Apoteosis de José Tomás en Las Ventas (Mayo de 1997)

Poemas en verso y/o en prosa de cualquier estructura y/o combinación.

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F. Enrique
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Re: Apoteosis de José Tomás en Las Ventas (Mayo de 1997)

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Los besos por escrito no llegan, se lo beben los fantasmas por el camino.
(Franz Kafka - Última carta a Milena Jesenska)
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Me has exigido mucho, Armilo, en este interesante debate sobre los Toros, en el que has mostrado tus conocimientos profundos, apasionados, sociales y panorámicos (así es como me gusta el sentido dinámico de la Historia) y te maldecía (no tengo confianza contigo para añadir un cabrón enfático). Me has hecho escribir despacio y sin miedo a que se me perdieran fantasmas por el camino. Después de todo he comprendido, tú me has ayudado a ello, que si yo fuera crítico taurino mi mujer tendría que hartarse de hacer horas extras para sacar adelante a nuestra familia. Mi velocidad de redacción eneste tema es miserable.

Me has hecho perder horas en poder contestarte con decoro a tus sabios y sopesados razonamientos y cuestiones (sí, los taurinos no sois unos bárbaros sedientos de violencia gratuita y de sangre), dado que mis conocimiento sobre el asunto, de forma voluntaria y consciente, así lo había yo determinado en mi adolescencia libertaria cegada por el fulgor, lo tuvo y mucho, de la Transición, que impedían que pudiera estar a tu altura, abordábamos la Tauromaquia como un arte fugaz que se recuerda siempre, el propio Antonio Machado lo diría y con una perspectiva y hondura muy parecidas; aunque estemos en la orilla opuesta vamos en el mismo barco; el del diálogo respetuoso sabiéndonos situar, con algo de acierto, en el lugar del otro. Estando muy por encima del hombre de la calle que ha decidido posicionarse en el sentir de que el show debe acabar para siempre, estoy muy lejos de los que vivís con entusiasmo y, casi como una religión, ahí estaría el principal inconveniente que os pongo a los taurinos, todo lo que concierne al apasionante y mítico mundo de los toros.

Si un español culto no reconoce la importancia que el mundo de los toros ha aportado a nuestro acervo cultural, a nuestro apego a la sentimentalidad heroica (las victorias morales del franquismo que nos demostraban a las claras que los países democráticos de nuestro entorno eran los equivocados- Aunque el Sevilla y su afición, un tanto fanática, lo reconozco, se haya ganado el cariño y la admiración de muchos españoles y extranjeros nos haya de mostrado que el David de Miguel Ángel que se prepara a derribar al gigante quizás no acertó a alcanzar su frente. Acabaré siendo del Cádiz, mi ciudad de adopción. Estoy tan acostumbrado a la derrota que me asusto cuando empato) y a nuestro sentido alegre y trágico de la vida al mismo tiempo, nos demuestra que no superó alguna asignatura importante en su formación.
*** *** ***
El toro de lidia muere con una dignidad encomiable, justifica el fin por el que ha sido creado y algunas veces da una póstuma vuelta al ruedo con el respeto profundo de los buenos aficionados. Los bueyes envidian la vida que lleva el toro durante unos cinco años. Es muy probable que no haya animal salvaje ni amaestrado que goce de algo parecido a la plenitud que no existe que solemos llamar felicidad; el toro muere de pie, no conozco a ningún taurino serio que lo niegue. Tengo un par de poemas escritos en los últimos años, marcadamente antitaurinos, que ni se me hubiese ocurrido firmar después de escuchar tus explicaciones. Brindo por ti, Armilo. Ya ves, tuve que decantarme y opté por decir que quince minutos de martirio pesan más que cinco años de felicidad. Muchos hombres me dirían con razón que estoy equivocado.
*** *** ***
Mi abuelo decía
Mi abuelo era un hombre muy peculiar, Armilo. Creo que lo más importante para el eran por este orden; la familia, España, el fúbol o cualquier cosa a la que se jugara que solemos encuadrar en la denominación un tanto difusa de Deporte, el catolicismo (Me enteré de ello en su velatorio, en casa por supuesto, porque mi madre no cesaba de repetir consternada y entre lágrimas que era muy católico, pero solo iba a misa de difuntos y por respeto a quien se había marchado. Unos diez años más tarde leyendo un ensayo del excéntrico y desconcertante hispanista Británico- Birmano Henry Kamen sobre el destino desorientado (aman y están resentidos con España. La cuestión Palestina y la creación del Estado de Israel, les creó problemas en Marruecos unos pronlemas que antes no habían tenido, su destino favorito en el que intentar sofocar a poca distancia su nostalgia enfermiza por España, y en el nuevo estado siempre han sido visto por debajo del hombro por los judíos de origen centroeuropeo cuando tienen un patrimonio cultural tan importante como el suyo, quizás para siempre los sefardíes tengan su espíritu errando, ahí tenemos el ejemplo de la sensual y valiosa Yasmine Lévy. Envidié, puede que no de una forma sana, el estilo, la amenidad, la profundidad casi trágica del destino de un pueblo tan español como el que más en su día y el didactismo de su relato, pero me acordé y mucho de algunas costumbres de mi abuelo, un hombre que vivía de la mar, no muy bien, sin embarcarse, y que se sentía libre solo cuando iba a ver su Ceuta y celebraba cada gol de su equipo con una euforia gestual rayana al ridículo, esto que digo es de dominio público y lo sabe cualquier forofo de Abyla de cierta edad ya que lo recuerde, sin que, por suerte, llegara a oídos de mi abuela, una mujer amargada y dominante que guiaba con mano de hierro a sus nietos sin que nos diera nunca una zanahoria, sin ponernos nunca una mano encima. Unos años después de su muerte creí saber las causas de su intensa amargura. Volviendo a lo que decía, los toros estaban en un quinto escalón en las preferencias de mi abuelo, intentó de una manera tierna, como la que empleó con los deportes, recurriendo a la épica y la leyenda, hablándome con entusiasmo de la Edad de Oro del Toreo, por cierto, nunca me enteré de si era de Belmonte o Joselito, hablaba y hablaba de los dos pero sin decantarse claramente por ninguno, me decía que el hermano del "Gallito", el "Divino Calvo " era el más ortodoxo y clásico a pesar de sus espantás"; "Hay gente pa tó".
Seguirán los versos en forma de rosa, llenos de espinas. Seguirá el tiempo presente, la sociedad y el amor. O el amor por la sociedad. Aun enferma, aun derrotada. (Juan Jiménez García)

En un último intento por hacer que entrara en la fiesta, ya con diez o doce años, me llevó al espectáculo del Bombero Torero y puso énfasis en que prestara atención a la faena en que un currante torero, fracasado y amargado porque su arte no había sido interpretado, como el tío Jacinto, mataba a un toro. No vi ni bien ni mal la faena, sin pensar en el sufrimiento del animal, me di cuenta de que no me interesaba para nada el mundo de los toros, bastante entretenido estaba yo con la apoteosis del tercer entorchado (más bien 2 + 1) del jugador más asombroso de todos los tiempos.

