Hoy te escribo

[Bruno Laja]

Felicidades, María José, el poema es una bellísima introspección. Abrazos.

[Hallie Hernández Alfaro]

Muy hermoso, María José; un gustazo aplaudir tu poema y la merecida distinción.

Salud y felicidad.

[Josefa A. Sánchez]

Me alegro mucho de verte ahí arriba, en un lugar que, sin duda alguna, se merece el poema. Enhorabuena por el reconocimiento y enhorabuena a mi por tener el privilegio de leerte.
Un abrazo.
Pepa

[Pablo Ibáñez]

Maria José,

enhorabuena por la distinción. Me ha gustado mucho el poema, muy sentido, muy bien llevado.

Un abrazo.

[María José Honguero Lucas]

MMartinez, Pepa, Luis, Rafel, Pio, Celia, Pilar, Ramón, Óscar, Manuel, J.Paz, Carlos, José Manuel, Bruno, Hallie, Pablo...
Muchas gracias a todos por estar, por vuestras palabras de apoyo y por hacerme disfrutar con vuestra poesía.
Un abrazote

[Raul Muñoz]

Un precioso y romántico poema, escrito con los latidos del corazón; llegan lejos, muy lejos, y se escuchan dulces.

Me alegro, María José, por la merecida estrella.

Un abrazo.

[Alfonso Espinosa]

María José Homguero
Poema intenso, cuajado de belleza de principio a fin.

Eres grande: un gustazo leerte.

Un beso

Alfonso Espinosa

[Marisa Peral]

Hoy te escribo a ti,
a esa sombra que cuaja entre la lluvia,
al desliz angosto
por donde gotean mis sueños más prohibidos.

Te escribo
porque quiero invertir las maldiciones
que te hicieron marisma,
abrevadero de ansias vespertinas,
porque quiero olvidarte mientras quiero
cincelarte en mi pecho desvelado.

Porque anhelo las noches
en que un beso de los nunca dados
erigía mis penumbras
a la eclosión de una estrella
o una palabra, infinita en su reverso,
devanaba el perfil de los océanos.

Porque siento en los labios
el prisma enloquecido de tu boca
deshecha en despertares,
porque ansío esos versos imperfectos
engendrados de una sístole conjunta
y muero, en cada inconsciencia,
por tu calor firmado entre mis brazos.

Hay distancias como universos incompletos,
olvidos a medio hacer,
retales,
convicciones de un adicto a la mentira
o el descenso de un párpado despierto
y no son suficientes,
no para un abismo construido con miradas,
con ladrillos de carne recién hecha
o para un horizonte pintado entre las ascuas
de algún invierno roto,
hay distancias que son como alfileres
clavándose en la piel en cada pulso
y te llueven encima, en un respiro,
su dolor translúcido.

Por eso te escribo,
porque hay veces que un destierro
no vale un camino,
porque añoro la sed, la muerte cíclica
que tu amor engendra.

Y mañana no sé si seré capaz de recordarlo.

Un lujazo tu poema María José, gracias por compartir tanta belleza
Felicidades por el reconocimiento muy merecido.
Abrazos.

[Arturo Rodríguez Milliet]

Me alegra este merecido reconocimiento que me ha permitido acercarme
por primera vez (y de qué manera) al lirismo de tus líneas.

Mi felicitación y un abrazo.

[Vicente Fernández-Cortés]

Ya sabes, María José, de la conmocción que tus versos me provocan siempre. Estos en particular me ponen de aquella manera.

Un gran beso para ti.

[Liz Barrio.]

Versos bellísimos que por supuesto merecen reconocimiento.
Muchas felicidades, poeta.
Abrazo grande y fuerte

[Gerardo Mont]

Un merecido reconocimiento a un poema que merece ésto y más. Un gusto leerte poeta. Un gran abrazo navideño.

[Julio Bonal]

Un muy hermoso y muy bien escrito poema, con sensibilidad y talento. La penúltima estrofa es conseguidísima en su articulación y ejoción expresiva.

[Miguel Angel Fernández]

Hoy te escribo a ti,
a esa sombra que cuaja entre la lluvia,
al desliz angosto
por donde gotean mis sueños más prohibidos.

Te escribo
porque quiero invertir las maldiciones
que te hicieron marisma,
abrevadero de ansias vespertinas,
porque quiero olvidarte mientras quiero
cincelarte en mi pecho desvelado.

Porque anhelo las noches
en que un beso de los nunca dados
erigía mis penumbras
a la eclosión de una estrella
o una palabra, infinita en su reverso,
devanaba el perfil de los océanos.

Porque siento en los labios
el prisma enloquecido de tu boca
deshecha en despertares,
porque ansío esos versos imperfectos
engendrados de una sístole conjunta
y muero, en cada inconsciencia,
por tu calor firmado entre mis brazos.

Hay distancias como universos incompletos,
olvidos a medio hacer,
retales,
convicciones de un adicto a la mentira
o el descenso de un párpado despierto
y no son suficientes,
no para un abismo construido con miradas,
con ladrillos de carne recién hecha
o para un horizonte pintado entre las ascuas
de algún invierno roto,
hay distancias que son como alfileres
clavándose en la piel en cada pulso
y te llueven encima, en un respiro,
su dolor translúcido.

Por eso te escribo,
porque hay veces que un destierro
no vale un camino,
porque añoro la sed, la muerte cíclica
que tu amor engendra.

Y mañana no sé si seré capaz de recordarlo.

Hola María:


No me cabe la menor duda de que tu poema es excelente y no lo digo por el hecho de que haya sido premiado sino por la musicalidad que tiene. Sin embargo yo que estoy acostumbrado a escribir clásica siguiendo una estructura y un metro, me pregunto ¿qué orden seguis vosotros?.
¿Donde debe empezar y terminar un verso?. ¿Cuantas sílabas ha de tener?.
Digo esto además porque no descarto la idea de escribir en un futuro verso libre pero siento esa curiosidad del niño que quiere andar y empieza a dar sus primeros pasos.


Un saludo.


Miguel Angel.

[María José Honguero Lucas]

[B]Raul Muñoz[/B], [B]Alfonso Espinosa[/B], [B]Marisa Peral[/B], [B]Arturo Rodríguez Milliet[/B], [B]Vicente Fernández-Cortés[/B], [B]Liz Barrio.[/B], [B]Gerardo Mont[/B], [B]Julio Bonal[/B], [B]Miguel Angel Fernández[/B], muchísimas gracias por vuestra lectura y apoyo. Hay veces, por distintas razones, que una busca y busca y no termina de sentirse satisfecha con lo que escribe.
Vuestras palabras me infunden ánimo y me hacen sentir que no estoy tan desviada del camino.

Miguel Ángel un día hablaremos sobre cierta conversación que tuve con un poeta amigo que me dio ciertas pautas a la hora de escribir, aunque, sinceramente, no tengo unas reglas prescritas.
Decir que únicamente me guío por el instinto no sería del todo cierto, puesto que el ritmo es vital, pero sí que me dejo llevar, a veces demasiado, por los sentimientos. Considero que un poema tiene que atravesar la piel del que lo lee, y esa es mi única pretensión, unas veces con más éxito que otras.
Eso no quita que me muera por el soneto perfecto, porque me muero, me parece muy difícil conjugarlo todo y siento un gran respeto (y algo de envidia) por los que lo consiguen.
Un abrazo