Retirado para un proyecto personal.

[Arturo Rodríguez Milliet]

No sé cómo se me pudo escapar este poema antes...
Es mucho y muy acertado cuanto se ha comentado de él,
sólo quiero destacar mi reconocimiento a tu excepcional capacidad
para recrear atmósferas que resultan inescapables para el lector...
Sentimiento y entorno poético servidos con los prodigios de tu pluma.

Enorme placer de leerte,
tu obra se me hace tan próxima que ya despierta mi fraternal orgullo...

Un fuerte abrazo.

[Ana Muela Sopeña]

Gerardo:

Tu poema es desgarrador y excepcional.

Con su lenguaje de cuento me ha dejado
fascinada.

Enhorabuena en todos los idiomas
Parabens
Besos
Ana

[Gerardo Mont]

EL KAMA SUTRA DE LA LUNA QUE MUERE (EB)


Érase una vez una luna de barrio,
luna en los charcos que escribe el invierno en los malos caminos.

Cegaban los faros su facha de niña,
cuando las cenicientas reniegan tres veces, después de los gallos...
Sus ojos de sueño desertando en la esquina, los ojos ajenos escaldando su espalda.

Y la luna era sol de una noche cualquiera, vagando en las góndolas de cualquier barrizal,
salpicando ventanas con tacones muy altos – estribillo cansino del fin de semana –.
Mientras los viejos Garrick…, sin consuelo, sumaban otra ronda de cervezas vacías.

Contaba adeptos, como se cuentan los días – sin más, sin remedio –,
al culto pagano de la verdad en los cuerpos.
La adicción a sus labios acicalaba quimeras, con los blandos relojes que profesaba Dalí.
Luego, dibujando un corazón con el dedo, en el espacio-tiempo decía:
“amor, ha pasado la hora”…
El ángel que en el ser escarpado hace nido se desangraba flechado,
con la coherencia de ese cupido tatuado en la pelvis;
y el pobre diablo afirmaba: “amor, en la mañana te llamo”.
Y ella, en su dicha o desdicha, o en su dichosa manera de ser desdichada,
se complacía en rimar las tristezas sonriendo de lado.

En el afán cuesta arriba forjaba su patria, sumando infelices sin revelar resultados;
y a la reacción en cadena, los santos so pena de juicio,
eyaculando promesas, rogaban.

Rueca de esquinas. La noria en sus ojos giraba en el vino
del paisaje prohibido de todas sus copas.

Sin embargo en su risa, alucinaba el precario con inminentes
palacios, y poderosos filántropos al estilo sicario.

Pero cuando oscilaba el silencio en los sueños pasados,
ansiaba los besos que desdeña el negocio.
Vestida del luto que agobia las horas, exhumaba el príncipe azul
de las miradas ajenas: que la llamara señora
y le susurrara al oído, la niña del barro que enmienda castillos.

Así en el cuenco que suma los pasos, renovaba razones para seguir la partida.
Mientras en el edénico ritual de las transas, seguía cubriendo vergüenzas con algún Kama Sutra.

Y el tiempo seguía cayendo tras sus ángeles negros, y cual dama que llora un carril en su media
soñando en el teatro que anuncian su nombre; con la luz de reserva de la gloria en sus piernas,
prometía combos con mejores descuentos.

Al final caperuza, no cabía en el sermón que la libra del lobo,
ni en el sueño latino de algún forastero.

Luna que mengua,
que se ahoga en el hueco después de sí misma,
donde un niño llora en su cuna de luna
otra luna que muere.

Gerardo, este poema es para guardarlo como lectura de cabecera y tenerlo cerquita para leerlo muchas veces. Qué belleza y qué joya para el EB.
Gracias por estar y regalarnos estas maravillas.
Abrazos.

Un gran abrazo estimada poeta. De verdad un lujo contar con tu lectura y tu amable comentario. Me despido agradecido por tu paso. Qué estés bien

[Mitsy Grey]

Gerardo, hermosa prosa poética la que nos regalas poeta.... con simbolismo
de corte fantástico, creas un mundo de ilusión cuasi real e irónico
que pega fuerte en la conciencia del lector.... un texto inteligente.

Enhorabuena, Mitsy, cordialmente.

[Raul Muñoz]

Hola Gerardo, es un poema precioso. Me gusta la belleza simbólica condensada en la luna; como testigo y reflejo de la desdicha. Aunque es tanto el simbolismo, que creo yo que serían casi inagotables los posibles significados. Sin duda alguna, es un poema para leer varias veces. Mi enhorabuena por tan bello trabajo, y gracias por compartirlo.

Un abrazo.

[Pablo Ibáñez]

Gerardo,

me ha gustado mucho, amigo, como todos tus poemas. Lirismo crudo, poesía social suavizada con esos aires tan originales a cuento infantil, lenguaje rico y atractivo... En fin, Gerardo en estado puro.

Un abrazo, amigo.