Mi abuelo decía que fue de viaje de novios, la luna no era de miel todavía, a Tetuán con la que tenía lazos que nunca quiso mencionar ni mucho menos explicarme, cuando la gente humilde al casarse solía quedarse en su casa, en el caso de que la tuviera propia. Su novia se vistió de luto aunque era pura y, por qué no decirlo, puritana. Mi abuelo decía que, dejando a un lado la familia, lo más importante de la vida era España y que España no se podía entender apartando el legado que el Mundo de los Toros ha dejado, sobre todo en los últimos tres siglos . Mi abuelo decía...
*** *** ***
Brian May vio la oscuridad implacable de la muerte en los ojos cansados de su compañero de fatigas, lo fútil de la gloria cuando se asiste en soledad a unos últimos pasos que se dan sin saber si la tristeza y la amargura forman parte también del espectáculo cuando las luces se apagan y no se puede más, y se esfuma la alegría de la vida cuando no quedan ganas de reír porque el maquillaje se ha agrietado mientras el poeta sin gracia escribe versos en el rincón del jardín donde florecen las mariposas condenadas por el tiempo y se cierran las cortinas cuando ya no distingues entre una reina o un peón si ambos tenían el triunfo en la mano pero perdieron la partida entre la realidad que acecha con su perfil descarnado y la más patética pantomima que nos arrebata el sueño eterno del amor.
Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace,
un andaluz tan claro, tan rico de aventura.
Yo canto su elegancia con palabras que gimen
y recuerdo una brisa triste por los olivos.
(Lorca - Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías)

No puedo comprender, como tú, la necesidad que le pudo llevar a Ignacio a su vuelta tardía a los ruedos; sin problemas económicos, sin ningún imperativo categórico que cumplir, como hombre sabio que era, y que le obligara a arriesgar su vida por un sueño del que nunca saldría. Siento una cornada que me traspasa el pecho, gritaría Alberti en su justamente célebre carta de condolencias. Ignacio, cuñado del ya difunto Joselito, era un hombre culto y elegante con estampa de señorito andaluz, pero sin el rancio y clasista conservadurismo atávico y ridículo de éste. Lejos de Joselito, como todos los toreros de su época, exceptuando a Belmonte, era un torero hondo y con recursos técnicos para la entendida y excesiva en su pasión afición sevillana. ¿Qué le llevó a un hombre que era amigo de los poetas y escritor a su vez, que tenía tertulias degustadas con ansias en el sabor de un buen vino, que disfrutaba de la vida con su vasta cultura, su Feria de Abril, supongo que ya existía, y podía ver desde el palco o las gradas a sus jóvenes compañeros de fatiga que buscaban ver su nombre en la parte alta del cartel?

Freddie Mercury tenía todo el triunfo en la mano por su talento como compositor y su voz prodigiosa pero perfectamente imitable, doy fe de ello. A Ignacio solo le faltaba una cosa de las importantes en su vida. El británico nacido en la África profunda lo perdió todo por su irrefrenable promiscuidad y la visita de una nueva enfermedad que, en cierta forma, vino a rompernos un poco a todos en forma de amigos o conocidos. A ignacio le pudo las ansias de toros cuya pasión hizo sangre de sus venas.
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Unos versos caídos en el cielo de la noche
me recuerdan la soledad del mundo cuando no estás,
la tristeza de una sonrisa que no puede desplegarse
cuando no encuentra el camino de tus labios./align]
Armilo Brotón

Re: Apoteosis de José Tomás en Las Ventas (Mayo de 1997)

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Un comentario muy denso y jugoso el que has dejado, estimado F. Enrique; requiere mucho espacio y lo que voy a hacer es contestarte a algunas cuestiones que me planteas; en otro momento puedo profundizar más sobre alguna de ellas si me permites. Pero quiero empezar diciendo que es la misma Tauromaquia la que exige mucho, no yo; por ello es un arte minoritario y un espectáculo mayoritario al tiempo. Es su contradicción y por ello despierta tantas pasiones en favor y en contra.
La tauromaquia se defiende por sí misma, como la pintura, la poesía y la escultura, por ejemplo, pues es una manifestación cultural muy arraigada en nuestro legado histórico y de identidad española; y totalmente diferente a cualquier otra; es una singularidad del pensamiento de nuestro pueblo de la que me siento muy orgulloso. Cuando yo hablo de ella es una reflexión personal, nunca una forma de proselitismo; es un intentar conocer por qué amo los toros, en todos los conceptos; los reviso continuamente desde el punto de vista ético, histórico, estético, de futuro; y entradas como esta me sirven para ello, porque me encuentro con visiones distintas, comprensibles, y que me aportan ese cuestionamiento cartesiano, la duda metódica, que me lleva, fundamentalmente, a ser más tolerante cada día con lo que me rodea; me ayuda a superar la superficialidad en los análisis y ser más riguroso con mis palabras en otros aspectos de mi vida.

Lo primero que quiero destacar y aplaudir es esta encomiable sed de aprender que has demostrado. He seguido con detenimiento cada uno de los comentarios que aquí se han vertido y ello me lleva, indefectiblemente, a este comentario de riesgo, de parecer pesado; pero ello no me importa, porque cada uno puede entrar en el espacio literario que quiera; en esta página se abren espacios de comunicación diversos y en principio impensables por el mismo autor de la línea. Esta entrada es como una cajita de Pandora, hay muchas cosas que se han dicho, por ti mismo, francamente interesantes.

