Editorial Alaire

Tuve el honor un día de dar a un elefante
consejos de resaca por trompa exagerada.
Estaba yo pensando si era melopea,
ebriedad o cogorza. A veces parecía
tajada, moña , pea… merluza, turca, mona…
cuelgue, pedal, llorona…. bimba, curda, jumera.
La pítima o torrija medraba en el juncal
así que la chistera luciendo su sombrero
se quiso levantar. Sufriendo un gran trompazo,
sin nada que explicar, aquella elefantiasis,
colmillo por delante, volviose etillizada
diciendo que la juma
a veces no te arranca
y a veces te rezuma
con una buena tranca.

Para qué beber agua si llena de bacterias
el cuerpo estupefacto. Mejor hincharse a vino,
a whisky , a ron negrita. Poner cuerpo supino
o verse boca abajo, henchidas las arterias.

Qué mejor posición que la de estar errado
besando a la Bartola y a todas sus amigas.
Las botellas vacantes nos sirvan de testigas
para ese mal andar que va de lado a lado.

Si al entrar en tu casa te advierte la Custodia
que está lleno de manchas el traje de a diario,
no dejes que lo limpie. Que cante una salmodia
para que regenere el rol del vecindario.
Que todo el barrio sepa que tú con tu parodia
te vas del blanco al tinto pasando del horario.

Hola amigo, me alegra ser el primero en felicitarte por el poema que has escrito, en ese lenguaje castizo y con esos versos tan magníficos, referidos a la trompa o tranca, es decir, en a la borrachera en lenguaje coloquial, ó a la embriaguez, un término más apropiado. Me parece que has logrado captar la atención del lector desde el princio al final, valiéndote de esos giros y esas imágenes extraordinarios. Es un placer siempre leerte y le quito el cero a este gran poema tuyo. Un abrazo muy fuerte.

Guillermo, querido amigo, siempre hay un toque hedonista en tus escritos.
Qué la trompa del buen elefante guarde memoriosa las horas felices. Y qué esos dos preciosos versos finales se hagan credo en las horas bajas.

Abrazos y felicidad.

Manuel Alonso escribió:Hola amigo, me alegra ser el primero en felicitarte por el poema que has escrito, en ese lenguaje castizo y con esos versos tan magníficos, referidos a la trompa o tranca, es decir, en a la borrachera en lenguaje coloquial, ó a la embriaguez, un término más apropiado. Me parece que has logrado captar la atención del lector desde el princio al final, valiéndote de esos giros y esas imágenes extraordinarios. Es un placer siempre leerte y le quito el cero a este gran poema tuyo. Un abrazo muy fuerte.

Gracias, Manuel, por tu amable visita y comentario. Creo que cundo escribí estos versos
estaba yo un poco beodo, colgado, ebrio o mamado. así que lo que haya salido poéticamente
decente no es responsabilidad mío, sino del contenido de las botellas de treinta grados para arriba, que después de un rato se ponen boca abajo.

Un abrazo de amistoso compañero de fatigas y borracheras poéticas...o ¿reales?

Buenísimo, Guillermo.

Has logrado arrancarme una sonrisa.

Besos
Ana

Hallie Hernández Alfaro escribió:Guillermo, querido amigo, siempre hay un toque hedonista en tus escritos.
Qué la trompa del buen elefante guarde memoriosa las horas felices. Y qué esos dos preciosos versos finales se hagan credo en las horas bajas.

Abrazos y felicidad.

Hola, hallie, gracis. El hedon de ste poema es pura utopía imaginaria. En otros sí me
amàra el regodeo regodeo, aunque no mucho, no vaya a suceder que las críticas me
aturullen, aunque mientras sólo sea por eso...

Mi hedonismo ahora te envía un fuerte abrazo por tu amabilidad continua.

Me asombra tanta terminología coloquial referida a la embriaguez (la mayoría desonocida por estas latitudes) Pero lo que es digno de destacar en este buen poema, es el retrato psicológico del desparpajo tan frecuente en quienes abusan de cierto "elixir".

