Editorial Alaire

.El frutero

Se posan en el frutero las manzanas
y en mezcolanza de estaciones, también peras
y membrillos,
mandarinas, melocotones y naranjas
junto a uvas y fresas. Cosa rara,
extraña eclosión de naturalezas
ajena a los climas y al sol
y las rotaciones de los planetas.

Son en los ojos las frutas la luz en sus colores,
la vida madurando sabores de aguas dulces
y amargas texturas de deseos. Qué muerte
yace en el fondo del frutero cuando sé ya otra luz
en la boca,
ya otra la despedida.

Mientras brilla la abundancia multiplicada en carnes
de sensuales tactos, qué plenitud
de días y aromados sueños, qué íntima sensación
de eterna dicha. Pero es otra
la sombra que desvela
y extiende sus mercurios calientes en la sangre.

Las moscas sobreviven los inviernos. Hay
néctares espesos en los ojos y las pieles
entregadas al amor del acero acuchillado del tiempo. Los esqueletos
de las frutas
reposan en porcelana su belleza
sin armonía.
Retumba en el aire contenido el silencio de los colores;
se cuentan las sombras de la quietud en la ausencia
del aliento.

Un olor ácido duerme en el fondo de la memoria
de las cosas
y en el vacío espacio abierto
acre
de la boca
del frutero.
González Alonso
Nº de versos: 36 (Total: 199)

Este hermoso poema despierta los sentidos y los llena de color, sabor y luz. Felicidades
Besos
Pilar

Una preciosidad Julio, pintas un cuadro en este poema, se nota el pincel del alma. Hay toda una búsqueda del alma, supongo que al igual que el pintor, cuando pudiera pintar un frutero. En este caso la pintura es la palabra.

Resalto estos versos, que me impactaron, veo aquí nombrar la ausencia del tiempo, que se escapa.

"...Pero es otra
la sombra que desvela
y extiende sus mercurios calientes en la sangre. "


Mi enhorabuena,


Un abrazo.

Son en los ojos las frutas la luz en sus colores,
la vida madurando sabores de aguas dulces
y amargas texturas de deseos

Lo he disfrutado, encantador.
Saludos

Pilar Morte escribió:Este hermoso poema despierta los sentidos y los llena de color, sabor y luz. Felicidades
Besos
Pilar

Gracias, amiga Pilar, por llegar a este frutero y la vida de los sentidos. Con un abrazo.
Salud.

Hermosísimo e interesante este bodegón poético. Que debemos de leer varias veces porque el autor va más allá de sabores, colores y dulces sensualidades. Ya que Julio nos propone en este poema una lectura muy inteligente y profundamente reflexiva.


Salud, y ostras con limón.

Raul Muñoz escribió:Una preciosidad Julio, pintas un cuadro en este poema, se nota el pincel del alma. Hay toda una búsqueda del alma, supongo que al igual que el pintor, cuando pudiera pintar un frutero. En este caso la pintura es la palabra.

Resalto estos versos, que me impactaron, veo aquí nombrar la ausencia del tiempo, que se escapa.

"...Pero es otra
la sombra que desvela
y extiende sus mercurios calientes en la sangre. "


Mi enhorabuena,


Un abrazo.

Hay búsqueda y hay cuadro. Un bodegón, como bien apunta Ferreiro. Y hay lo que tú mismo subrayas, descomposición y muerte detrás de la vida. Nada nuevo, ¿verdad? Gracias por tus palabras y amable presencia, Raúl. Con un abrazo.
Salud.

Espectacular, como siempre. Partiendo de un tema tan cotidiano, aparentemente plano, tu enorme capacidad despierta del frutero la luz de la vida, estaciones, climas, soles y planetas, el universo entero y el tiempo entero comienzan de pronto a girar en torno a esas humildes piezas que esperan el cuchillo. El observador no puede más que contemplarlo extasiado y registrarlo bellamente, compartirlo leal y claramente con el lector y hacerse todo uno -frutero, poeta, lector y universo-.

Me ha encantado, amigo.

Un abrazo.

Ernesto Ravelo escribió:Son en los ojos las frutas la luz en sus colores,
la vida madurando sabores de aguas dulces
y amargas texturas de deseos

Lo he disfrutado, encantador.
Saludos

Un placer frutal, amigo Ernesto. Salud.