Es un arte complejo, repito, pues necesita de muchos conceptos distintos para su análisis profundo; hay vida y hay muerte y esta última es la que le da vida a la tauromaquia. El haber emigrado hace muchos años me ha hecho tener una visión de España y su cultura mucho más amplia, a querer más mi tierra, y afianzar mis valores; es claro y de lógica que me quedo con lo bueno, que es mucho. Soy mediterráneo, de Orihuela, madrileño, andaluz y español y amo Cataluña, Galicia; todos los idiomas que nos engrandecen en España. Ahora también soy mexicano, dominicano, de la Habana y de Costa Rica y amo Ecuador, Perú, Colombia y Argentina; también me caen bien algunos gringos. Mis hijos se criaron en el mundo de la afición al toreo; de pequeños iban conmigo a la plaza y nunca tuvieron traumas psicológicos ni se sintieron condicionados. Recuerdo a mi hijo mayor con 5 años salir con un capote pequeño, que le regalaron unos amigos, al ruedo cuando acabó el Juli su última faena y éste le regalo su montera y una oreja que había conseguido, la gente se divertía con sus pases figurados y le vitoreaban; luego devino vegano. Nunca hablamos de toros, nunca lo presioné para nada y hoy respeta, aunque no comparta, este mundo. El otro es omnívoro y tampoco es aficionado a los toros. Pero sí tienen algo y es el respeto a las distintas posiciones; su carácter cosmopolita, el de mis hijos, por haber vivido en distintas partes del mundo, ha hecho de ellos mi orgullo precisamente por esto; por el respeto. Es algo que he intentado trasmitirles, el análisis desde distintos puntos de vista de los acontecimientos y las obras del hombre.

La tauromaquia es un espectáculo cruento, hay violencia, pero está totalmente reglamentada; no hay ensañamiento, ni el toro debe llegar mermado de facultades, pues en esto radica su ética: que toro y torero puedan perder la vida en la teatralización. En la media que esto último sea más equilibrado la tauromaquia es más grande como arte. ¿Conoces algún verdugo o torturador que ponga su vida en peligro? El torero es el actor que encarna al héroe mitológico que supera el miedo, nuestro miedo, a la muerte y lo convierte en belleza y sólo será considerado como tal si pone en riesgo su vida, de lo contrario no está justificado el daño; se disuelve la ética de la tauromaquia. Por diversas malas prácticas esto ha pasado actualmente con frecuencia y la consecuencia es el desencuentro entre aficionado y toreo.

Ser torero es para siempre, no es una profesión más que en su parte económica, independientemente de su técnica o lucimiento en una corrida particular; eso se lleva dentro. Esto es para responder a tu pregunta sobre el artista y torero Ignacio Sánchez Mejía. De aquí viene esa expresión española que se traslada a otros ámbitos: cuando alguien hace algo por pasión, porque le nace desde dentro,también le dicen torero. ¿Dejó Picasso de ser pintor porque tuviera mucho dinero? Ignacio nunca pudo dejar de serlo porque lo era de verdad, por eso despertaba tanta admiración en otros artistas amigos, a su vez sacerdotes del arte: sentían lo que él.Cuando el artista hace una faena memorable donde arriesga su vida y cuando el toro está en plenas facultades se le grita con entusiasmo incontenido: ¡torero, torero, torero! Es un sacerdote del arte con sacramentos indelebles; en cualquier cultura los ha habido siempre; por eso está tan emparentados sus ritos en una identificación casi religiosa.

Bueno hasta aquí llego, hoy, con esta aproximación a mi pensamiento. Otra cosa son los detalles técnicos de la lidia, la importancia de las plazas, la influencia de cada torero en la historia de la tauromaquia, la evolución de ésta y los aspectos sociales que ella genera actualmente, incluso su futuro legal.

Te doy toda la confianza para que utilices conmigo expresiones de nuestra tierra que yo entiendo perfectamente .
Un abrazo y salud
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F. Enrique
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Re: Apoteosis de José Tomás en Las Ventas (Mayo de 1997)

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La liturgia y el misticismo que convierten un acto determinado o costumbre en religión y por tanto en algo que provoca superstición, fanatismo ciego, devoción sincera y, por qué no decirlo, poder, el ansiado fin último de muchos hombres. Aunque reconozco que en los toros esto es difuso y muy relativo. En los despachos y en la presentación de los toros ha habido trampas, tú estarás más al tanto de ello que yo, pero tú sabes que poco tiene que ver su gravedad con lo que se da en otra de nuestras pasiones; el boxeo y su leyenda más bien negra, literaria y cinematográfica, que quizás sobrepase en mucho la realidad de este deporte que nos llega de la Antigüedad. En los toros esto solo se da en casos extremos y privados como el caso del novillo toreado más de una vez, no sé si eso es posible en campo abierto, cuya lidia nunca olvidaré y me marcó. El torero dista mucho de ser un oficiante de ese rito, no es un sacerdote, es un poeta que edifica versos en su lucha, más titánica de lo que se supone, con el toro, se sorprenderían muchos del estado de forma que deben procurarse incluso en los tiempos vacacionales los toreros, depende de ello una cogida grave, y saben bien que para escribir un buen poema deben estar excelsos en cada suerte, no tomar ventajas, consideradas abusivas por la afición más exigente, respecto al toro, y que han de encomendarse a terminar el poema siendo valientes en la frontera de la temeridad en la más peligrosa de las suertes, la suprema, decisiva para lograr los laureles en la Maestranza o en las Ventas que son las plazas que determinan el triunfo o el fracaso de toda una temporada.
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¡Quién me iba a decir a mí hace apenas diez años que acabaría escribiendo tanta palabra laudatoria en honor de Sabina! Puedo decirte, Óscar, que lo mío con este perro andaluz sin domesticar es una vocación mía tardía que empezó a mirar lo que escribía Joaquín a regañadientes, no quiso medir sus pasos ni degustar su mundo que se manifestaba en constante rebeldía contra todo lo que se mueve con perversas intenciones en esta sociedad que tendría que ser más libre y se arroja siempre a los pies de los poderosos y confía en el paso del tiempo como el remedio infalible para masacrar los sueños. Ahí emerge nuestro torero para mostrarnos que, ante criterios estirados, lo mejor no es conservar lo que nunca hemos tenido sino llegar a la meta, entrar a matar con el convencimiento de que se llega a ello con una faena verdaderamente excelsa en las espaldas y que solo queda la muerte para tocar la gloria, esa línea temida llena de sangre y sueño, a la que Unamuno quería presentir como el último e inolvidable orgasmo sin que nos hubiéramos reservado un solo gramo de fuerzas como si fuéramos un héroe que, en el intento de apuntalar su leyenda, muere para siempre vivir.