Un fuerte abrazo.

Ana Muela Sopeña escribió:Buenísimo, Guillermo.

Has logrado arrancarme una sonrisa.

Besos
Ana

Ana. gracias por reir con mi poema. Esa es el mejor regalo.

un abrazo

Arturo Rodríguez Milliet escribió:Me asombra tanta terminología coloquial referida a la embriaguez (la mayoría desconocida por estas latitudes) Pero lo que es digno de destacar en este buen poema, es el retrato psicológico del desparpajo tan frecuente en quienes abusan de cierto "elixir".

Un fuerte abrazo.

Y cuando uno está bajo los efectos del alcohol no te digo la de palabras que salen
por el desparpaje etílico de la sangre elixizada.

Gracias por tu amable visita y comentario.

un abrazo

Guillermo, amigo, un poema muy conseguido, satírico, me ha hecho sonreír. Personalmente me gusta tomar una copa de vino de vez en cuando. Y estar errado, probablemente a diario. Recibe mis abrazos sinceros y felicitaciones.

Muy bueno, Guillermo. Detrás de esa tajada se esconde un buen acerbo de poeta. Ya sabes "in vino veritas". A tu salud, hermano. He disfrutado con su lectura.

Víctor

Marius Gabureanu escribió:Guillermo, amigo, un poema muy conseguido, satírico, me ha hecho sonreír. Personalmente me gusta tomar una copa de vino de vez en cuando. Y estar errado, probablemente a diario. Recibe mis abrazos sinceros y felicitaciones.

Una copa no hace daño, dos hacen apaño si no pasan de mil en un año-

Gracias por reconocer tu yerro, con hache sería duro.
Gracias por leerme con tanta amabilidad.

Un abrazo

Aquí sigo con la sonrisa desde la primera vez que lo leí. Muy bueno, Guillermo.
Salud y un abrazo,

Judit

Yo no paso de la cerveza, aunque he de reconocer que alguna vez me paso un pelín con ella, jeje ...y hablando de tu poema me ha parecido muy bueno, ingenioso y verdaderamente divertido Guillermo. Mi sincera felicitación y abrazo amigo.

Guillermo Cuesta escribió:Tuve el honor un día de dar a un elefante
consejos de resaca por trompa exagerada.
Estaba yo pensando si era melopea,
ebriedad o cogorza. A veces parecía
tajada, moña , pea… merluza, turca, mona…
cuelgue, pedal, llorona…. bimba, curda, jumera.
La pítima o torrija medraba en el juncal
así que la chistera luciendo su sombrero
se quiso levantar. Sufriendo un gran trompazo,
sin nada que explicar, aquella elefantiasis,
colmillo por delante, volviose etillizada
diciendo que la juma
a veces no te arranca
y a veces te rezuma
con una buena tranca.

Para qué beber agua si llena de bacterias
el cuerpo estupefacto. Mejor hincharse a vino,
a whisky , a ron negrita. Poner cuerpo supino
o verse boca abajo, henchidas las arterias.

Qué mejor posición que la de estar errado
besando a la Bartola y a todas sus amigas.
Las botellas vacantes nos sirvan de testigas
para ese mal andar que va de lado a lado.

Si al entrar en tu casa te advierte la Custodia
que está lleno de manchas el traje de a diario,
no dejes que lo limpie. Que cante una salmodia
para que regenere el rol del vecindario.
Que todo el barrio sepa que tú con tu parodia
te vas del blanco al tinto pasando del horario.

... me llena de satisfacción tener que hablar bien de los amigos poetas; y creo recordar ahora que ya hace te habré dicho algo acerca de la reencarnación del mismo Quevedo en este XXI tan plano en sus salmodias, como bien dices; gozas de esa chispa divina de quien halla el entresijo apropiado para el duende, la ironía, la finura, la profundidad y el sarcasmo puro y llano; eres un tipo elegante, Guillermo Cuesta, envidiable; Orión