierta mentira—: palabras como muertes
que halaba con ojos muy abiertos, muy cercanos. Era un loco.

Las gentes de bien pasábamos fingiendo de reojo
—tacto de ropa interior caliente y limpio—,
secretamente alegres, satisfechos
de ver abismo ajeno desplegarse antes del té.

Así pasó el otoño. A veces por la noche,
debajo del arco de mármol del ensanche,
seguía emborronando la lluvia con locura
perfectamente cuerda, razonada, consistente.

Vino el frío y el loco ya no estaba. Orgullo, envidia, odio, soledad, cierta mentira
quedaron con nosotros como muertes.
Y nadie dijo nada.

El personaje que siempre aborda nuestras locuras internas...queda con nosotros en este poema de gran sensibilidad y belleza, Pablo. Un placer leerte. ERA

Me sorprende y encandila. Tiene una cadencia y armonía estupendas. Si a ello le añadimos el tema abordado, resulta una obra muy valiosa.

Siempre aprendo leyéndote, Pablo.

Mi enhorabuena por este gran poema.

Un fuerte abrazo, amigo.

Querido amigo, recorre tu poema la indecencia de la culpa, ante loa desmembrada hipocresía de los hombres !!!

genial !!!

Mil besos y mil gracias

Curra

Pilar,

mil gracias querida amiga por tu comentario. Me sabe a gloria, ya sabes que te quiero mucho.

Un abrazo.

Gracias Juan Pablo,

sí, es muy común llamarle al cuerdo loco y al ladrón señor. Preferimos no cuestionarnos aquello que nos molesta y mirar para otro lado.

Un abrazo.