Joaquín y Curro Romero tienen paralelismos que los acercan, geniales y capaces de que se discuta acaloradamente con las manos rozando los rostros y la voz descontrolada, el día después de un concierto, si nos dieron las tres con los trofeos en las manos o la voz melancólica y llorosa que evocaba con una tristeza profunda la pérdida de un polvo malogrado por el licor y alentado por unos ojos de gata.
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Re: Apoteosis de José Tomás en Las Ventas (Mayo de 1997)

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Belmonte fue a torear
a la plaza de Sevilla,
le dicen las sevillanas;
Belmonte, vas a morir.

Si me muero que me entierren
en un canasto de flores,
los ojos de mi morena
si tienen pena que lloren
y si no, que cante y ría.

(Popular (con reservas) - Fragmento)
Tengo la inmensa suerte, Armilo, de haber nacido en Andalucía; la tierra de los poetas, los toreros, más que de los toros y de las flores que crecen en los alféizares en la primavera temprana. Toda fortuna puede llevar implícita alguna desgracia a poco que te desvíes del camino. Es posible que en la Andalucía europea las niñas sigan entonando, para acompañar sus juegos, canciones populares con un sentido más trágico que el transmitido por la ternura de sus voces y que los niños en la calle discutan porque ninguno de ellos quiera hacer de toro y, en cambio, todos de torero.

He comprobado que todo regalo que nos llega de forma natural se envenena nás que se fortifica con los avatares de la vida. Pero se da también que personalidades independientes y, a veces, obsesivas, saben cuál es el sendero que sabrá imprimir su huella en el futuro y, a través del amor a su tierra;, se convierten en referentes universales` por sus valores humanos. Soy consciente de que Antonio Machado y Lorca, el arte profundo de Joselito y la sabiduría legendaria de Belmonte que le llegó de la tierra sin percibirlo apenas, y las amapolas del campo de Juan Ramón y los patios cordobeses de las cruces de mayo son terriblemente españoles y así se proyectan y nos identifican en el exterior por parte de muchos exquisitos preocupados por las injusticias que el hombre comete, con tal displicencia que lo convierten en costumbre o tradición, con el hombre. No podemos sacar pecho por los poetas y las flores y enterrar a toros y toreros.
*** *** ***
Valverde es de Murcia, un lugar que también existe, tiene 40 años, hoy competirá contra la generación más precoz y prometedora de la historia del ciclismo, de haber sido un padre temprano podría haberse dado la circunstancia, esa antigua costumbre que se está perdiendo de que los hijos sigan los pasos de sus padres, de que tuviera que esprintar para superar a su hijo en la meta para ganar una medalla y es posible que levantara el pie para dejar paso a su futuro.

Valverde hoy disputa el que, con toda probabilidad sea su último mundial. Ha dejado claro que quiere despedirse de su sustento y su pasión con una medalla olímpica, si es que los Juegos se celebran. Valverde es una de los 7 mejores ciclistas españoles de la historia. Bahamonte, Ocaña, Fuente, Delgado, Induráin y Contador serían los otros miembros de este club de privilegiados. Se da la circunstancia que desde Delgado para los aficionados españoles en este duro deporte solo existe el Tour y el murciano solo ha podido conseguir una simbólica medalla de bronce, en el Tour no se reparten caramelos y, lo tenemos asumidos, que en la Grande Boucle no hay lugar para los hermosos perdedores de Cohen, incluso seguidores de este deporte de leyenda se quedan boquiabiertos cuando le haces la observación de que un determinado ciclista quedó 7º en el recorrido más duro y disputado que se recuerde. Por lo tanto, el corredor de más clase que hemos tenido, tiene que soportar estoicamente su relativo y doloroso anonimato. De haber nacido en el país ciclista por excelencia, en el que ya tendría un monumento que sería más venerado que el del emperador, precisamente poco apreciado en su tierra a pesar de su acusado progresismo para su época, de haber nacido en Gante. A sus cuarenta años, y con toda una larga historia de victorias resueltas a base de quedarle siempre algo cuando había que dar la pedalada definitiva y de fracasos estrepitosos que, en circunstancias normales, serían sonados, no es popular en nuestro país , qué le vamos a hacer, Pablo Iglesias sí.

Todo esto, Armilo, viene a cuento porque, exceptuando al que es, junto a Rafel Nadal, el mejor deportista que hemos tenido, los demás eran toreros, muy toreros. Ocaña, para mí el mejor de todos detrás del navarro, a pesar de no tener un palmarés muy copioso, ganaba carreras realmente buenas y con épica y una capacidad de sufrimiento rayana a la agonía, nada que ver con lo que presenciamos ahora. El último Tour solo ha tenido una etapa, y, desde mi punto vista, tampoco fue de campanas al vuelo. El conquense errático y políticamente desviado, fue el campeón de La Desgracia y el Ataque lejano con visos de no encontrar aliento para llegar a puerto. Fue el único que puso a un monstruo belga contra las cuerdas y, además, cuando el Eddy de un apellido impronunciable estaba en el punto más álgido de toda su carrera cuando impulsado por su competitividad insaciable llegara a esprintar ante la visión cercana de la pancarta reivindicativa de un sindicato.

Presiento que nuestro ilustre compatriota no va a ganar este mundial, sería pedirle demasiado cuando es demasiado viejo para el ciclismo, pero no descartaría un gran puesto, e incluso una medalla si se llega en un pequeño grupo, el circuito para hacerle honor a Ferrari y a Monza, es duro, muy duro, según sus comentarios. Auguro que se quedará en la penúltima cuesta devorado por la brillantez exultante de la Generación de jóvenes más brillante de la historia, el mejor de todos ellos no estará, está convaleciente de una terrible caída que se produjo, creo, en la Milán-San Remo. Aunque es belga es muy flamenco y, por lor tanto, un excelente torero que se proyecta como genial e irrepetible.

