Confesiones sobre el árbol (V)-

[Rafel Calle]

Muchas gracias, amiga Mirta, te garadezco el comentario y me alegra que te haya gustado el poema.
Un cordial abrazo.

[Rosa Marzal]

Una reflexión sobre esa humana necesidad de establecer vínculos, de ramificarse. Me ha gustado este despojarse de hojas y dejar al descubierto la propia savia. Estupendo poema, Rafel. Destaco también la última estrofa, me parece soberbia. Un abrazo.

[Rafel Calle]

Muchas gracias, amigo Manuel, te agradezco el comentario y me alegra que te haya gustado el poema.
Un cordial abrazo.

[pio espejo]

O si el amor es altura
como el árbol que intuyo y hay un vértigo de nubes que lo quieren regar
más allá de los días, si la savia emociona al ramaje o a los vínculos
que son maneras de sentir una legendaria cercanía.




Eso, eso amigo Rafael, pregúntale al pino y después nos das la respuesta, o déjalo así, tal cual, que cada uno se la imagine. Yo por mi parte me conformo con la belleza de la pregunta y resalto ese final para enmarcar.

Abrazos y felicidades por tan bellas reflexiones.

Pio

[Mirta Elena Tessio]

VALE UN DOBLE COMENTARIO PARA SER LEIDO.RELEIDO.
ABRAZO AL ARBOL EN TU DELIRIO.

[Rafel Calle]

Muchas gracias, amigo Mguel Ángel, te agradezco el comentario y me alegra que te haya gustado el poema.
Un cordial abrazo.

[Miguel Angel Fernández]

¿Sabes? me tengo que rendir a la evidencia, el tiempo hace mella en la memoria,
se me olvida que más crudo que purgar la penitencia a causa de una intelectualidad
inapetente, desván de mi trayectoria, mucho más crudo
es sentir la machacona decrepitud en una solitaria pequeñez de cámara mortuoria.

Veamos, por un día me propongo salir del cascarón, deslizarme lentamente
más allá del perfil acostumbrado, deslizarme sobre el tibio continente
de tu personalidad. A tu lado, huir de la ingratitud de un carácter íntimamente
medroso, guarida del guerrero o amazona lastimados por la incapacidad
de conseguir la comunión de los afectos, vencidos a las carencias del encanto.

Y no es que me sienta viejo ni verde, el hombre tiene la edad de la mujer que ama,
pero quiero preguntarle al perfume del insolente pino que ahora se prodiga
en dos ramas primordiales, si los árboles sienten y padecen, si las piñas son frutos
de un precario destino, si por ser natural el bosque se resiente. O si el amor es altura
como el árbol que intuyo y hay un vértigo de nubes que lo quieren regar
más allá de los días, si la savia emociona al ramaje o a los vínculos
que son maneras de sentir una legendaria cercanía.

Estimado Rafael:

Aunque como ya he dicho, yo soy un poeta de Clásica debo reconocer que tus versos tienen un ritmo y una musicalidad encomiable, y todo ello aderezado con unas excelentes métaforas por lo que el conjunto de tu trabajo es harto meritorio. Me encantó particularmente aquello que dices de
"...el hombre tiene la edad de la mujer que ama". Es una verdad como un templo.
No cabe duda que seguiré disfrutando de tu poesía.

Un abrazo.

Miguel Angel.

[Rafel Calle]

Muchas gracias, amiga Laura, te agradezco la lectura y el comentario. Los compis me tienen en gran estima, a juzgar por sus amabilísimos comentarios y, sí, creo que soy afortunado por ello.
Abrazo, fuerte.

[Rafel Calle]

Rafel,

me ha gustado mucho el poema amigo. Creo que tiendes cada vez más al verso largo, a la prosa, a la prosa poética o al versículo. Y me da la impresión que es porque así es como discurre tu manera de pensar. Dicen que la poesía de uno, la voz propia, se acaba ajustando a la música interna del pensamiento de cada uno, forjado por la experiencia, las creencias, las aspiraciones, las necesidades de uno. Y me da la impresión de que en ese ritmo de fraseo largo y detallado es donde te encuentras más cómodo

"se me olvida que más crudo que purgar la penitencia a causa de una intelectualidad
inapetente, desván de mi trayectoria, mucho más crudo
es sentir la machacona decrepitud en una solitaria pequeñez de cámara mortuoria. "

Evidentemente no es lo mismo un discurrir como el anterior que un verso tipo:

Solitaria pequeñez
etc

No es lo mismo. La elección del discurrir no es baladí, el estilo lo define todo, en mi opinión, incluso los temas se ajustan a esa voz, a esa "música del pensamiento" Tu elección, desde mi óptica, es difícil y valiente.