J. J. M. Ferreiro escribió:Hermosísimo e interesante este bodegón poético. Que debemos de leer varias veces porque el autor va más allá de sabores, colores y dulces sensualidades. Ya que Julio nos propone en este poema una lectura muy inteligente y profundamente reflexiva.


Salud, y ostras con limón.

Creo que, como indicas, algo va más allá de las pinceladas frutales de este bodegón. Todo lo que vive y pervive en la sensualidad de la vida nos llega con sus sensaciones hasta el final de la misma vida, que se nos hace efímera. Un abrazo agradecido por tu sabia lectura y atento comentario, amigo Ferreiro.

Como las ostras no son de mi gusto, le dedico el recuerdo a los impagables percebes.
Salud.

Pablo Ibáñez escribió:Espectacular, como siempre. Partiendo de un tema tan cotidiano, aparentemente plano, tu enorme capacidad despierta del frutero la luz de la vida, estaciones, climas, soles y planetas, el universo entero y el tiempo entero comienzan de pronto a girar en torno a esas humildes piezas que esperan el cuchillo. El observador no puede más que contemplarlo extasiado y registrarlo bellamente, compartirlo leal y claramente con el lector y hacerse todo uno -frutero, poeta, lector y universo-.

Me ha encantado, amigo.

Un abrazo.

La calidad de tu comentario está fuera de toda duda, así como tu amabilidad. Gracias, Pablo. Con un abrazo.
Salud.

Leo entre lineas un cierto elogio al "carpe diem". Tomemos de la vida aquello que la viste y aroma antes que el tiempo y la podredumbre lo acaben y consuman. Me ha gustado en todas sus lecturas, Un lujo leer, aprender y aprehender.
Un abrazo.
Pepa

Julio González Alonso escribió: .El frutero

Se posan en el frutero las manzanas
y en mezcolanza de estaciones, también peras
y membrillos,
mandarinas, melocotones y naranjas
junto a uvas y fresas. Cosa rara,
extraña eclosión de naturalezas
ajena a los climas y al sol
y las rotaciones de los planetas.

Son en los ojos las frutas la luz en sus colores,
la vida madurando sabores de aguas dulces
y amargas texturas de deseos. Qué muerte
yace en el fondo del frutero cuando sé ya otra luz
en la boca,
ya otra la despedida.

Mientras brilla la abundancia multiplicada en carnes
de sensuales tactos, qué plenitud
de días y aromados sueños, qué íntima sensación
de eterna dicha. Pero es otra
la sombra que desvela
y extiende sus mercurios calientes en la sangre.

Las moscas sobreviven los inviernos. Hay
néctares espesos en los ojos y las pieles
entregadas al amor del acero acuchillado del tiempo. Los esqueletos
de las frutas
reposan en porcelana su belleza
sin armonía.
Retumba en el aire contenido el silencio de los colores;
se cuentan las sombras de la quietud en la ausencia
del aliento.

Un olor ácido duerme en el fondo de la memoria
de las cosas
y en el vacío espacio abierto
acre
de la boca
del frutero.
González Alonso
Nº de versos: 36 (Total: 199)

Tú, sí, eres un poeta de los buenos, compañero. Yo diría que tienes los ojos poéticos de águila. Ves más allá de lo que un mortal común vería. En un frutero descubres la vida y la muerte, lo efímero y la eternidad, la luz y la sombra. El contenido del poema es sobrecogedor. Has puesto a la luz todo lo que inconscientemente percibíamos. Entonces, no hay más que agradecerte.

De la forma, no te diré nada, por ahora. Te sigo. Estoy viendo el cambio, los riesgos rítmicos que estás emprendiendo. Estoy aprendiendo.

Un saludo de sincera admiración.
Óscar

Es la serenidad, la magia de este poema es la serenidad; la voz no tiene prisa, se posiciona ante una naturaleza muerta, se aloja en ese lapso frondoso del pintor. Está fortalecido por la materia, desprende una imagen, entonces es fácil cerrar los ojos y oler, y no reconocer el objeto individual. Se acaba teniendo ante sí la macedonia del mundo, el agente de la meditación. Me encantó cuando lo leí. Abrazos, Julio.

Me ha gustado mucho el poema, Julio, lo has pintado en versos hermosos, un abrazo, paisano.