Valverde es muy torero, ha tenido compañeros fieles que hacían su labor de subalternos sabiendo que ´lo hacían al proteger a su líder espiritual hasta que llegara la hora de la verdad. Era un caballo ganador y generoso que repartía pródigamente los premios con los compañeros. No sé con qué torero comparártelo, Armilo, pero seguro que merece de sobras el honor de serlo con uno de leyenda. En memoria de mi abuelo nombraría a su torero favorito; Antonio Ordóñez, epílogo genial de la inmortal Escuela Rondeña, esa que Hemingway sintió en sus carnes, para bien y para mal con nombre de mujer.
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Re: Apoteosis de José Tomás en Las Ventas (Mayo de 1997)

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Ya te he hablado, Armilo de la extraña, y, hasta cierto punto, disparatada, sensación ambigua y contradictoria que arrastro sobre el tema que nos ocupa; los animalistas suelen odiarme, y los animalistas, con excepciones notables, saben mucho de odio, que se mueve inquieta y misteriosa, que persistirá en mi alma para siempre hacia el mundo de los Toros y su mística innegable y arrebatadora que alcanza en el corazón incluso a gente sensible, culta e interesante como tú. Mi situación ante este mundo y mi decantación clara por su tarde de sombras se resume en una sola cuestión, pero muy importante, y ya te la he desentrañado en anteriores comentarios; la prevalencia absoluta de la vida sobre el Arte. Con respecto a la naturalidad con que debe aceptar el Toreo un español de mi Generación, la perdida entre el Mayo francés y el Baby-Boom, Toreo te lo resumiría de una forma bizarra que, cómo Joaquín sentencia, dice más de lo que dice; soy ese genovés que, aunque muerto, sigue cantándole al mundo y su verso se grita por la izquierda italiana y los estudiantes como eslogan en las manifestaciones; en una de sus obras menos celebradas se negó a expresarse en italiano, el fracaso y escaso conocimiento de esta obra, seria, problemática y profunda, como todas las de Fabrizio De André, se deduce, precisamente, de ello.

La última vez que estuve en Málaga, por un triste problema moderno que se ha ha destapado como el más importante durante el mortal Confinamiento y que mi mujer no entiende, ni yo tampoco. No entendemos que los viejos, en estos días; no mueran mirando por última vez el crepúsculo por su ventana. Somos unos retrógrados nos gritan y dan un golpe de tuerca pleno de maquiavelismo por el que se sacan las conclusiones de que somos más bien perversos, desalmados y poco amigos de gastar nuestro dinero en lo decidido, sin consulta previa ni opinión, por otros, así lo creen con convicción sincera muchos conocidos que no tienen nada que ver en el asunto. Esta cuestión ha influido negativamente en mi mujer que me ha transmitido con honda melancolía rayana a la tristeza permanente su amargura y su impotencia.

Era un día de verano en Noviembre de 2019 el penúltimo que pudimos ver a mi suegra, después llegaría el Coronavirus, y la capital de la Andalucía Oriental estaba luminosa, y hacia un calor tan intenso que el propio agosto lo envidiaba. Llegamos hacia el mediodía a la Estación María Zambrano y, como de costumbre, vino a buscarnos uno de mis entrañables cuñados. Al día siguiente cuando asomaba el mediodía nos llevó a una marisquería muy popular en Málaga, en verdad, la Bella, regentada por un empresario agradable e inteligente que tuvo la feliz idea de poner un marisco más que aceptable al alcance de todos los bolsillos. Soy fumador compulsivo, es mi gran falta, lo sé, y apenas me había bebido la primera cerveza salí a fumarme el decimosegundo cigarrillo de la mañana, suelo madrugar mucho cuando me siento inquieto y con ganas de escribir, así lo estaba entonces, era muy temprano para un andaluz, acostumbrado como está a prolongar cada velada hasta altas horas de la noche, y en el bar solo estábamos nosotros tres...
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Armilo Brotón

Re: Apoteosis de José Tomás en Las Ventas (Mayo de 1997)

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Mi corazón, cuyo peligro adoro,
no es una mera frase cortesana:
el hombre entero afronta siempre al toro
con peligro mortal. Así se afana.
Jorge Guillén

Hola F. Enrique. Tanto tú como yo utilizamos ciertas metáforas descriptivas que embellecen los textos, estamos en un foro de literatura. Al hablar de religión me agarré al sentido etimológico. La palabra "religión" viene del latín religio, formada con el prefijo re- (indica intensidad), el verbo ligare (ligar o amarrar) y el sufijo -ión (acción y efecto). Entonces "religión" significaría algo así como "acción y efecto de ligar fuertemente ". El torero intenta ligar las fuerzas de la naturaleza, desconocidas y amenazantes, a la racionalidad del ser humano como sufriente de ellas. Esto está en la base de la poesía y la pintura taurina que más impacta y emociona. Lo de sacerdote también quería ser algo metafórico, pues ya sabes que el orden sacerdotal es una marca indeleble, tal como defiende la Iglesia Católica. Ser torero es para siempre. En un triple salto mortal me arriesgué a enlazar la idea de liturgia con los ritos que acompañan a la Tauromaquia; del latín liturgĭa, que a su vez proviene de un vocablo griego que significa servicio público.