Un gran abrazo, amigo.

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Muchas gracias, amigo Pablo, te agradezco el comentario y me alegra que te haya gustado el poema.

Bueno, en realidad, que sean versos largos medios o cortos, no tiene mucha importancia, ya que si los fraccionáramos no cambiaría nada, ni siquiera el ritmo. Como quiera que los campos rítmico-melódicos coinciden con los sintáctico-semánticos, si acortáramos los versos, estos seguirían teniendo vida propia, sentido por sí mismos, sin necesidad del anterior o del siguiente, aunque ambos podrían completar el significado.

En este poema trato de mostrar, estructuralmente, el verso multimétrico que venimos predicando en Alaire.

Por cierto, es posible que en febrero nos veamos en Madrid, Luis Oroz presenta un libro en la Complutense.
Un fuerte abrazo.

[Alan Domingo]

Enorme. Sinceramente Rafa, es un soberbio poema, no te lo digo por amistad, solo que es lo que pienso. Piénsate lo de escribir en catalán, serías un referente.
Abraçada forta, amic meu.

[C.P. Fernández]

Enhorabuena, Rafael. Un placer.

Un abrazo.

[Óscar Distéfano]

¿Sabes? me tengo que rendir a la evidencia, el tiempo hace mella en la memoria,
se me olvida que más crudo que purgar la penitencia a causa de una intelectualidad
inapetente, desván de mi trayectoria, mucho más crudo
es sentir la machacona decrepitud en una solitaria pequeñez de cámara mortuoria.

Veamos, por un día me propongo salir del cascarón, deslizarme lentamente
más allá del perfil acostumbrado, deslizarme sobre el tibio continente
de tu personalidad. A tu lado, huir de la ingratitud de un carácter íntimamente
medroso, guarida del guerrero o amazona lastimados por la incapacidad
de conseguir la comunión de los afectos, vencidos a las carencias del encanto.

Y no es que me sienta viejo ni verde, el hombre tiene la edad de la mujer que ama,
pero quiero preguntarle al perfume del insolente pino que ahora se prodiga
en dos ramas primordiales, si los árboles sienten y padecen, si las piñas son frutos
de un precario destino, si por ser natural el bosque se resiente. O si el amor es altura
como el árbol que intuyo y hay un vértigo de nubes que lo quieren regar
más allá de los días, si la savia emociona al ramaje o a los vínculos
que son maneras de sentir una legendaria cercanía.

Una tremenda alegoría, un desborde de la imaginación poética. Confesión trepado a un árbol, o confundido en la esencia del ser árbol. Y en medio de todo ese despliegue de exuberancia visual, hallar la razón del existir, del amar, del ir muriendo. Sinceramente, vengo leyendo este poema varias veces, y su profundidad me hechiza, me hace ver que la poesía es creación de universos, de insospechadas miradas a la vida.
En cuanto a la forma, estimado compañero, descompaginas mis convicciones. Me exiges adentrarme en territorios que me desconectan con lo aprehendido por mí hasta ahora. Pero, de igual manera, me encanta que así sea. Estamos aquí para aprender, para asistir a estruendos propios de la capacidad de auténticos creadores.
Me siento afortunado de ser parte de este insigne foro.

Un abrazo enorme, Rafel.
Óscar

[Rafel Calle]

Muchas gracias, amiga Virginia, te agradezco el comentario y me alegra que te haya gustado el poema.
Un cordial abrazo.

[Laura Villa]

Preciosísimo, Rafa, un gustazo de lectura. Besos.

[María José Honguero Lucas]

No sé por qué no te había comentado el poema si lo he leído varias veces y siempre la una me ha gustado más que la anterior. Supongo que será que creía que ya lo había hecho.
Me gusta mucho Rafel, es un poema magnífico.
Un abrazo