Lo leí y me maravillé, pero esa prisa que nos lleva de las narices conspiró para que dijera algo, hoy veo que fue elegido para estar allí arriba y me alegra mucho, porque lo merece, porque afirma que la poesía es aún posible, y que obviamente no es una suma de sílabas o rimas conso o asonantes.Sandra Gª Garrido escribió:Huele a antiséptico.
El olor de la sangre seca
se impregna a la ropa
y deja su rastro por todas las habitaciones.
Huele a frio, a blanco frio, a verde frio.
No, así no huele la esperanza.
Tal vez un depósito de cadáveres
o un frigorífico con carne de bueyes muertos.
Una cortina siega la estancia,
corta una a una las voces
y un tragaluz me devuelve el reflejo
de un día frio.
Afuera llueve,
las nubes cubren al sol de la inocencia
y adivinan bisturíes.
Ella duerme,
su inconsciencia es el bálsamo
sus despertares solo piden agua
Y su madre impotente
no puede tener su sed
no puede besarle agua.
Una lluvia de cuchillos
cercan su miedo.
(Sana, sana, culito de rana, si no te curas hoy te curarás mañana)
Todo irá bien. Los extraños verdes son ángeles
y el dolor de los niños frágil en el recuerdo.
Un placer de verdad, abrazos, Luna.-