Analizar esta manifestación artística, la Tauromaquia, requiere de una perspectiva histórica y una base ontológica y ética, en sentido filosófico, importante. Entender el mundo anti taurino también, para no caer en discusiones estériles y de falta de respeto hacia el pensamiento del otro, tan válido como el nuestro. Haciendo un pequeño resumen, el movimiento anti taurino tiene dos líneas básicas de pensamiento y acción: una que es tradicional y otra de reciente aparición, el animalismo como utopía libertaria. La antigua está sostenida por pensadores, políticos y literatos, fundamentalmente desde la ilustración, siglo XVIII, con figuras relevantes como Melchor Gaspar de Jovellanos, José Cadalso, Jaume Balmes, Leopoldo Alas, Clarín y un largo etc. Intelectuales a los que no les gustaban los toros y los criticaban, y argumentaban, pero sin entrar en acciones de intolerancia; simplemente manifestaban su pensamiento sin ninguna violencia. La otra línea, más activa actualmente, apareció sobre la segunda mitad del siglo XX, con manifestaciones más contundentes de radicalidad e intolerancia, antidemocrática a veces; aunque la democracia no determina la verdad es una base de convivencia social. Está basada, esta última linea, en tres hechos, fundamentalmente: lo principios animalistas del filósofo Peter Singer en Liberación Animal, un libro publicado en 1975, la concepción marxista, ideario materialista del mundo, y el progreso de las neurociencias, cualquier ser es igual a otro. Afirma que los animales tienen los mismos derechos que un ser humano. Como pensamiento actual es una pos utopía, en sentido estrictamente filosófico, del siglo XXI. En el XX fueron las utopías políticas las que generaban acción; cuando se acabaron, por suerte, algunas personas necesitaron tener otras utopías a las que aferrarse. Frente al humanismo, que defiende el especismo, se iniciaron los movimientos de liberación animal, utilizando la misma terminología que se utilizaba anteriormente para defender al hombre: fin de la explotación, liberación de los animales, igualdad de los seres vivos . Esto un movimiento pendular, típico en la historia del hombre; es el contra humanismo de la decepción, yo lo llamo así, que tiende a identificarnos con el animal y el mundo de las mascotas; perfectamente reflejado por Disney en sus películas, es una concepción infantil en el fondo. Nunca podremos elevar al animal, ya está donde debe, somos nosotros los que nos rebajamos. No hay que ser muy avispado para darse cuenta que la masa social es cada vez más manipulable porque hemos perdido capacidad crítica en aras de un sentimentalismo cómodo; es más fácil el impulso que la razón. Hay una cuarta y sutil potencia detrás del movimiento anti taurino: grandes intereses económicos de compañías multinacionales que ponen su dinero en ello: Purina, Nestlé, Mars Incorporated, Procter & Gamble y otras; estas empresas mueven más de veinticinco billones de dólares en alimentos para mascotas, superan el PIB de algunos países del mundo. Como verás nada que ver con el arte, la literatura y la ética, como es patrimonio del mundo taurino.

Sé que terminarás llamándome cabrón, pero cada vez te voy a poner el listón más alto. No debemos de tener complejos ninguno, a los que nos guste la Tauromaquia estéticamente, para que sea parte de nuestra vida y disfrutarla, es perfectamente ética. Otra cosa es que no te guste, como es respetable que alguien no tenga recreo en la poesía y le aburra; no debemos pensar que es un bárbaro por ello.

Un abrazo y salud

N.B. Tengo, cuando pueda, que comentar algo de tus afirmaciones sobre Bukowski, pues creo que su influencia, en determinada poesía actual ,es más importante que la que manifiestas en tu escrito o es que yo lo he entendido mal.
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F. Enrique
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Re: Apoteosis de José Tomás en Las Ventas (Mayo de 1997)

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He tirado varios comentarios que te he escrito, Armilo, a la papelera del olvido, aunque no descarto, si me dejan en paz los problemas, contestar a tu brillante exposición como se merece. Soy mejor, diría que infinitamente mejor, trivialista que ensayista y poeta, y es una pena a la que en la adolescencia de la vejez me voy haciendo. El trivialista nato huye de la profundidad y se centra en datos concretos en cifras exactas de los que no puede (en realidad no quiere) saber más.

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Te hablaré de Bukowski otro día, con otro detenimiento. Creo que lo que he dicho de él es muy claro y refleja fielmente lo que pienso. Como escritor de relatos pienso que es muy bueno, pero no llega, así ocurre con Kerouac, lo nombro precisamiente a él porque lo pienso y lo siento en términos muy parecidos; ni uno ni otro llegan a hacerle sombra a los mejores novelistas de la Generación Perdida. No considero valiosos a ninguno de los dos como poetas. No tienen un aullido, ni un canto épico del dolor rememorando las dificultades de adaptación, la peregrincación que nunca acaba y la muerte de su madre como el Kadish de Ginsberg, no pueden oponer nada que tenga la dignidad del Dylan emergente, arrojado en los brazos de la metáfora mientras la lógica pierde la razón, en plena lucha por los Derechos civiles. Por compararlos con alguien que se acerque a ellos en estilo y, solo en cierta forma, intenciones, añado que no tienen un monumento sombrío y demacrado, de belleza sublime en su fealdad, comparable al que edificó Lou Reed en Berlín, y se añade para fortificar los cimientos de la fama que se le debe, los cinco hitos sentimentales de la Velvet (incluyo al póstumo) y el inevitable monumento a la triste alegría del Nueva York más golfo y desquiciado que tomó vuelo, no tanto como el que merece, en el desconcertante y magistral Transformer.[/align]
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He sido siempre consciente, Pepa, de que he sido un poeta cuyas supuestas virtudes han sido más celebradas por las mujeres que por los hombres. No creas que lo lamento. Es probable que la poesía que más me guste sea la intimista y, en ella, destacan los nombres de mujer, se llamen Rosalía, Alfonsina o Sylvia. Y Eva ¿Por qué no?

Cuando tienes 17 años puede ocurrir que la muerte de una cantante que te gusta te impacte tanto como la de un vecino con el que te cruzas todos los días. Nunca olvidaré la mañana en la que me comunicaron la muerte de Cecilia en un estúpido y evitable accidente de tráfico. Acabó con ella un carro, creo que tirado por bueyes, que no llevaba luces de señalización.
Ayer tuve una pequeña conversación con nuestra Pepa, poeta valiosa y, a veces brillante, y amiga de todos en este Foro,a pesar de que últimamente intervenga poco en él en la Red Social más famosa, Armilo. Se dieron cita cosas curiosas, la que más para mí fue que llegamos a escribir los dos al mismo tiempo, que leí Orson Welles en vez de Oscar Wilde y, por encima de todo, que hice una pequeña descripción de mí mismo que en un principio no iba más allá de una boutade de enfant terrible con ansias de oraciones protoliterarias. Te reproduzco solo algunas cosas que dije, mientras aún rumio la soledad y el anonimato resultante de constatar el retrato pseudo- psicológico de mí mismo que me ha llegado por azar. No soy racista, ni misógino, ni intolerante, pero me veo desterrado en el mismo desierto sentimental de él y haciendo poesía con las llamas leves del crepúsculo.
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El añorado tío Ethan es racista e irracional, Pepa, odia más que ama, quizás, el mejor secreto guardado de Ford, porque fue novio o se hizo ilusiones con la muchacha que después se casaría con su hermano. Combatió en la Guerra Civil, parece que convencido, con los Confederados, es decir los malos, los esclavistas, los que perdieron. Desprecia continuamente a su sobrino adoptado que se empeña y sorprendentemente consigue, en acompañarle en la búsqueda desesperada de la niña perdida porque es medio indio, cuando encuentra a su sobrina a la sobrina que sobrevivió al ataque de los indios a la familia de granjeros y la encuentra casada, creo que con Cicatriz, el ser más odiado para un hombre que hizo del odio su marca más característica, y ella, asustada, le dice que ya no quiere volver, que ya no es lo que era, aunque es solo una apariencia, está a punto de pegarle un tiro. Todo un personaje, para la película más poética de la Historia del Cine. Dicen los entendidos que tiene clamorosos fallos narrativos que no se explica nadie. No me importa. Ethan es el desterrado de todas las naciones, un poeta del Mundo arcaico, un héroe arrogante, amargado y melancólico que no se gana la admiración de nadie. No alcanzo a comprender cómo en la versión difundida en la América de habla española se atrevieron a traducir a "Los Buscadores", su título original, por "Más fuerte el amor que el odio". Seguramente estaban traduciendo a la vez "El Gran Dictador" y equivocaron los papeles...
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Sí, Pepa, también dijo otras lindezas que nos dan una una medida de su arrogancia y falta de empatía hacia los que son diferentes y considera inferiores, como esa en la que decía que había mucha gente que se cuidaba mucho de hablar con la boca llena pero que no se preocupaba de hacerlo con la cabeza vacía, Un genio que corrigió al mismísimo Shakespeare en la magistral y triste hasta la muerte "Campanadas a medianoche." Película española hasta la médula que se la llevó Suiza por eso de las ventajas fiscales. Perdona, Pepa, creía haber leído Orson Welles.
Convendrás conmigo que algunas de las cosas que he dicho tiene mucho que ver con el controvertido Mundo de los toros.
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Unos versos caídos en el cielo de la noche
me recuerdan la soledad del mundo cuando no estás,
la tristeza de una sonrisa que no puede desplegarse
cuando no encuentra el camino de tus labios./align]
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F. Enrique
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Re: Apoteosis de José Tomás en Las Ventas (Mayo de 1997)

Mensaje sin leer por F. Enrique »

"Hemos nacido en este tiempo y debemos recorrer el camino hasta el final. No hay otro. Es nuestro deber permanecer sin esperanza de salvación en el puesto ya perdido. Permanecer como aquel soldado romano cuyo esqueleto se ha encontrado delante de una puerta en Pompeya que murió porque al estallar la erupción del Vesubio nadie se acordó de licenciarlo. Eso es grandeza. Eso es tener raza. Ese honroso final es lo único que no se le puede quitar al hombre."

align=right]Osvald Spengler, 'El hombre y la técnica'.
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(Cambiaría hombre por toro y resultaría casi igual de estremecedor, pero el bravo no se detiene y piensa para embestir ni perseguir al objetivo más deseado que luce una gallarda chaquetilla de otros tiempos. No sabe que lo mejor sería buscar las tablas y rehuir la lucha
que busca con fe al torero, mejor haría haciéndolo, crisantemo cerrado que no huele, con las puertas del corral ya cerradas que se abrieron, doce minutos antes, para su muerte.)
Como un hoplita desarmado en el sendero
que no sabe detener la avalancha
y la afronta sabiendo su destino.
(Los persas)
Hubiera querido escribir una poesía que asustara a las monjitas e hiciera entornar los ojos a la nutrida tropa nerudiana mientras toma el té a la sombra de la Koutubiya. Pero Brel no es así, nos recuerda que las espinas suelen tener rosas cuando encuentran la magia tortuosa de una declaración de amor tejida con los hilos de la inseguridad, el dramatismo inherente a un poema que se arrastra en el sendero de una rima cuando no quedan palabras, la reminiscencia de muerte de cada letanía que se desgrana, como si fuera la última esperanza de un profeta, teniendo como escenario un crepúsculo otoñal que no puede volver atrás para embriagarse de luz. A pesar de todo enamorarse es maravilloso.

Pero conozco a mucha gente que nunca se ha enamorado aunque creyera en el amor y otros que han sabido, sin creer en él, de sus alegrías que se desarrollan en los primeros momentos y de su cruz que casi siempre llevamos al hombro.

(Reflexiones sentidas escuchando "Ver a un amigo llorar" de Brel - F. E. León)
No me creo la humildad de la mayoría, Armilo, es algo que casi todos consideran que se debe hacer y muy pocos lo ejercen con sinceridad. Estoy orgulloso de haber peleado dignamente contigo en un debate sobre un tema que dista mucho de ser el mío me he quedado con la épica de su lucha, con la transparencia de sus reglas y su rico vocabulario, pero no crea que me queden ganas de asistir a una corrida.

Aparte de jugando al trivial, donde más destaco es en el Deporte, hasta mis hijos reconocen el peso de mis análisis apriorísticos cuando hablo del destino de una copa. Cada mensaje que te dejaba a ti, y, de alguna manera a Luis, era terriblemente sopesado hasta el punto de que mi velocidad de escritura se redujo hasta un tercio. He aprendido mucho de ti en este debate, de él, apenas nada de los antitaurinos, animalistas o veganos. Creo que la razón principal es que se centraba en mostrar su posición de una forma reiterada y obsesiva sobre un asunto controvertido sin hablar ni querer conocer las dimensiones gigantescas de los cimientos que lo sustentan, bien porqué no quiere profundizar en las causas y solo desea mostrar los síntomas o, simplemente, porqué no las conoce.
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Jorge Salvador
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Re: Apoteosis de José Tomás en Las Ventas (Mayo de 1997)

Mensaje sin leer por Jorge Salvador »

F. Enrique escribió:
"Hemos nacido en este tiempo y debemos recorrer el camino hasta el final. No hay otro. Es nuestro deber permanecer sin esperanza de salvación en el puesto ya perdido. Permanecer como aquel soldado romano cuyo esqueleto se ha encontrado delante de una puerta en Pompeya que murió porque al estallar la erupción del Vesubio nadie se acordó de licenciarlo. Eso es grandeza. Eso es tener raza. Ese honroso final es lo único que no se le puede quitar al hombre."

(Cambiaría hombre por toro y resultaría casi igual de estremecedor).

Osvald Spengler, 'El hombre y la técnica'.
Como un hoplita desarmado en el sendero
que no sabe detener la avalancha
y la afronta sabiendo su destino.
(Los persas)
Hubiera querido escribir una poesía que asustara a las monjitas e hiciera entornar los ojos a la nutrida tropa nerudiana mientras toma el té a la sombra de la Koutubiya. Pero Brel no es así, nos recuerda que las espinas suelen tener rosas cuando encuentran la magia tortuosa de una declaración de amor tejida con los hilos de la inseguridad, el dramatismo inherente a un poema que se arrastra en el sendero de una rima cuando no quedan palabras, la reminiscencia de muerte de cada letanía que se desgrana, como si fuera la última esperanza de un profeta, teniendo como escenario un crepúsculo otoñal que no puede volver atrás para embriagarse de luz. A pesar de todo enamorarse es maravilloso.

(Reflexiones sentidas escuchando "Ver a un amigo llorar" de Brel - F. E. León)
No me creo la humildad de la mayoría, Armilo, es algo que casi todos consideran que se debe hacer y muy pocos lo ejercen con sinceridad. Estoy orgulloso de haber peleado dignamente contigo en un debate en un tema que dista mucho de ser el mío. Aparte de jugar al trivial, donde más destaco es en el Deporte, hasta mis hijos reconocen el peso de mis anális apriorísticos. Cada mensaje que te dejaba a ti, y, de alguna manera a Luis, era terriblemente sopesado hasta el punto de que mi velocidad de escritura se redujo hasta un tercio. He aprendido mucho de ti en este debate, de él, apenas nada de los antitaurinos, animalistas o veganos. Creo que la razón principal es que se centraba en mostrar su posición de una forma reiterada y obsesiva sobre un asunto controvertido sin hablar de los cimientos que lo sustentan, bien porqué no quiere profundizar en las causas y solo desea mostrar los síntomas o, simplemente, porqué no las conoce.
Enrique, los antitaurinos no tenemos que enseñarte nada, ni a ti ni a nadie. No sé los demás, yo soy antitaurino por empatía y porque mi conciencia se escandaliza ante la tortura de cualquier ser vivo, pero no soy quien para dar lecciones a nadie.
Sólo te pido que leas el comentario de Armilo (al que desde aquí ruego me perdone por no haber contestado) dirigido a mí sobre la tortura que sufre el toro desde que sale de la dehesa hasta que llega al matadero. Él lo niega, pero te aseguro que está muy bien documentado. Si después de leerlo, amigo, sientes indiferencia, tú eres taurino. Yo te respeto si lo eres como si no, pero ¿qué puedo enseñarte? Sentir es del corazón, no de la mente.
Estás discusiones o debates siempre acaban en falta de entendimiento y, cada cual, defendiendo su postura con uñas y dientes, eso en el mejor de los casos. Por eso no he intervenido más, pero te aseguro que me ha resultado muy interesante.
Un abrazo con mis respetos
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Luis M
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Re: Apoteosis de José Tomás en Las Ventas (Mayo de 1997)

Mensaje sin leer por Luis M »

Hace tiempo que he dejado el debate, Enrique. Te agradecería mucho que no hicieras más alusiones a mi persona. No me vas a provocar para que vuelva a debatir (pues me juego que me echen del foro). Los "cimientos que sustentan" mis ideas te los ha explicado perfectamente Jorge Salvador (que por cierto acaba de hacer un comentario genial y muy acertado). Gracias y un saludo.
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F. Enrique
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Re: Apoteosis de José Tomás en Las Ventas (Mayo de 1997)

Mensaje sin leer por F. Enrique »

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Te entiendo perfectamente, Jorge, y no menté tu artículo en las referencias porque te añadiste un poco tarde a la fiesta, al menos para mí, yo rezumaba el cansancio de volver a hablar sobre lo mismo y escuhar lo mismo, con la excepción que ni oculto ni niego y estaba clara mi incapacidad para asimilar tanta información nueva como había propiciado el debate. Creo, al contrario que tú, que para discutir sobre algo hay que argumentar razones que posibilitarían cambiar o no nuestra opinión sobre el asunto que se trate. También pienso, aunque reconozco que, quizás, no lo haya demostrado que los posicionamientos de los jóvenes siempre hay que acogerlas con reservas. Todos hemos sido joven alguna vez, pero me gusta sentirlo en el sentido pasoliniano de la eterna juventud emocional, y en ese sentido pienso que nunca dejaré de ser joven. ¿Quién puede decir que nunca de joven actuó o pensó como un descerebrado?

Puedes pensar que no soy una persona insensible cuan digo que el tema de los Toros lo he dejado aparcado por el impacto que me produce el que estemos perdiendo a nuestros viejos mirando a la pared de una residencia? Y te contestaría que me siento una persona sensible, y ese sentimiento hacia los viejos es una prueba fehaciente de ello. Creo que te he dado explicaciones y que es lo correcto aunque el ideario burgués defienda la privacidad como un síntoma inequívoco de independencia.

Muchas gracias. Un abrazo.
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Rafel Calle
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Re: Apoteosis de José Tomás en Las Ventas (Mayo de 1997)

Mensaje sin leer por Rafel Calle »

Creo que es mejor que vayamos terminando con este tema, amigo Enrique, se ha estirado hasta lo impensable. Es de suponer que has dicho mucho del asunto y ahora, bueno, ahora o hace varios pueblos, es más de lo mismo. Además, por favor, cuando alguien no quiera que se le mencione, aunque sea solo por lógica, no se le tiene que mencionar.
Gracias anticipadas.
Abrazos.
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F. Enrique
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Re: Apoteosis de José Tomás en Las Ventas (Mayo de 1997)

Mensaje sin leer por F. Enrique »

Ya sé, Rafel, lo sé muy bien, que callar no es asentir cómo se dice con poco tacto y mucha frecuencia, pero creo que había algo que añadir por mi parte, que quien ofende suele descalificarse por sí mismo sin que el ofendido tenga que poner absolutamente nada de su parte. Pero creo que, en este caso, me dejaban las circunstancias algo que aclarar, y lo he hecho. Pensar es un privilegio que no todo el mundo tiene, pero duele muy a menudo.

Comprendo, Rafel, que el papel de moderador es difícil y bastante desagradecido, que ser neutral implica estar en la mira de la ira de los combatientes, pero en mi subjetividad, lo reconozco, pienso que no he entrado al trapo y siempre he sido guiado por el espíritu de la razón y las buenas palabras.

Acabo sin drama ni alegría mi intervención en este debate que ha contado con poca participación pero ha sido de calidad.

Muchas gracias, Rafel.
***
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